domingo, 8 de octubre de 2017

No existo

Ya me he burlado de una propaganda salida en mi niñez que decía que lo que no estaba en las páginas amarillas no existía. Hoy día las páginas amarillas no existen porque no están en internet. Eso si, si lo que está en internet existe, entonces hay demasiados arrogantes, extraterrestres, creyentes, dinosaurios, fantasmas, espantos, brujos, ciencia falsa, aparatos inútiles y la parte buena de la red: conocimiento fácil, gratis y barato. No siempre la verdad, pero si un punto de vista. Existen unas reglas para no dejarse llevar por la fascinación de una teoría sin antes someterla a un juicioso examen. Más de uno ve una bobada en la red y la difunde sin pasarla por el tamiz de la verdad -tema de otro blog- y por eso se publican muchas veces bobadas y falsas premisas -casi siempre- pero esa no es la cosa de hoy. Imaginen que por un momento, alguien ingresó en mi perfil de "facebook" y decidí cambiar mi contraseña y darme de baja para darle satisfacción al primero que me lo cerró, lo hice y pude descansar de intrigas, de comentarios mal intencionados, de falsedades, de celos, de grupos, de preguntas ambiguas, de insultos e incluso de halagos y de buena fe de algunos. Yo soy un convencido de la inutilidad de las celebraciones y de las fiestas a no ser que sean una interacción social que redunda en más interacción social y sexo... Le corresponde al modelo de evolucionismo puro, pero quien no crea en tal, libre es de creer y experimentar lo que a bien le venga en gana. Logré pues, zafarme de las redes sociales y mi "whatsapp" lo separé a una "tablet" que no cargo pues mi celular es lo que se puede llamar un "dumbcell" y no posee las características del otro que usan muchos. Además no contesto el celular sino en casos muy extraños, nunca a un número desconocido y escasamente a un número conocido, tanto que mis amigos me han dicho: "para qué da ese número sino contesta, más bien no de nada". De acuerdo estoy, aún así no falta el inocente que me pide un número de contacto y yo le doy el número. Sigo con un par de correos y mis blogs, ya que, gracias a la magnanimidad de mis "fellowships" me fabricaron una página independiente que no depende del perfil y ellos mismos la manejan, cosa que les agradezco infinitamente porque sino, sería un cero a la izquierda. Desde allí, quien desea escucharme o contratarme a un evento o incluso saludar, lo hacen y reciben la contestación de alguno de mis "fellows" con lo cual yo siento que puedo volar sin estar pendiente de nada de lo que se mueve en la red, a excepción que me interese, esta semana hice un curso de "lockpicking" y hasta tuve tiempo de fabricar mis propias ganzúas y practicar ampliamente. Lo que resulta es que la semana pasada cumplí años y absolutamente nadie lo recordó. A mí eso me importa un carajo, pero es la primera vez en mucho tiempo que puedo pasar ese día, sentado al frente de mi casa oyendo pájaros y el ulular del viento y viendo a los pinos mecerse. Pasó una persona que tiene un sembrado en esa zona y me dijo: "¿A usted no le hace falta la musiquita?" "¿se divierte ahí sentado solo?"  No le respondí porque estaba "enmimismado" y la verdad no hacía falta respuesta. Llegué a Medellín y no me impresionó en absoluto que nadie me dijera nada y lo mejor de todo, me importó un pepino, hasta yo ese día vine a recordar que había dado una nueva vuelta al sol por un mensaje que me entró después de las dos de la tarde, de resto, sin novedad. Yo he pintado mi casa: Un extramuro en un bosque donde escasamente llega el agua, una guitarra y un teclado, una planta para mantener los alimentos frescos: ¿radio? ¿redes sociales? ¿televisión? ¿grabadora? ¿señal de celular? eso no se da allá, más por la zona boscosa y alejada, pero en un futuro será por regla mía, que quien asista abandone toda esperanza de comunicarse con el mundo exterior, que retroceda a la edad de las cuevas y se enteré de que no estando en las redes, no se existe y que además, se vive una extraña sensación, grata por cierto, de exilio y de rechazo por todo lo que hace feliz a un mundo narcicista y vacío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario