lunes, 16 de octubre de 2023

Sueños

 Casi entrando a clase me asalta un chico gruñón con una pregunta salida del agujero del conejo de Alicia: ¿Oiga profesor usted cuando pequeño tuvo sueños? ¿Y los cumplió todos o alguno se le quedó en sueños? Las dos preguntas se redondeaban y se entendían porque a esa edad y con la primera pregunta yo debí responder que todos soñamos, todos los humanos, aunque estudiosos revelen que algunos animales diferentes al hombre también lo hacen y que esos sueños no significan, más allá de la depuración obligatoria de la memoria, absolutamente nada. La segunda pregunta es la que vuelve todo más complejo. Sí. Yo no puedo hablar sino por mí, pero creo que todos los viejos tuvimos un sueño e incluso varios, en el pasado, sobre nuestro futuro, ese que se sueña con los ojos abiertos de qué se quisiera ser a futuro en el ya lejano pasado. La otra respuesta también es sí ¿Cuántos sueños se me quedaron en el pasado? Todos. Los malditos sueños son eso, sueños, ansías una vida llena de plenitudes y oportunidades y te encuentras con "la vida" llena de incertidumbres e improcedencias. Crees que serás bombero o policía porque te cansas de escuchar que esos son los buenos y apenas creces te decepcionas de ambos al palpar la realidad. Papá y mamá te alientan a estudiar porque creen que algún día podrán sacarte tajada y se caen de la cama cuando renuncias a todos tus estudios y montas una banda de garaje sin rendimiento económico. En la escuela sueñas con terminar tus estudios para poder empezar a devengar y al terminarlos caes en la cuenta que esos son apenas los pinitos y que faltan los que valen, porque un bachiller es un analfabeta en este país y gana el mínimo. La primera instancia es convertirte en un obrero calificado y asistes al SENA para que el estado tenga lo que se merece, carne de trabajo certificado, y ya te sientes con derecho al mundo cuando apenas te autenticaron en esclavitud. Sueñas con ser médico o abogado y nadie te cuenta que las universidades hacen preselección y muestreo y que algunas universidades ni vale la pena mencionarlas y que esas profesiones también son trabajos. Doctor de "El minuto de dios" o de "La Remington" no deben ser buenos y todos soñamos con ser buenos en lo que hacemos. Si, soñamos con ser buenos en lo que hacemos y somos la cosa más mediocre y burda. ¿Has visto alguien bueno en lo que hace? Eso sí, todos creemos hacerlo bien pero nada más alejado de la realidad. El que enseña es un pedante, el que trata de aprender un pésimo alumno, el que dirige un arbitrario, el que paga un tacaño, el que ama un mentiroso empedernido... Puedo asegurar que en nuestros sueños no esperábamos ser obreros, que eso somos, seguro soñábamos con ganarnos la lotería o encontrar un gran tesoro o hasta el anillo mágico de Odín o la lámpara de Aladino. Vivir sin trabajar, tener dinero sin ganarlo, saber todo sin estudiarlo, ser fuertes sin proponérnoslo y ser sabios sin experiencia. Seguro soñamos escribir la mejor novela, un best seller que nos sacara de apuros para siempre, ganarnos el Nobel aunque fuera el derrotado Nobel de la paz, escribir y cantar el éxito musical que rompiera récords de sintonía y recibir contratos para el mercadeo y comercialización de todo lo relacionado con él. Seguro vas a encontrar personas que se sienten orgullosos de su trabajo y juren que han cumplido sus sueños, pero nadie sueña con ser taxista en Medellín o voceador de almuerzos en la calle Carabobo, ni vendedor de confites en el transporte público o repartidor puerta a puerta de productos de Yambal y el que sueña con tener una profesión no está en nada, sueña con ser obrero y cumplir horarios, sueña con la realidad porque o naces en una familia pudiente o te buscas algo qué hacer y verás quien es feliz trabajando toda la semana y devengando un pinche sueldo que no alcanza para mucho con unas vacaciones en algún lugar paradisiaco por ocho días o un tour prepagado donde ya todo esta delimitado de antemano, almuerzos, desayunos, visitas, noche de copas... para poder contar a otros esclavos tus grandes logros de esclavo fijo. No, ese no puede ser el sueño de las masas, aunque la religión siempre ha sobre valorado esa resignación cristiana tan sumisa: al menos tengo trabajo, al menos tengo que comer, al menos tengo donde vivir y al menos estoy vivo. Esa hermana idiota de la esperanza también me desespera porque es igual de tonta  ¿Se fue la pregunta? No, yo soñé todo eso  como cualquiera ser humano y no lo cumplí porque la verdad, esos sueños me dieron un bofetón apenas entrada la adultez. Sueñe con lo que quiera pero adáptese a lo que hay. De niño soñé con ser piloto de aviones y resultó que era demasiado costoso para un individuo hijo de obrero, además resulté tener miedo a las alturas, aerofobia y acrofobia. Quédese en el suelo quien tenga miedo a volar y no sueñe con las alturas que le son peligrosas. Soñé inventar algo que fuese útil y toda la vida me la he pasado esperando el momento oportuno, soñé con dirigir una empresa y a duras penas me gradué para ser obrero del que espera cada mes su salario para repartirlo en obligaciones. Soñé con ser un experto en artes marciales y vencer a cualquiera y me aplastaron los sueños con un puntapié en las narices. Soñé con ser un gran científico y al crecer me di cuenta que en Colombia esa palabra es pecado; imaginé casarme y tener hijos y vivo solo y meditabundo y seguro estoy que al que ese sueño se le cumple, se jode la vida porque el sueño se le vuelve pesadilla. Deseé vivir en exclusiva para mí y al crecer le debía todo al estado y tengo el mismo problema que los demás, creo que vivo para mí pero vivo para las obligaciones del estado. Soñé con ser feliz y soy un cúmulo de odios y arrepentimientos; soñé aprender a tocar una guitarra como un mago y a duras penas aporreo las cuerdas; fantaseé con ser el mejor mago del mundo y todavía, y a penas, adivino cartas en un bolsillo... Soñar no cuesta nada dice el refrán y la frustración es apenas un impase menor. Cierro con esta frase de Golda Meier citada por Fallaci en "Entrevista con la historia" "Se pueden tener todos los sueños que se quiera, pero cuando se sueña no se está despierto."

PS: Draupnir se llamaba ese anillo mágico de Odín y en todas "Las mil y una noche" donde sólo hay un cuento de Aladino, la Princesa Scherezada no menciona nombre especial para la dichosa lámpara.

PS 2: ¿Quién no sueña con ser reconocido? ¿Con ser bueno en lo que hace? ¿Con tener la última palabra? ¿Con vencer a todos, incluso a la muerte?  

PS 3: Si encuentra a alguien que ha estado feliz con su vida, que cree haber cumplido todos sus sueños, alguien que a los 30 cree que ya lo vivió todo. No lo dude. Usted está frente a un fanático o a un verdadero idiota.

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