domingo, 9 de abril de 2017

Nostrum Curapaparos

Haberse visto hace dos mil años o más eones cuando el emperador amarillo, Quin Shi Huang Ti ─Que lo escriba yo como me suena bonito─ le urgía a su médico de cabecera ahondar en las investigaciones de un específico que le hiciera inmortal y aquel viéndose en tal, le empezó a administrar un preparado con mercurio mientras le hablaba de las maravillas de sus efectos que, lo llevarían a la tumba a edad temprana. Y se ve hoy quien le receta a uno una droga milagrosa que ningún médico receta y, aún hoy, te explican como lo debes preparar "en un recipiente de peltre" "con cuchara de palo" "dar sólo tres "revolvidas'" "Dejar reposar" "Es bendito" y hasta juran que es la panacea o la fórmula ideal de los "troquistas" para curar cuanto mal le acontezca al individuo. Discúlpenme mis queridos lectores, esto es una opinión y simple opinión, pero no existen los tónicos milagrosos, ni los específicos curalotodo o sanalotodo, ni los elixires secretos que reaniman y devuelven la juventud, no existe la tal fuente de la juventud, ni un "Eldorado" y ya los alquimistas no buscan la "piedra filosofal" ni el "usufur" ni el "Tinct. La "Usnea humana" no es una sustancia curativa, es un reto al vómito. La Piedragamuza no funciona contra los encantamientos y menos contra el código de policía. El electrum mágico sólo ha aparecido en la historia dos veces: en los huesos de Guepardo y en el escudo del Capitán américa. ¿A ver cómo se lo digo? No existe una Aqua Magnanimitatis que brinde coraje, ni un Unguentum armarium. No existe un Alcaest que lo disuelva todo. La sangre de vírgenes no inmortaliza como lo demostró Erzebeth Bathory y el aliento juvenil sólo rejuveneció a Hermippus. No existen los milagros sino la milagrosidad y puede que a alguno le funcione como funcionan los rezos de los predicadores que curan en un pueblo distinto cada día por la sola descarga de adrenalina que hace que un cuerpo se sienta mejor y por otros procesos de dopamina y drogas en el cerebro ¿quién no ha de sentirse aliviado de ser tocado por un dios y que aquel le prometa su reino? ¿acudo al miedo? No. Sólo aviso que no existen sustancias milagrosas, que la farmacopea actual está basada en la ciencia de las sustancias y que cualesquier otra, aunque funcione a medias es y puede tomarse como coprofarmacia y aquellos que las consumen y promueven su consumo, son coproservidores y en general chismosos de lengua y media que se creen a pies juntillas cualquier cosa que les dicen, son los que creen en la república y en el administrador de tal, son los que dan la razón de ser a la publicidad engañosa y a los reality shows y, como he dicho una y mil veces, con esa gente no quiero juntarme, ni hablarles, ni dirigirles la palabra. Por cierto, acá le tengo una droga infalible ¿quiere que se le curen los males y que los huesos no le vuelvan a crujir? ¿apetece que la arrugas de su cara desaparezcan y el vientre prominente no se note demasiado? ─lo mismo dicen de la posición decúbito supino─ ¿Quiere evitar los conflictos, el trabajo, los agravios, el código de policía, la policía misma y los problemas bancarios y financieros? ¿quiere que todos lo adoren y hablen bien de usted aunque sea por una única vez? Ya saben a que me refiero, con tranquilidad y sin desespero muérase, si no le gusta el elixir, le damos 90 días para que lo pruebe y si no, le devolvemos su dinero. En fin, hablar de otras formas de curación, así aceptemos hoy la medicina oriental, en el tiempo de la lógica y de la ciencia es una cuestión meramente pedestre.




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