Hablar de duelos... Complejo por lo que la gente siente al respecto. Difícil porque cada uno tiene su idea, aunque la idea siempre es la misma: aceptar que algo ya no está, que dejó de existir. Llorar al deudo y concretar que la vida sigue, aunque la verdad la elaboración de un duelo puede ser por otras cosas diferentes a la muerte de un pariente o de un familiar o amigo muy querido, incluso una persona célebre que dejó de existir. Incluso por un cambio de ideas o una renovación radical de conceptos. El duelo es lo que ustedes quieran, la pérdida de una propiedad muy apreciada o de una parte de sí mismo. Se puede elaborar un duelo por perder un dedo o una mano o un brazo o una pierna; un vehículo, una prenda adorada, un reloj. Se puede elaborar un duelo por la obvia fuerza de la razón por ejemplo al enterarnos que papá Noel no existe o que el niño dios es el maldito papá que nunca te trajo lo que pedías. Se puede elaborar un duelo al asumir la realidad de la ausencia divina por ejemplo. Creíste en un dios media vida y te desengañas de su existencia por alguna razón práctica o un experimento. Abandono la idea de las propiedades que a veces requieren duelo porque lo material, aquello que consideramos material siempre es recuperable y cuando lo aceptamos hemos elaborado el duelo. Con las ideas terminamos por acostumbrarnos o seguimos mintiéndonos y propagando la mentira en los hijos y los hijos de los hijos, de nuevo con capas de la verdad como "dios está ahí aunque no sintamos ninguna de sus manifestaciones" o diciendo que todo son manifestaciones de dios, incluso perpetuando en nuestros hijos y nietos el amor por un equipo de fútbol, una loción o una moral cualquiera. Resulta que los seres humanos también son material y ahí es donde pega duro este insermo ¿Qué lloramos al elaborar el duelo de un ser humano o animal? La ausencia del ser querido no puede ser reemplazada por otro hermano u otro padre, por lo menos eso sentimos, pero les traigo una noticia. Si no lo quiere reemplazar no lo haga, pero igual le va a tocar resignarse a esa pérdida. El tiempo me dará la razón, aunque en libros sin ciencia y sin recato por la verdad algunos juntaletras juran que un perro murió de pena por su amo o que algún ser humano murió de pena moral por la muerte de un ser querido. Nunca he visto un certificado de defunción que diga "amor", o "pena moral" en el rengloncito donde dice causa de la muerte. Sigamos. Lo que se elabora en la pérdida, en el duelo es la concepción de que esa personalidad "especial", esos conocimientos, esas actitudes y esas destrezas o ademanes de esos seres humanos que ya no están, ya no podremos volver a oírlas o a verlas o a disfrutarlas y no está de más el que con fotos y mensajes de alguna red social le recuerda y le pone el moñito negro y le cuenta a todos lo triste que está y estuvo por la ausencia de tal o pascual y que por nada del mundo va a olvidar a ese deudo y que lo llevará por siempre en el corazón. Muere alguien y aparecen los elaboradores del duelo con la frase clichuda "Lo siento" "te acompaño en el duelo". Alguno te suelta un relato de media hora de como perdió un ser querido en su niñez o la semana pasada o vaya usted a saber cuando y otros juran que sabes por lo que estás pasando. La otra verdad ineludible en la elaboración del duelo consiste en recordarnos mortales y saber que algún día tendremos que ocupar el lugar protagónico del cadáver de la fiesta. Duro cónclave para el que es difícil encontrar resignación más que con el olvido o la fe de que la muerte no es más que un paso y por lo que hay tanto maldito creyente en tanta maldita religión y en tanto maldito cielo. Recapitulemos, se elabora el duelo por la pérdida de un ser amado, el consiguiente que aquel no pueda ser reemplazado, la cercanía de la muerte y la idea frustrada o en la que, al razonar y aplicar el método científico, descartamos como cierta con alguna repulsa de nuestra parte. Los seres humanos que hablamos de la falta de diferenciación entre los mismos seres humanos no tendríamos nada que sufrir o superar o elaborar. ¿No son tan iguales todos? A mí se me murió el padre hace un rato y no fui a su entierro ni a sus novenas, ni le rendí pleitesía a sus cenizas. Mi madre que sufre algo de demencia senil jura que todavía está en el hospital y revive el mismo día cada que la visito ¿"Ya visitó a su papá"? porque tampoco recuerda que yo no voy a hospitales sino cuando me llevan de enfermo y ni así. Lo Curioso es que esta semana recordé que unos días antes de morir me pidió que le consiguiera una canción y yo le llevé una memoria con esa canción y otras tantas y por azar ayer escuché esa canción y de ahí surgió este insermo de elaborar duelos. Yo nunca elaboré un duelo porque soy arrogante y pensé que no le debía nada a nadie. Principio de toda libertad. No elaboré el duelo porque no sentí tristeza y porque era el padre más común y corriente, el mismo suyo o el de algún otro. ¿me acusarán de no haber llorado el día de la muerte de mi padre? ¿Me acusará alguien de haber leído a Camüs? ¿Mataré un árabe? La elaboración del duelo es consecuente con lo que pienso. Los vivos se mueren pero no los que yo quiero que se mueran y en algún momento habré de seguirles. Guarden los llantos y las quejas y denme lo que me deban dar ahora que estoy vivo, después no me sirve para nada ruegos, rezos y golpes de pecho. Total no creo en esas payasadas de vidas eternas con dioses eternos y cielos perpetuos ni en el custodiar cenizas o huesos para guardar un respeto que desaparece no poco el duelo ha sido elaborado.
lunes, 21 de agosto de 2023
sábado, 19 de agosto de 2023
Los borregos del rock
¿Qué nos pasó? Seguramente si buscamos en los alrededores, en la historia y en la complicidad mercantil, en la oportunidad de negocio, en el capitalismo, en la farándula, en la falta de educación revolucionaria y de cualquier otra índole, encontraremos respuestas a este hecho. La música que nos sirvió para emanciparnos de la represión, la que entonamos como himno en las marchas y la que usamos para responder a la iniquidad, que nos sirvió para gritar nuestros problemas y opinar sobre nuestros verdugos, ahora nos lleva a la esclavitud y al sinsentido de hacer la fila para llegar al matadero. Coja por aquí mijo, levante las manos que hay una requisa para ver si no trae puñales, licor escondido, cigarrillos o alguna droga, debemos quitarle el encendedor y la navaja, la botella de agua por sospecha y la correa de taches por seguridad. Tranquilos, adentro les vendemos todo tipo de licores a precios módicos a $10.000 la cerveza de 3.000 y a 120.000 el licor de 60.000. Cigarrillos no podemos vender porque el espacio es cerrado y usted no puede salir si accede a él. Control de multitudes dirán después, para evitar que la tomba venga y nos cancele el evento. Si vino por otra banda porque algunas no le gustan, no entre hasta que no vaya a tocar, pero eso sí, pilas que se van a acabar las boletas. Todo niño paga. Haga la fila por acá para el cacheo y allá para entregar el importe. En ese rincón puede hacer fila para comprar licor barato y allá haga la fila para entrar al baño. Bien ordenaditos, bien quietecitos, bien mansitos. ¿Pagó para ver a Play Station? ellos cancelaron, lo que hay es lo que vino. ¿No le gusta Runpelstiltskin? trágueselo porque son invitados de honor. ¿Le gusta mucho Sabor a engaño? Harán un show de 45 minutos y les descontamos lo que se demoren afinando. ¿Tocaron 20 minutos? es que estamos atrasados y estamos descontando tiempo porque el local hay que barrerlo antes de entregarlo. ¿No le gustó el espacio que el organizador consiguió, las bandas están sin escenario y la amplificación es mala al igual que la acústica? De malas. Lo que tenemos es lo que hay y lo que hay es lo que pagaron. Aquí está la ley de la igualdad. 4 baños para tres mil personas. Un escenario de cuatro metros cuadrados para los que se presentan y la promesa de que si alguien se subleva lo sacan a la fuerza porque hay 50 matones uniformados y entrenados para ello. Fíjese en la devuelta que después de pasar la caja no hay reclamos, no devolvemos dinero ni nos hacemos responsables de sus pertenencias. Aquí es la vida real, cada cual sálvese como pueda. ¿Le parece que esa canción es antifeminista, ácida o del género que a usted no le gusta? Tápese los oídos o retírese, pero recuerde que pierde el valor de lo que haya pagado. ¿Le parece un descaro los precios de las bebidas? compre afuera pero recuerde que afuera se lo toma y no dejamos entrar borrachos. ¿Quieren más?
Los pobres fanáticos de las bandas son sometidos a una paleta de colores cada fin de semana y montados: el mismo día viene Contestarios de España, Opopónace de Brasil y La misma Cantaleta de Bogotá a presentarse en zonas diferentes con precios igual de módicos y el seguidor de las tres "grandes" agrupaciones tiene que decidir como va a repartir su sueldo de obrero y su cuerpo físico que no posee propiedades de bilocación. Piensa en horas extras y otro trabajo pero inmediatamente le anuncian que muy pronto viene Agujero en el dedo pequeño, la máxima expresión de su género y que vienen a despedirse por séptima vez las aclamadas Chucho y las ranas del pantano, No me pise que tengo chanclas, Al pan parapán y la oscura banda de metal clásico, Hijos de Satanás.
¿Si ven? El rock como negocio, el rock como tabula rasa y el rock como medio de control. Felicitaciones, a estas alturas ya no me parecen tan diferentes los principios de una u otra ideología musical ¿Cuál ideología? la música es un exponente del arte y todo aquel que le use de brazo ideológico no encuentra más que masa amorfa y descuidada que se mueve al ritmo humano, el de la esclavitud, el sometimiento y el agradecimiento... ¿Qué nos pasó?
Aquí es donde sale una banda de borregos y dice: la que sigue es una balada...
viernes, 18 de agosto de 2023
Lazos filiales
Ah, por si fuera poco sufro dos acontecimientos completos e inéditos. Ya sabía yo que este blog actuaba como diario personal y por ello anda tan recargado de mí mismo. Los días asignados por el comercio a diferentes profesiones y enfermedades me tienen sin mucho cuidado y no quiero siquiera recordarlos o hacerles el lobby. Ni a ellos ni a las personas en las que quisiera influir. Me invitan pues a una fiesta en homenaje al día del profesor o acaso por el día de la madre o por el día de los caídos en acción en Vietnam del sur. El día de la tierra me invitan a circular por ella diciéndole cuanto la amo y cuanto me hace falta. El día de la independencia de Colombia me obligan a tenerlo de fiesta y a lucir en mi balcón una gran bandera (bueno, realmente puede ser pequeña) para demostrar mi patriotismo, que no tengo y no me llama la atención. Soy apátrida, este país y cualquier otro me valen un penique y trescientos centavos. El día del músico me invitan a un licor espirituoso y yo no tengo nada contra los licores, pero el motivo me espanta y prefiero no aparecer en escena. Que vayan los orgullosos de sus composiciones, yo no me enorgullezco sino de mi rabia y no hay día de la rabia y por favor no lo vayan a pedir. El día del Alzheimer me felicitan y por fortuna lo olvido muy rápidamente. El día del Parkinson me envían recuerdos y yo los reenvío. El día de la lucha contra el cáncer me hacen guiños los pulmones y la garganta, hasta el hígado pero yo aplico la del renacuajo paseador y sigo orondo. El día de la diabetes me mandan dulces y el día de la neumonía pañuelos desechables... No les parezca raro que alguien me felicite el día de la mujer y hasta un chocolate me ofrecen; yo agradezco y callo. Curioso que nadie me salude el día mundial de la salud o el de la alimentación, el de los enamorados, el de los amigos o el del día mundial contra la depresión. El día del trabajo nadie me llama y por fortuna, si alguien lo hace, yo no contesto. Tampoco es que quiera recibir mensajes o felicitaciones el día del nieto, del padre, del hijo, del sobrino, del entenado o del primo, por favor esos días, si no tienen nada que decir, no digan nada. Todos nos vemos más bellos con la boca cerrada, hasta yo. Si estos día que me competen por alguna afinidad con ellos no quiero fiestas ni menciones, imagínense lo que pienso del día de Star wars, el día de los Simpsons o el de Nelson Mandela y el día de la bareta, donde los pobres oprimidos salen a demostrar o a jurar que son consumidores profesionales o que avalan ese consumo profesional. Por favor, existe hasta un día de los asteroides y de los cuerpos no rocosos, de los planetas enanos y de los planetas gaseosos y pronto seguramente habrá de exoplanetas y de planetas parecidos a la tierra. Hay día de la libertad que no existe y de la lengua y el idioma que nos impusieron los españoles, día mundial del cerebro cuya existencia en la humanidad no ha sido comprobada y día mundial de la alegría que es el día de la bestia hebetada... ¿En serio? No me feliciten el día del anciano ni el día del gruñón, déjenme pasar por entre esa corriente y no se acuerden de mí ni el día de los olvidados o el día de los desaparecidos, que eso no me hace más ni menos entre todos. Dejen de inventarse fechas para celebrar que no hay nada que celebrar y entre ellas, no más cumpleaños por favor. La gente que no conozco, la gente que conozco, los bellos recuerdos, las recolectas, el pastel, los regalos... el calor... el gritar para que me escuchen mientras otros bailan frente a la pantalla verde... la cantada del cumpleaños en sus versiones, roquera, infantil y payasesca. Puro reflejo de hipocresía y una cadenita que no quiero cargar ni afilar... Por favor no más invitaciones al día más insulso de la vida, el día en que el sol ajustó una vuelta empezando el día del nacimiento. "Cumplir años" es la tontera de las tonteras, no lleva a ninguna parte, no dice nada de nosotros, no desdice nada de nosotros y no aplica para gente con cocientes altos de inteligencia.
PS: A mis amigos con cariño.
domingo, 13 de agosto de 2023
Taxofilia
Eso de dar vueltas es una tontera. Vamos al grano. Si la humanidad no ha inventado esta palabra ahí se las dejo: Taxofilia que defino como la manía de agrupar, separar y codificar todo en el entorno. Si miramos bien las enseñanzas aristotélicas encontramos esa capacidad muy temprana, pero aún podríamos ir más atrás en la evolución para entender que en los árboles hacíamos clasificaciones de los mismos árboles, los que mejor nos protegían y los que mejores frutos daban. Era imprescindible reconocer las rocas aptas para ser talladas en hachas y puntas de lanza o flecha y hasta aquellas que servían para iniciar un fuego y el conocimiento de ello daba frutos, permitía la supervivencia o la mejoraba. Ejemplos no han de faltar, la manía clasificatoria se extiende a todas las ciencias e incluso a algunas que nada tienen que ver con ciencia, pero las últimas no me interesan en absoluto. Al clasificar los objetos estelares en errantes y estrellas fijas dimos un salto inmenso hacía su comprensión. Al clasificar la naturaleza en reinos pudimos comprender más sobre su evolución aunque hoy no nos decidamos por cuantos de ellos existen realmente, pero fue su observación la que nos permitió plantae y animalia y después fungi, monera y protoctista, seguramente más adelante clasificaremos los virus en otro reino y haremos más clasificaciones al entender mejor esas y otras estructuras. La taxonomía es un arte atribuido a Carlos Linneo y reservado para la naturaleza y los animales y plantas. Pero la clasificación existe en todos los ámbitos de la educación y de las ciencias: clasificamos los números y los conjuntos numéricos; clasificamos la música y los ritmos con sus velocidades; clasificamos los espejos, los zapatos, la ropa, los electrodomésticos, los gasodomésticos, los autos, las armas, las pantallas, las mesas, las sillas... Entendemos claro el concepto de silla, pero entendemos butaca y pupitre en otras categorías. Sabemos bien lo que es un auto motor pero distinguimos los de trabajo pesado de los otros; de dos puestos, de cuatro puertas, de dos y tres llantas. Sabemos lo que es un espejo pero hablamos de plano, cóncavo y convexo... Clasificar permite ahondar más en el conocimiento y crear nuevas rutas. No basta con hablar sino que debemos entender los conectores y sus usos, el plural y el singular, la conjugación, la sintaxis, la separación silábica, la cantidad de sílabas... Claro está que muchas de esas taxonomías son sintéticas, pero igual nos permiten despedazar un conocimiento para asimilarlo por partes, entenderlo, ampliarlo y explicarlo. Si existe la taxofilia, también existe la taxofobia que consiste en querer simplificar todo a su raíz primitiva: una silla es una silla y un coche es un coche. Sus ponentes o seguidores son aptos para infinidad de tareas, pero no para la enseñanza porque simplifican el conocimiento que no encuentra hacía donde expandirse. Bueno, mi afán no era atacar a uno u otro miembro de estas nuevas parafilias, era exponerlas y creo haberlo hecho para bien o para mal. Porque al exponerlas me uno a la manía clasificatorial y soy taxofílico, que de por sí no es bueno ni malo, simplemente es una herramienta de la que exageramos cuando queremos explicar algo.
sábado, 12 de agosto de 2023
Puedo vivir con ello
Jugaba a las cartas conmigo mismo y perdí, es decir, perdí conmigo mismo por lo que ¿Gané o perdí? No quise entrar en el intríngulis filosófico y me dije a mí mismo, puedo vivir con ello. Ahí sí tuve una visión catártica que me hizo preguntar con qué se puede vivir y aquí pretendo responder tamaña paradoja. Se puede vivir con todo. La prueba es simple y llana. Mire a su al derredor y verá todas las posibilidades que se vislumbran: países enteros en la pobreza, miseria extrema en los centros más high de las ciudades con más pedigree; borregos amansados a fuerza de religiones, adultos esgrimiendo el poder de dios y hundidos completamente en la adoración de seres invisibles e imaginarios: qué Alá te bendiga, Dios se lo pague, si dios quiere, gracias a dios... amén, ojalá, salam aleikum. Sume los curas y las monjas vestidos de sotana y hábito por alguna rara tradición milenaria. Ignorancia extrema compinchada con más ignorancia y deseos de continuar en ella a perpetuidad, saber no es un requisito para vivir. Podemos vivir con los fanáticos políticos que cada cuatro años se abalanzan a las calles a gritar por su candidato de turno y tenemos candidatos de turno... gente que se cree con derecho a gobernar a otros, a mentirles descaradamente y a hacer el papel de dios en la tierra... a él deben llegar tantas súplicas como almas coloridas tenga el país, departamento o región. Los fanáticos deportivos son otra maravilla clínica. Ellos saltan de alegría frente a televisores y estadios y se convierten en ríos consumidores de camisas del equipo, abonos y discusiones... una interesante arma de control veo yo, ellos: pasión, amor, tradición, lealtad. El fanatismo en cuanto a extraterrestres, ovnis, terraplanistas y cuanta estupidez se repita con eco en redes sociales no es más que un intento por no ir a dejar de ser el humano más sumiso, creyente y defensor de imposibles teóricos. En la música existen los mismos tipos de fanáticos que van a brincar y a gritar frente a una banda o un artista, ellos no se salvan y pueden vivir con ello... el delirio colectivo no valida el ridículo, por el contrario, lo hace más manejable ¿Cree usted que hay gente que ha muerto por la religión o la fe en algo? Si a mi me dicen que debo renunciar a mi fe en las leyes de Newton o de Maxwell a condición de no perecer, con tranquilidad lo hago, aunque deba repetir como Galilei, Eppur si muove. Igual le reniego de lo que toque, que nada vale lo que vale la vida. Pero tranquilos que eso es lo general. Con qué puede vivir la humanidad en persona y no creo, ni por un segundo, que los grandes asesinos seriales hayan hecho acto de constricción para decir que pueden vivir con ello, el retrasado mental ignora su estado y, si lo vemos bien, ni siquiera tiene el problema de pensar en su yo. ¿Le vemos reír? seguro se ríe, ¿De qué? tal vez ni lo entiende, pero se ríe, baste eso para decir que es feliz y si está vivo es que puede vivir con ello. Cada uno ausculte su vida y diga con que puede vivir: con el ridículo de emborracharse y hacer el oso, con la pantomima de la sociedad, con la vestimenta, con la idea fija de un cielo, con el equipo del alma, con casarse, con tener hijos... Supe de una pareja que tiene por hijo a un peluche y que viajan con él y le tratan como tal; supe de un hombre que se subió a una columna y allí vivió por 40 años; me enteré de una pareja que vive en una alcantarilla abandonada y de otra que instauró su propia religión, llegó a mí la historia de un hombre que se enorgullece de vender costales en buen estado... Tranquilos, podemos vivir con todo. Mientras nuestra mascota va con una traílla tejida hay cientos de niños desnutridos padeciendo hambre; cuando nos acostamos en colchones mullidos hay una jauría humana tratando de acomodarse en el frío de la noche con cartones y retazos; Mientras sacamos la comida del refrigerador y la calentamos en el horno microondas, existen seres humanos buscando en la basura algo que no esté muy podrido; Cuando nos quejamos del atraso del teléfono que compramos el año pasado, hay una población incomunicada por deficiencias de infraestructura o nulo acceso a la tecnología. Al tiempo que le compran el iphone al niño de 10 años se dan golpes de pecho por la violencia en el mundo... Hay quien se cree con derecho porque trabaja, porque ha sufrido, porque se ha hecho solo, porque ha sido bueno o porque ha sido terco... en fin. Viven con ello y no se tienen que preguntar si pueden vivir con ello porque viven sin preguntárselo. ergo, pueden vivir con ello. ¿Yo? sí, hablaba de mí. La conclusión me abarca, estoy vivo, sé de todo ello y claro, puedo vivir con ello.
PS: El dolor del mundo es inmenso, hubo uno que se arrodillaba ante ese dolor, la humanidad camina más al lado de Dawkings y yo estoy seguro de la línea de Decibelios, "no me importan los demás mientras yo la pase bien".