lunes, 6 de junio de 2016

El malestar general que me produce la inmensa mayoría

La rabia es un mal consejero, hablar con rabia no es recomendable porque se dicen cosas de las cuales uno tenderá a arrepentirse e incluso a pensar que fueron exageradas y hasta de mal gusto. Con la rabia incluso existe el cliché (estereotipo, porque la palabrita también es un cliché) de algunos compasivos de que: "Hombre estaba enojado" "lo hizo porque tenía rabia" en fin. Hablar con rabia nos deja un mal sabor de boca, porque pensamos: "hombre, la defequé anoche o ayer" y ¿quién sabe cuántas estupideces decimos con rabia? Yo he sido un genio para ese tipo de cosas, se me sale el odio y la rabia, pero no por cualquier cosa, casi siempre es algo en lo que he estado trabajando mentalmente: la traición de un amigo, el impuesto de turno, la amnesia de los votantes, el concurso televisado, la convocatoria de bandas, las reglas de un evento, la compra de votos... el malestar general que me produce la inmensa mayoría. Claro que mi pensamiento como cualesquier otro pasa por pertenecer a un grupo de tres: fe, opinión o ciencia. Se puede tener fe en muchas cosas y no sólo en las religiosas, y quienes hablan con la fe están fuera de todo mal y peligro porque, ¿quién puede refutar ideas de fe a los creyentes? La ciencia barre con todos los argumentos, pero la ciencia no está al alcance de la mayoría; ¿quién me da el dato de como deducen que venimos de un big bang y luego el modelo inflacionario y hasta la teoría M o la materia oscura y la energía oscura o el proceso por el cual me llega la señal de radio? la humanidad es un bebé en manos de ambas escuelas, entrambas manipulan voluntades débiles y las ponen a girar al son que tocan. Existen más manipulados por la fe que por la ciencia, esto no salva a ninguna de las dos. Yo me adhiero a la ciencia, pero lo que digo es una mera opinión, nada más. Puedo generar crítica, dolor en algunos, conmiseración y rabia, pero lo mío son opiniones, eso sí, personales, que no me las leí en un periódico, que no me las dijo Richard Bach, ni se las copie a Kant. Yo veo un caso y lo analizo y desde ahí, a veces sólo interpretando, me arriesgo a opinar. Mi opinión va contra corriente, siempre encuentro una razón para arremeter contra la masa. La situación es que yo creo en rebelarme, creo en decir lo que pienso y hasta creo en el derecho de todos de hacerlo; pero cuando un idiota habla de extraterrestres, hadas, ovnis y apego a los dioses, me enciendo, porque eso es la opinión de la masa susceptible y temerosa. Ellos pueden opinar, pero no me siento acorde con ellos ni bien estando cerca de ellos, van cogiendo aquello de "el malestar general que me produce la inmensa mayoría"
El mundo es simple, no caben en él idealismos: si quiere ser un buen músico, -léase reconocido en el medio, premiado y famoso- componga para la masa y véndase al mejor postor, chupe algunas pijas por contratos y bájese los pantalones frente a un par de peces gordos y siéntese a decir que lo logró. Si quiere triunfar en el mundo, pinte su cara en un volante de votación, diga lo que el otro quiere oír, prometa, halague y alíese con la gente correcta -narcotraficantes, familias influyentes del pueblo, partido en alza, candidato en alza, en fin- después viva del dinero del pueblo, invente más impuestos y cobros y tranquilo, ya lo logró. Quiere triunfar en los negocios, lo mismo, mienta descaradamente sobre su producto, ataque el de los demás, arrástrese, robe, compre regalías, adquiera "derechos" ya es un "triunfador". Los demás somos los demás, nunca hemos tenido la capacidad de arrastre, el imperio del instinto de superioridad, de ser "alguien" no es capaz contra nuestro denodado deseo de no doblar las rodillas ante el fetiche o ante el amo, nos puede más el orgullo que el deseo y vale más para nosotros la pureza de nuestro pensamiento que el barro del que se forjan las estrellas y el miasma que dejan en el camino que recorren. Lo ven, esa es una opinión y lo mismo aquella de "el malestar general que me produce la inmensa mayoría"

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