jueves, 16 de junio de 2016

El ser y la nada

Buscamos desde apenas darnos cuenta que andamos en este mundo una razón para seguir en él. Las religiones nos ofrecen un sin fin de posibilidades hum, una. El cielo si nos portamos dentro de los parámetros de la religión imperante. Vivimos con miedo a perder el cielo y a no ser "dignos". La ciencia nos revela que somos cabezas de fósforo al lado de una charca en un vacío perpetuo, una raza con conciencia que se cree dueña del universo, tan ínfima, tan pequeña, que si la tierra desapareciera ya mismo, el dolor cósmico sería nulo. Una tenue reacomodación del espacio tiempo y un pequeño cambio de órbitas planetarias que no sumarán demasiado ni alteraran en sumo el equilibrio cósmico. La materia oscura es tres veces mayor que la materia visible, sin ella no habrían podido formarse las galaxias existentes, unas 200 mil millones de ellas que abarrotan el cielo y que ni siquiera percibimos y la energía oscura es el 75% del universo y no la vemos, de ella se requiere para la aceleración de expansión que experimentan las galaxias y aún así el 99% de lo visible en el universo es hidrógeno. ¿Alguna acotación hermano simio? ¿buscas una razón de ser, un por qué, una finalidad de tu existencia? Somos nada, ni siquiera hormigas, ni tan siquiera bacterias o virus, nos separa esa dudosa virtud que llamamos razón y habla, taxofilia, ánimos de separar, comparar, definir y comprobar, válido, aprendemos de nuestro entorno, pero nuestra existencia es nada, efímera, inútil, sin razón a pesar de la que decimos poseer. No existen cielos, somos cadáveres ambulantes que nos debatimos en el entorno, comprar, vender, engañar, apilar, esconder ¿para qué? ¿no bastará con pasar por acá sin remedio? ¿Quién es el que se siente más o mejor? ¿quién se enoja porque alguien llegó tarde? ¿por la muerte de un niño? ¿por la masacre en tal? ¿por la guerra en pascual? ¿por dormir en demasía? ¿por añorar la muerte? ¿Cuales de esas cosas son más que la suma del vivir y la consecuencia lógica de una "razón"? ¿Quieres consuelo? en cien años nadie te recordará. deja que pase el tiempo y la humanidad, efímera también en los eones cósmicos, pasará y el dolor cesará. ¿te afecta el dolor? ¿piensas que sólo tú has sufrido? !ingenuo¡ Los sentimientos son un estorbo evolutivo, ninguno es funcional ni fiel a la necesidad de cada especie de reproducirse egoístamente. Atrapados estamos en esta esfera de tierra que está llena de pequeños humanos que quieren engullirse a los demás humanos, mirarlos por encima de los hombros, engañarlos, someterlos a leyes y normas y ¿para qué mi querido homínido evolucionado? ¿qué harás después? ¿por cuanto tiempo habrás de gobernar? ¿20 años? ¿50 años? ¿comprarás la vida eterna? ¿te congelarás para ser despertado cuando la humanidad haya dominado la vida eterna? y ¿qué harás con tal etermidad? ¿no bastan acaso los viles años de la niñez, los torpes años de la adolescencia, la corta edad de la razón, la triste frialdad de la vejez y la ignominiosa estadía en la senectud? Avanza, vence, yo no creo en otras tierras, los cielos no me seducen con sus promesas de eternidad, los dioses no me conmueven con su piedad y ni aún me intimidan con sus anatemas, el mass media consumista me saca de quicio porque no es equitativo e impulsa a la masa misma a destruirse en un embudo por el poder y por la posesión. Me aterra que la humanidad no se de cuenta de como es usada para erigir un monumento a la estupidez. El consumismo consumirá la tierra y en su avalancha consumirá la misma humanidad. No existe tal cosa como emisiones cero o energía limpia mientras el consumo sea el pan diario de una raza. Todo termina, todo acaba, la entropía es positiva, ningún amor es más fuerte mañana, todo mengua. Nada es eterno, ni el tiempo mismo, ni el universo, a cada cosa habrá de llegarle su fin y a algunas nadie las llorará. !Oh que aspiración tan sublime¡ que nadie me llore, ni una lágrima, ¿para qué? A este mundo de consumo no puedo dejarle siquiera mi pensamiento porque también es consumo. Pero adelante, griten, que sus fuerzas se queden en el ruego y en el canto de la barra, y en la oración y en el miedo y en el amor y en las cofradías y en las familias y dejen su semilla y siembren la tierra con su orgullo y exhíbanse en sus autos último modelo y con sus ropas de cercana adquisición, con ello conseguirán lo mismo que yo que no he abrazado tales lineamientos: nada.

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