miércoles, 27 de mayo de 2020

Piérdete sésamo

El fraseo cotidiano y repetitivo que la sociedad usa como una armadura ya ha sido tema de conversación en este espacio y, como siempre, no tengo idea hacía donde voy, yo sólo me siento y dejo que discurra el título por los recovecos de mi memoria. "No hay mal que por bien no venga" y no hay venga que por bien no mal, da lo mismo como se diga porque es una frase de vencidos de esperanza vana y de mal gusto. Está justificando el mal como remedio y es un vil clisé cuya certeza está aferrada a los ciclos de tormenta y calma o a un paliativo luego de que, muerta toda una familia, le han pagado a un tercero un seguro con dinero o le han dejado hacienda. Ah pero eso sí, si la racha de infortunios continúa, el pueblo ya diseñó la respuesta y la solución intensiva: "al mal tiempo buena cara". Vuelve el bendito problema de creernos especiales, cuando somos una especie más sobre el planeta y con un crecimiento desmedido en el número de individuos. Se fijan por ejemplo la aplicación de que lo importante es hacer, qué empezar una labor es el cincuenta por ciento del trabajo. Al fallar la primera etapa se habla de resistencia y de que un error no es tan malo, volvamos a empezar y brindémonos una segunda oportunidad. Si falla la segunda se dice que "la tercera es la vencida" con lo que la suma de errores no cuenta y es hasta necesario fallar dos veces para que funcione la frase. Vuelve a existir el clisé en "no hay quinto malo" y seguramente nadie recuerda a Albert con "locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes" y seguramente don Thomas fue al límite de la locura cuando no fracasó sino que inventó mil formas de no hacer una bombilla. Adelante, la mega es la vencida. Ahora que para disculpar errores y metidas de pata se han inventado un fenomenal analgésico: "caer para levantarse no es caer" o sea que hasta la fecha el único caído fue el que quedó muerto en el acto. El mundo de contradicciones en el área nos revelan que es simple perspectiva: "el que madruga dios le ayuda" pero el que madruga le da sueño y puede ser que "se duerma en los laureles" y como "camarón que se duerme se lo lleva la corriente", de malas, pero si no se duerme no sueña y "soñar no cuesta nada" pero si se lo lleva la corriente no le sale barato y es que "no por mucho madrugar amanece más temprano". Ahora, dormirse resultó ser peligroso porque "quien ama el peligro en él perece" pero todos los refranes y dichos ya estaban conjurados ya que "del dicho al hecho hay mucho trecho".

PS: No puede dudarse que de esa multiplicación humana es que nos hemos pegado para hacer más de lo humanamente normal. Siempre hay uno o dos que se decantan por una locura que luego al volverse viable toma fuerza y explota en novedades y descubrimientos. La rueda que sobrevino en innúmeras ramas de aplicación, desde el transporte hasta el maquinado; el fuego que devino en las edades de bronce y de hierro; lanzar un cohete al cielo, que daría la vuelta hasta la carrera espacial; la evolución de las especies que dio al traste con la biogenética y el modelado de genes... Pero, tampoco puede negarse que es justo de esa multiplicidad religiosa que deviene el peligro.

PS 2: Yo hablé de desesperanza y por eso es que valoro unas frases más que otras, ciertas en el mismo sentido como esta de Eskorbuto: "el tiempo lo pudre todo" que es resignación y verdad bioquímica y termodinámica; o esta de Evaristo: "la pistola que te ha matao la fabrica un comerciante honrrao"; y "rómpete sésamo" es más fácil y real que "arréglate sésamo"; la de Darío "nadie ─que se complementa con nada─ es eterno en el mundo"; y las que más me gustan como despedida "muéranse", "rómpanse un pie" o "váyanse al  diablo todos"

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