domingo, 30 de abril de 2017

Mis siete maravillas

Hace días que puse a unos fijosdalgos a producir en torno a este título y a mí se me dio por ponerme a la misma tarea y traer a mis insermos las siete maravillas, pero no las de Eléucipo o las de Pisístrato sino las "meas puras" y como no quiero vanagloriarme de mis múltiples viajes y de mis enconados acentos de lectura, no hablaré de Machu picchu, ni de las líneas de Nazca o de la piedra del vicario o de un alerce milenario, ni siquiera hablaré de los prodigios naturales del ser humano, que entre comer y descomer hay una maravilla completa, o simplemente hablar de su entramado social que es impresionante, el como busca pareja y se reproduce con una línea informal que parece repetirse desde el eco de los pastores y hasta desde antes. Fíjense en la maravilla de la visión, el aparato que entiende la luz es una maravilla por si solo, incluso el que entiende el sonido es un sistema verdaderamente maravilloso y complejo. No. No se vale hablar de esas maravillas, o, por lo menos, yo no me aprovecharé de ellas. Tampoco quiero hablar de la familia, "la familia mi señor -recuerdo a Facundo- ese víacrucis de parientes, esa miseria en cooperativa..." Bueno, sólo agrego que la familia, la propiedad privada y el estado son maravillas de inventos. Las comunicaciones, la red, el microprocesador, la cámara, el micrófono son, indudablemente maravillas. La tecnología me puede dar pie a mencionar un mil maravillas sin parar. Tampoco haré uso de ella. No mencionaré sentimentalismos: "sin mi padre o mi madre que me dieron a luz..." Eso sería un arrebato técnico que, a la luz de la verdad, no me voy a permitir. Les voy a contar mis maravillas y no se apenen ni me consideren mal por lo que les voy a relatar. Maravilla es que el hombre no se haya desbocado y acabado con los hombres que están a su alrededor como los Lemmings, aquellos roedores que al estresarse se abalanzan contra ellos y contra los acantilados y los depredadores hasta que quedan unos pocos que reconstruyen la manada. ¿Cómo ha soportado el hombre al hombre, donde cada vez son más ellos y menos los espacios? me parece una absoluta y quimérica maravilla. Me parece maravilla que el hombre, no importa el rincón de la tierra al que nos refiramos, ha creado un ser todopoderoso y una antítesis de la misma, una que premia y una que castiga o algo similar. Lo maravilloso es que el miedo, la razón y el deseo lo hayan empujado siempre en la misma dirección, la religión o la religiosidad y todas sus virtudes y defectos -para mí son más los defectos- es una maravilla que debe estudiarse y superarse. Maravilla es que el hijo del hombre se parezca tanto, en quehacer y psíquicamente a su primo el animal: "El hombre sólo pelea por territorio, comida y hembras" es una afirmación que, por lo simple, es maravillosa y en el ocaso de las selvas el hombre no la ha olvidado y la practica con fervor. Maravilla es que en la era de las comunicaciones, 1/3 de la población mundial carezca de ellas o ni siquiera las conozca. Maravilla es que en un mundo moderno ocurran exabruptos como las amenazas entre países por territorio, por comida y por mujeres. Maravilla es que a pesar de tantos daños a la naturaleza, de tanto horadar la tierra para buscar los materiales que se consideran preciosos o los químicos que la sociedad civilizada necesita para conservar tan preciado título de "moderna", aún exista ella. Maravilla que se creen tantos impuestos que se van a la alcantarilla de las corruptelas y no aparezca un Guillermo Tell que rompa un par de decretos y rete al gobernante de turno, es decir, es una maravilla la borreguía que suma toda la humanidad que acepta el yugo y camina al cadalso augusta porque va hacía su salvación divina. Maravilla es que Gea aún nos soporte y que ningún dios, de ninguna religión -habiendo tantos- se haya abrogado el castigar a la destructiva raza humana, consumiéndola en perentoria extinción. Maravilla polémica que en un planeta donde existen personas con miles de millones en el banco, coexistan -por poco tiempo- con gente aguantando hambre y sed por extrema pobreza. Maravilla la amnesia que sufren los pueblos cada cuatro años en donde renacen sus esperanzas y las ganas de obtener prebendas por sus candidatos y se lanzan a vocearlos hasta quedar sus gargantas desgarradas y luego se dedican a soportar las injurias que aquel les impone, para renacer en el cuarto año y empezar de nuevo el viacrucis. Maravillas muchas y maravillas las que me faltan porque esta humanidad, es una maravilla.

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