Nunca se piensa tanto como cuando realmente estás en el proceso de responderte a ti mismo una pregunta y careces de fuentes confiables y críticas. Alguien me comentó que se habían dañado 150 bultos de cemento por enfriamiento o endurecimiento, demasiado tiempo en el frío sin ser usados. Yo no me pregunté si era verdad o si era mentira sino que pensé en posibles soluciones y una de ellas fue preguntarme de qué estaba hecho el cemento y cuál era su proceso. Luego argüí que su composición era Piedra caliza y que se calentaba para extraer el agua de composición, es decir se calcinaba para mejorar su adherencia y supuse que esos bultos podían reingresarse en el proceso de manufactura, desmenuzarlo y volverlo a ingresar a los hornos. Las personas a quienes pregunté no sabían o no estaban de acuerdo. Google no hizo su aparición hasta la semana siguiente cuando mi proceso de pensamiento me había arrojado una certeza sobre que todo puede volver a sus componentes por procesos de separación mecánicos o químicos y volver al proceso de producción. Afirmé categóricamente que mi pensamiento me arrojaba a un resultado: Todo puede volver al proceso de producción mientras no haya una transformación química no reversible en el proceso. El papel puede recuperarse, el vidrio roto se recoge para volver a la fundición, el plástico puede reprocesarse, la madera puede tener un nuevo comienzo en aglutinados y contrachapados. Químicamente no se ha transformado y por tanto puede ser reutilizable el cemento. Averigüé de que se componía el cemento. Principalmente calcita, arcilla y hierro calcinados o si quieren óxido de calcio, óxido de silicio y óxido de aluminio en proporciones 60, 20 y 5 aproximadamente. No dice nada de poder reprocesar el cemento endurecido pero puedo asegurar que si el concreto puede volver a entrar en la línea de recuperación, el cemento endurecido puede hacerlo con mayor razón. Abandonemos la idea porque no sea fácil llevarlo a destino o valga más su reprocesamiento que su desperdicio. En cuestiones económicas siempre es así. Vale más reprocesar el papel que hacer nuevo y lo mismo para el plástico. La riqueza de la naturaleza es tal que aún no la hemos agotado y por ello calculamos ganancias antes de iniciar un reproceso más costoso en recuperación. ¿La afirmación del principio es válida? ¿Se puede reprocesar todo material sintético? Seguramente obtendré respuestas ambiguas y dudosas respuestas, yo creo que todo puede recuperarse pero a veces no vale la pena el proceso o es insignificante. Esperemos noticias de otros procesos porque al momento sólo pude pensar en unos pocos. No era de eso de lo que quería hablar porque otra pregunta vino a mí en la semana ¿es verdad que compartimos células al dar un beso y que pueden durar hasta seis meses en nosotros esas células ajenas? Luego de pensarlo supuse que era una amenaza pueril para espantar jóvenes besuqueadores pero un pensamiento juicioso observará que no sólo compartimos la flora bucal representada en 100 millones de bacterias con 600 especies de ellas por cada mililitro de saliva. ¿Se irán todas al tragar o al efectuar el proceso de digestión? Definitivamente nuestra boca no es un redil y algunas se multiplicarán allí mismo con lo que conservaremos del otro una colonia completa de su flora por el resto de nuestras vidas. Las células de nuestro cuerpo se desprenden por millones a cada paso, células de piel, cabellos, saliva al hablar, sudor, lágrimas y en cada de uno de nosotros ha de habitar algunas células de las personas con las que nos solemos rodear, no ya átomos de personalidad, no ya poses y ademanes, sino costumbres e idiosincrasia. ¿Cuántas células de piel tragamos al besar? No importa, pero células a fin de cuentas pueden permanecer en algún micro orificio de la piel, en las vías digestivas o respiratorias por años. Tal situación no afecta nuestro desarrollo ni nuestro sistema inmune pues aquellas, básicamente, son inocuas. Aún así no es de extrañar cuando se dice que tenemos átomos de dinosaurios y gorgonópsidos pues en la tierra no se producen átomos de carbón ni de ningún otro. Lo que somos fue hace millones de años parte de otros seres basados en carbón, en nitrógeno, en oxígeno y en hidrógeno para no alargarme. En cada uno de nosotros hay restos de estrellas de la primera camada del universo temprano, restos de super novas, restos de meteoritos, restos de lo más recóndito del universo, pero seguramente de los 30 millones de millones de células del Fhürer o de Einstein, de sus 7000 cuatrillones de átomos nos haya tocado un tanto en suerte cuando aquellos fueron reprocesados por la naturaleza, reutilizados, reciclados. Por fin llegué al empate de las dos preguntas, pero les queda de tarea preguntarse que tan cierto es mi argumento y pensar alrededor de ello.
PS: Perdemos unas 40.000 células de piel por minuto. Una gota de saliva humana supera en células a la población humana... no daré datos del sudor o las lágrimas porque pueden desprenderse de aquí. Nuestro cuerpo tiene 30'.000.000.000.000 de células y 7.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de átomos.
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