Hace un rato de tiempo me dije que no podía morirme sin ver morir a Celia Cruz, a Fidel Castro y al papa Wojtila. Cuando ellos murieron me puse otras metas Bush padre e hijo, Ratzinger y Roberto Carlos... Alguna vez también dije que el hombre se sentaba en un corredor a recordar aquellos viejos tiempos cuando dejaba de vivirlos. Oficialmente se está viejo si se acepta que se está viejo y si la edad lo amerita. Oficialmente ya no espero la muerte de nadie aunque aún me gustaría oír que Don Francisco el locutor mamón aquel y Francisco el papa caen antes que yo. Justamente ahora que hacíamos el homenaje a La Polla en esa canción de "Cara al culo" que dice Reagan muérete, Nancy muérete, Obama muérete... en fin, pensábamos sacar un papel doblado del bolsillo, de esos que desenrollan, luego de unas disculpas por no decir todos los que eran... Broma, pero al final que se enteren que esperamos que hayan muchos muertos y que la mayoría son buenos y merecidos muertos... Apenas ayer me senté a conversar con Camilo R. y salió a la palestra el viaje ¿Me gustaría visitar algo en este planeta? No. La madre Teresa no nos interesa, ni las pirámides de Giza, ni las ruinas de Teotihuacan, ni la ciudad sagrada de Petra. No existe una maravilla arquitectónica sobre el planeta que desee ver o retratarme con ella, el London Eye o el puente de Londres sobre el Támesis me tienen sin cuidado, Abu Simbel y la Gran muralla no me inquietan. La cuna de la humanidad con sus millones de antropoides no me interesa. Conocer la estatua de la libertad o la torre Eiffel no me carcome el corazón, visitar el mar muerto o las aguas multicolores de caño Cristales no me apetece ni me intriga. ¿Y el mar? ¿Conocer el emplazamiento de las ruinas del Titanic? No, ni el Titanic, ni el Britanic, ni el Olimpic, ni el Costa Concordia, ni el San José, el Perla Negra o el Queen Anne revenge. Las mil maravillas submarinas, el negro mar y las islas paradisiacas no me interesan. Quédense con ellas y si pueden cómanselas, yo no tengo interés alguno en soberanas pendejadas y debo reproducir a Pessoa: "Cualquier ocaso es el ocaso, no es necesario ir a verlo a Constantinopla" y eso es válido para todo lo demás. Cualquier vista es la vista y cualquier mañana es la misma mañana, no necesito ir a verla a Boca Grande. Quisiera que el espacio me atrajera con todas sus maravillas pero Proxima Centauri no está a mi alcance y visitar esa colonia de engreídos en la estación espacial me causaría náuseas. Ni siquiera me atrae el pagarle a sir Richard Branson o a al desquiciado de Musk para que me lleven a verificar la curvatura terráquea en la estratósfera, ni tengo con que pagarles. Por lo mismo el Everest que yo llamo Sagarmata no me atrae, ni ninguno de los catorce 8000. Una subidita allá no baja de los 150.000 dólares y tener que ir a lidiar con un viaje de imbéciles prepotentes, permisos, papeleos, tiempo, me aburre más que ir a mercar. Aquí viene la pregunta de si no quiero o no puedo y las dos son positivas, no quiero físicamente y no puedo económicamente y si quieren adicionen que tampoco puedo físicamente, mis rodillas, mis pulmones, mi capacidad de dolor, mi concentración, mis arterias... todo ha fracasado. El interés lo he perdido, no quiero saber quienes se mueren, ya no quiero hacer nada fuera de mi fortaleza de la soledad, me aburre reunirme con gente, ir al bar de la esquina y hasta encerrarme a tomar yo solo, lo peor es que cuando lo hago me quedo dormido y soy mal tercio hasta en una relación de dos... Ahora me siento frente a una máquina de escribir y escribo mis recuerdos que son tan verdaderos como lo permite mi memoria, es decir, son falsos... Ahora estoy en el corredor contando hazañas que no pasaron y cuentos que he recopilado toda la vida para aplicarles moralejas (todas crueles, misóginas y antiimperialistas y ateas porque yo solamente enseño a odiar como a mí me enseñaron) tristes... sí señores, oficialmente estoy viejo.
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