Jugaba a las cartas conmigo mismo y perdí, es decir, perdí conmigo mismo por lo que ¿Gané o perdí? No quise entrar en el intríngulis filosófico y me dije a mí mismo, puedo vivir con ello. Ahí sí tuve una visión catártica que me hizo preguntar con qué se puede vivir y aquí pretendo responder tamaña paradoja. Se puede vivir con todo. La prueba es simple y llana. Mire a su al derredor y verá todas las posibilidades que se vislumbran: países enteros en la pobreza, miseria extrema en los centros más high de las ciudades con más pedigree; borregos amansados a fuerza de religiones, adultos esgrimiendo el poder de dios y hundidos completamente en la adoración de seres invisibles e imaginarios: qué Alá te bendiga, Dios se lo pague, si dios quiere, gracias a dios... amén, ojalá, salam aleikum. Sume los curas y las monjas vestidos de sotana y hábito por alguna rara tradición milenaria. Ignorancia extrema compinchada con más ignorancia y deseos de continuar en ella a perpetuidad, saber no es un requisito para vivir. Podemos vivir con los fanáticos políticos que cada cuatro años se abalanzan a las calles a gritar por su candidato de turno y tenemos candidatos de turno... gente que se cree con derecho a gobernar a otros, a mentirles descaradamente y a hacer el papel de dios en la tierra... a él deben llegar tantas súplicas como almas coloridas tenga el país, departamento o región. Los fanáticos deportivos son otra maravilla clínica. Ellos saltan de alegría frente a televisores y estadios y se convierten en ríos consumidores de camisas del equipo, abonos y discusiones... una interesante arma de control veo yo, ellos: pasión, amor, tradición, lealtad. El fanatismo en cuanto a extraterrestres, ovnis, terraplanistas y cuanta estupidez se repita con eco en redes sociales no es más que un intento por no ir a dejar de ser el humano más sumiso, creyente y defensor de imposibles teóricos. En la música existen los mismos tipos de fanáticos que van a brincar y a gritar frente a una banda o un artista, ellos no se salvan y pueden vivir con ello... el delirio colectivo no valida el ridículo, por el contrario, lo hace más manejable ¿Cree usted que hay gente que ha muerto por la religión o la fe en algo? Si a mi me dicen que debo renunciar a mi fe en las leyes de Newton o de Maxwell a condición de no perecer, con tranquilidad lo hago, aunque deba repetir como Galilei, Eppur si muove. Igual le reniego de lo que toque, que nada vale lo que vale la vida. Pero tranquilos que eso es lo general. Con qué puede vivir la humanidad en persona y no creo, ni por un segundo, que los grandes asesinos seriales hayan hecho acto de constricción para decir que pueden vivir con ello, el retrasado mental ignora su estado y, si lo vemos bien, ni siquiera tiene el problema de pensar en su yo. ¿Le vemos reír? seguro se ríe, ¿De qué? tal vez ni lo entiende, pero se ríe, baste eso para decir que es feliz y si está vivo es que puede vivir con ello. Cada uno ausculte su vida y diga con que puede vivir: con el ridículo de emborracharse y hacer el oso, con la pantomima de la sociedad, con la vestimenta, con la idea fija de un cielo, con el equipo del alma, con casarse, con tener hijos... Supe de una pareja que tiene por hijo a un peluche y que viajan con él y le tratan como tal; supe de un hombre que se subió a una columna y allí vivió por 40 años; me enteré de una pareja que vive en una alcantarilla abandonada y de otra que instauró su propia religión, llegó a mí la historia de un hombre que se enorgullece de vender costales en buen estado... Tranquilos, podemos vivir con todo. Mientras nuestra mascota va con una traílla tejida hay cientos de niños desnutridos padeciendo hambre; cuando nos acostamos en colchones mullidos hay una jauría humana tratando de acomodarse en el frío de la noche con cartones y retazos; Mientras sacamos la comida del refrigerador y la calentamos en el horno microondas, existen seres humanos buscando en la basura algo que no esté muy podrido; Cuando nos quejamos del atraso del teléfono que compramos el año pasado, hay una población incomunicada por deficiencias de infraestructura o nulo acceso a la tecnología. Al tiempo que le compran el iphone al niño de 10 años se dan golpes de pecho por la violencia en el mundo... Hay quien se cree con derecho porque trabaja, porque ha sufrido, porque se ha hecho solo, porque ha sido bueno o porque ha sido terco... en fin. Viven con ello y no se tienen que preguntar si pueden vivir con ello porque viven sin preguntárselo. ergo, pueden vivir con ello. ¿Yo? sí, hablaba de mí. La conclusión me abarca, estoy vivo, sé de todo ello y claro, puedo vivir con ello.
PS: El dolor del mundo es inmenso, hubo uno que se arrodillaba ante ese dolor, la humanidad camina más al lado de Dawkings y yo estoy seguro de la línea de Decibelios, "no me importan los demás mientras yo la pase bien".
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