lunes, 21 de agosto de 2023

Elaboración de un duelo

 Hablar de duelos... Complejo por lo que la gente siente al respecto. Difícil porque cada uno tiene su idea, aunque la idea siempre es la misma: aceptar que algo ya no está, que dejó de existir. Llorar al deudo y concretar que la vida sigue, aunque la verdad la elaboración de un duelo puede ser por otras cosas diferentes a la muerte de un pariente o de un familiar o amigo muy querido, incluso una persona célebre que dejó de existir. Incluso por un cambio de ideas o una renovación radical de conceptos. El duelo es lo que ustedes quieran, la pérdida de una propiedad muy apreciada o de una parte de sí mismo. Se puede elaborar un duelo por perder un dedo o una mano o un brazo o una pierna; un vehículo, una prenda adorada, un reloj. Se puede elaborar un duelo por la obvia fuerza de la razón por ejemplo al enterarnos que papá Noel no existe o que el niño dios es el maldito papá que nunca te trajo lo que pedías. Se puede elaborar un duelo al asumir la realidad de la ausencia divina por ejemplo. Creíste en un dios media vida y te desengañas de su existencia por alguna razón práctica o un experimento. Abandono la idea de las propiedades que a veces requieren duelo porque lo material, aquello que consideramos material siempre es recuperable y cuando lo aceptamos hemos elaborado el duelo. Con las ideas terminamos por acostumbrarnos o seguimos mintiéndonos y propagando la mentira en los hijos y los hijos de los hijos, de nuevo con capas de la verdad como "dios está ahí aunque no sintamos ninguna de sus manifestaciones" o diciendo que todo son manifestaciones de dios, incluso perpetuando en nuestros hijos y nietos el amor por un equipo de fútbol, una loción o una moral cualquiera. Resulta que los seres humanos también son material y ahí es donde pega duro este insermo ¿Qué lloramos al elaborar el duelo de un ser humano o animal? La ausencia del ser querido no puede ser reemplazada por otro hermano u otro padre, por lo menos eso sentimos, pero les traigo una noticia. Si no lo quiere reemplazar no lo haga, pero igual le va a tocar resignarse a esa pérdida. El tiempo me dará la razón, aunque en libros sin ciencia y sin recato por la verdad algunos juntaletras juran que un perro murió de pena por su amo o que algún ser humano murió de pena moral por la muerte de un ser querido. Nunca he visto un certificado de defunción que diga "amor", o "pena moral" en el rengloncito donde dice causa de la muerte. Sigamos. Lo que se elabora en la pérdida, en el duelo es la concepción de que esa personalidad "especial", esos conocimientos, esas actitudes y esas destrezas o ademanes de esos seres humanos que ya no están, ya no podremos volver a oírlas o a verlas o a disfrutarlas y no está de más el que con fotos y mensajes de alguna red social le recuerda y le pone el moñito negro y le cuenta a todos lo triste que está y estuvo por la ausencia de tal o pascual y que por nada del mundo va a olvidar a ese deudo y que lo llevará por siempre en el corazón. Muere alguien y aparecen los elaboradores del duelo con la frase clichuda "Lo siento" "te acompaño en el duelo". Alguno te suelta un relato de media hora de como perdió un ser querido en su niñez o la semana pasada o vaya usted a saber cuando y otros juran que sabes por lo que estás pasando. La otra verdad ineludible en la elaboración del duelo consiste en recordarnos mortales y saber que algún día tendremos que ocupar el lugar protagónico del cadáver de la fiesta. Duro cónclave para el que es difícil encontrar resignación más que con el olvido o la fe de que la muerte no es más que un paso y por lo que hay tanto maldito creyente en tanta maldita religión y en tanto maldito cielo. Recapitulemos, se elabora el duelo por la pérdida de un ser amado, el consiguiente que aquel no pueda ser reemplazado, la cercanía de la muerte y la idea frustrada o en la que, al razonar y aplicar el método científico, descartamos como cierta con alguna repulsa de nuestra parte. Los seres humanos que hablamos de la falta de diferenciación entre los mismos seres humanos no tendríamos nada que sufrir o superar o elaborar. ¿No son tan iguales todos? A mí se me murió el padre hace un rato y no fui a su entierro ni a sus novenas, ni le rendí pleitesía a sus cenizas. Mi madre que sufre algo de demencia senil jura que todavía está en el hospital y revive el mismo día cada que la visito ¿"Ya visitó a su papá"? porque tampoco recuerda que yo no voy a hospitales sino cuando me llevan de enfermo y ni así. Lo Curioso es que esta semana recordé que unos días antes de morir me pidió que le consiguiera una canción y yo le llevé una memoria con esa canción y otras tantas y por azar ayer escuché esa canción y de ahí surgió este insermo de elaborar duelos. Yo nunca elaboré un duelo porque soy arrogante y pensé que no le debía nada a nadie. Principio de toda libertad. No elaboré el duelo porque no sentí tristeza y porque era el padre más común y corriente, el mismo suyo o el de algún otro. ¿me acusarán de no haber llorado el día de la muerte de mi padre? ¿Me acusará alguien de haber leído a Camüs? ¿Mataré un árabe? La elaboración del duelo es consecuente con lo que pienso. Los vivos se mueren pero no los que yo quiero que se mueran y en algún momento habré de seguirles. Guarden los llantos y las quejas y denme lo que me deban dar ahora que estoy vivo, después no me sirve para nada ruegos, rezos y golpes de pecho. Total no creo en esas payasadas de vidas eternas con dioses eternos y cielos perpetuos ni en el custodiar cenizas o huesos para guardar un respeto que desaparece no poco el duelo ha sido elaborado.

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