lunes, 30 de noviembre de 2015

El ojo del huracán

En serio, el ojo del huracán es tal vez la parte más calmada del mismo. Las cosas deben ponerse muy locas apenas nos alejamos del centro de aquel porque a medida que se aumente la distancia al centro de giro aparecen aceleraciones que dependerán de dicho radio y del nivel Fugita del mismo y al llegar a un máximo irá disminuyendo. Punto para mí: agite agua en una ponchera y obtendrá un ojo, que es alrededor de lo que todo se mueve y es la parte más calma. Calma chicha. Lo que llaman ojo está mal interpretado por el que dice, estamos en el ojo del huracán para decir  que está jodido; pero la verdad es superada por la ciencia, en el ojo estará bien mientras no se acerque a las paredes, pero no es algo tan apremiante. Que perro que ladra no muerde. Falso de todos los falsos, hasta la más pequeña de las criaturas descritas como ancestros de los lobos y de los chacales, viene desde el nacimiento con una boca y dientes dispuesta para el fin que se les niega y con una voz particular que llamamos ladrido. Quien haya tenido perros pequeños sabrá que dichos perros ladran para ejercitar la función del "habla" y luego hincan dientes en lo que se atraviese, dicho esto, perro que ladra también muerde. Y sigo con perros porque "por la plata baila el perro"; eso si que me queda en entredicho, el único animal que baila por dinero es el hombre, pero siguiendo los modelos de conductualismo podremos afirmar que el perro baila por un incentivo que refuerza lo bien o lo mal que esté haciendo, eso lo manejan a la perfección los entrenadores de animales, pero jamás será por dinero: salchicha, pan, un juguete, una caricia; dinero, nunca. Y "que perro viejo ladra "echao"" no lo dudo, pero si ladra y no muerde, no debe ser un perro viejo, porque perro viejo sabe lo que muerde y ladra "echao", definitivamente todos los perros ladran y muerden y muerden aunque estén echados e incluso a pesar de ello. Qué el perro es el mejor amigo del hombre, que el perro es fiel, que el perro... Nada de eso puede corroborarse, el perro estará de parte del que le alimenta, experimentad lo contrario, si le das golpes a un perro terminará muriendo por ello y no se irá hasta morirse porque le estáis supliendo algo que no puede conseguir por vía propia -He visto perros amaestrados volverse salvajes y cazar su propio alimento, pero esos casos son escasos y sólo en lugares que posean cotos de caza, en la ciudad, la realidad es triste, el perro roba o muere y a veces muere por robar- el alimento. Leed a London en "El llamado de la selva", hallaréis un manantial de verdad. Dejo a los perros, y me atengo a "En boca cerrada no entran moscas" este refrán contiene una infalibilidad ergotista, pues si algo está cerrado y no se abre de ninguna manera, permanece cerrado, ergo, nada puede entrar, ni las moscas, ni otra plaga y, aunque los absolutos perfectos no existen agrego; una boca absolutamente cerrada en el mundo newtoniano, no puede ser traspasada por insecto cohabitante. Y en ese sentido de imprevistos, "bala que zumba no mata" Es por demás sabido que el sonido se desplaza en el aire a temperatura y presión estándar de unos 350 m/s y las armas pueden llegar a 1200 m/s. Si la bala te diera en punto mortal, no alcanzarías a escuchar el sonido que requiere aún 850 m/s para llegar tan siquiera juntos. Si la bala no te alcanzó en zona mortal, la frase es cierta, oirás el zumbido por tanto -ergo- no te mató. Eso no garantiza que no mueras de la herida producida, pero al instante, la frase es cierta. "Entre bueyes no hay cornadas" es falso de cualquier falso, porque una cornamenta no se convierte en escudo de otra cornamenta, ambas son armas de ataque y equivaldría a decir que entre espadachines no hay cortadas, bienvenidas todas ellas. Quedo a la espera de que me manden más frases para analizar. Por hoy quedo a sus órdenes y a sus desordenes. 

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