martes, 21 de junio de 2022

Quereís angustias

 No hace más de un par de días que encontrándome con el caballero D.A. me contaba el caso de un simple que llamó a la radio  para anunciar que estaba harto de la corrupción en el país y que teniendo en cuenta la impotencia del asunto se pensaba matar. El locutor, obvio, políticamente correcto, le decía que no valía la pena ejecutarse por tamaña tontería y el oyente suicida le comunicaba sus angustias por una corrupción imparable y una humanidad ida a la basura. Hecho primero. La semana pasada terminé de leer el libro de German Castro Caycedo "La tormenta" donde con unas cuantas entrevistas nos cuentan de como se vivió la armada de las autodefensas y la venta del único río de los Wayuu para expensas de una carbonera. Hecho segundo. Quisiera uno creer en la política, pero los políticos no pueden decir la verdad porque entonces no los eligen. Uno mismo se vería seriamente confrontado al tratar de decir la verdad porque nadie te la va a creer por tus títulos y lecturas dominicales. De ahí que es mera opinión decir que los dioses no existen o que los extraterrestres no han llegado a la tierra o que la tierra es esférica como lo dictan las leyes o que... en fin. Un chicuelo imberbe me expresa que no cree en el método científico de datación por carbono 14, pero no tiene ni idea de los isótopos, ni de la tabla periódica o de los electrones de la última capa y al parecer las dos opiniones valen lo mismo para la mayoría y la mayor ciencia que encontramos la dictan los medios con sus espurias explicaciones y sus programas llenos de cartomancia y adivinación, creencias y espantos y, porqué no, de pronunciaciones y errores letales a la lengua misma. Hecho último. Si alguno quiere angustiarse yo le regalo esos tres hechos. El país no le pertenece a Colombia y todos los políticos desde la colonia no han hecho más que fragmentarlo y vivir de sus desechos. Se habla de Cerrejón y regalías, pero eso le pertenece a empresas extranjeras y las tales regalías no sirven para más que coimas políticas y una que otra cancha de barrio y cabras  para algún detractor de la idea de secar un río para beneficiar la extracción del mineral. ¿Las otras empresas? dudan que Cusiana la explotó una empresa extranjera y que la concesión la hizo un político a precio de huevo mientras sus cuentas crecían a pasos agigantados. Ecopetrol es un nombre gigante para un país que regala el barril de crudo y paga carísima la gasolina final. Ahí están pintadas las lecciones de historia. Los países ricos conociendo la corrupción del país, untan gobernantes y ofrecen dos cuentas bancarias y obtienen la explotación a perpetuidad de lo que requieran: Cerrejón, Cusiana, Panamá, Tapón del Darién... eso es sólo la punta del iceberg porque donde hay desplazamientos, está la mano amiga de algún gobierno extranjero que tiene ejércitos personales para el convencimiento forzoso y el desalojo e instigación de los líderes que se resisten a vender sus tierras. Ahí está clarito que el país es un narco estado patrocinado por las drogas y que las fuerzas militares fueron las auspiciadoras y surtidoras del material de intendencia y hasta de efectivos para las fuerzas paramilitares que crecieron en Colombia en la década de los 80's. Que nos pinten pajaritos hermosos tras una concesión y beneficios para el país y que se hable de regalías millonarias en las noticias, que se exalten los logros nimios como una gran hazaña es sólo la manera como te venden que no están haciendo nada malo pero hay que ver las cuentas... el país se mueve con engaño y publicidad, el supuesto "post conflicto" que nunca ha ocurrido en Colombia, la era de la violencia que jamás ha dejado el país pero se habla de ello en tiempo pasado, la patria boba que no tiene solución. Si señores si hablan de angustias las tenemos todas y cada cual no busca sino el beneficio propio. Los dueños del país por mandato, lo son solo para celebrar contratos multimillonarios de los que salen impunes como el de Odebrecht que surgió por inmenso, pero que cada pueblo a su nivel tiene su Odebrechito en pleno. La educación es cada vez más paupérrima y más enfocada al control de masas que a la educación misma. Se ocultan los errores históricos y se levantan monumentos a los conquistadores salvajes que acabaron con las bravura de las tribus nativas a punta de fuerza, religión y enfermedades. Los "Pandora Papers"  no dicen nada nuevo: los Pastrana, los Gaviria, la familia Char, dueña absoluta de los puestos políticos en la costa colombiana y bastante mal parada en el libro de Castro, músicos, deportistas... quien allí no esté es porque tiene la plata en barriles o ha desconfiado de las cuentas de banco para lavar sus acciones. Se me olvida la DIAN que te asedia por la declaración de renta y el SIGEP, el tránsito que te persigue con una deuda eterna de un descuido que tuviste al pasar un semáforo de una calle en la que te rodeaban 4 sujetos con malas intenciones; las centrales de riesgo que te declaran deudor de lesa patria y publican tus estados económicos como si fueran estados de redes sociales; las deudas a los bancos que se vuelven eternas con su genialidad del interés compuesto y sobre retrasos; la ignominia televisiva que nos muestra un país en el que llueve maná aunque la casa esté cayéndose; los impuestos inventados por montones para cubrir una deuda fiscal que no tiene cuando ser cubierta. Me pueden sumar desconsuelos como el SOAT la revisión técnico mecánica, el pago extra por no sufrir pico y placa y el descarado 4 por mil solidario. 

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