Los noticiarios por fin se dan a la tarea de desempacar los trapitos sucios del encierro obligatorio, aunque eso es un eufemismo, los verdaderos trapos rotos de este encierro colectivo no cesarán de salir hasta un nuevo encierro, la era ha cambiado y se hablará de postcoronavirus. Señores, 2021 es 1 P.C. o 1 P.P ─post pandemia─. Lo primero que sacan a la luz, aparte de mil estafas y corrupciones y a la mejor es cortina de humo, es la violencia doméstica. Las razones para la violencia doméstica son miles, pero los psicólogos tendrán una tripleta de razones que pueden argüir para que se desaten los tan llamados "brotes" de violencia y no es para menos que sólo se busquen los que necesitan los pacientes postraumáticos del coronavirus y claro, los pretraumáticos que vendrán después. Las estadísticas son malas y casi nunca están bien tomadas porque el grueso de las violaciones domésticas se ocultan, así que cuando se atreven a decir que hay más de 10.000 casos reportados, es porque la cifra puede ser tres y cuatro veces esa cantidad, bastará revisar cifras de años sin encierro que algunos alteradores profesionales presentarán como similares o menores, pero la violencia familiar es un hecho. El proceso de encierro y de pasar de la cocina a la sala y a la cocina y a la sala y encerrarse en el baño y ver siempre las mismas personas con los mismos comentarios y arrebatos cansa y es la teoría de las papas fritas con salsa que pueden ser muy buenas y todo, pero ser condenados a cadena perpetua de alimentación con papitas con salsa es extenuante, cansón, aburridor y explosivo. Aunque la condena sea simplemente de 20 años o de un mes. Como ha podido comprobarse, las papitas con salsa todos los días terminan matando el placer de comerse unas papitas con salsa de vez en cuando. Así el matrimonio como la connivencia y así los hijos como la suegra. El desequilibrio es que no estamos acostumbrados al encierro con esos "placeres" que nos echamos a la boca ¿quién se casó obligado? ¿quien tuvo hijos a la fuerza ¿quién no alardea con las ventajas del matrimonio cuando se casa? ¿Quién no se siente orgulloso de la pintica? Ahora viene el poderoso encierro a demostrarle lo mamones que son los hijos y la esposa. Antes había disculpas de que había que trabajar y enviar los niños a la escuela; antes estaba la escapada de fin de semana con los "amigotes" y la disculpa de "hay que descansar de alguna manera" y en una pasadita por "La Veracruz" echarse una "canita al aire"; antes el tiempo que se le dedicaba a los hijos era nimio y la esposa soportaba sin sexo porque "pobrecito está cansado" o en el tiempo preciso entre el marido en el trabajo, los quehaceres domésticos y los niños en la escuela podía soñar mientras explotaba de placer recordando un adonis o viéndolo en los videos que le enviaban las amigas, un ratico no más, una escapada. El encierro acabó con todo y hay que estar en casa escuchando las peleas del hogar, los hijos incómodos y pidiendo comida, más ancho de banda, más películas, las peleas por el canal, los comentarios por la inmundicia de Pedro que no para de atacar a sus hermanos bombardeándolos químicamente, más juegos que todos están cansado de "Residen Evil" y "Fantasy Football" más reparaciones que los joysticks han sufrido mucho, una nueva consola de videojuegos que se puede pedir por internet; los celulares se han llenado de basura y no hay manera de limpiarlos sino formateándolos y se pierden tantas noches de insomnio y conversaciones por mensajería instántanea, otros están desechos sus puertos de carga y rotas las pantallas e infladas las baterías que ya no soportan más ciclos de atropello. El ama de casa, dueña absoluta de la cocina pide que la ayuden, manda a lavar platos y a barrer y trapear por tercera vez los tres metros cuadrados de patio, pide que su hombre y sus hombrecitos preparen hoy el almuerzo, que aprendan que eso sirve para los encierros prolongados y para cuando puedan irse lejos a vivir en otra parte. El hombre no se encuentra, trata de escaparse a la esquina pero las prohibiciones legales y el miedo de todos a enfermarse lo retienen, los vecinos son la misma cosa, tienen más miedo que él. Su única función se centra en ir al mercado cada que puede por pico y cédula, aunque ya olvidó si es pico y placa o pico y género y llenar dos bolsas con fritura y confitura para alimentar a los tele escuchas y mantenerlos en el sofá, soñando con comprarse un televisor de 50 pulgadas para su habitación y en ponerle puerta y poderse encerrar allí en su espacio solo, eso es lo que más falta le hace, la complicidad de la soledad, la libertad, los tragos con sus amigos y Mary llama a comer y de nuevo pastas, arroz y las tan esperadas papitas fritas, pero hoy sin salsa porque eso cansa... explosión, violencia, llamada a la policía. Si señora ya vamos, cuéntenos ¿cómo se siente? ¿qué pasó? ¿le duele mucho? está sangrando ¿profusamente? Deme todos los datos ¿En qué barrio? No señora llame al centro de atención más cercano a su localidad. Buen día, si señora ¿ya no sangra? dele otra oportunidad, póngase hielo, recuerde que dios nos enseña a poner la otra mejilla, pero si quiere llame a la comisaria de familia. No no señora sólo trabajan en horario de oficina y por teletrabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario