Anoche departiendo con mis queridos amigos y amigas que son como amigos. La Tati y La Juana, junto con los Nicos y los ingenieros en bebeta y parranda, al son de unas salchichitas tipo Frankfurt en salsa barbecue y con imitación de cebiche, que en Colombia no es un plato de mariscos sino con sabor a cebolla, más unos choricitos de barrio que contrastaban con la iluminación y el aguacero que caía tocamos temas de baja cota alimenticia. Describir escenas siempre se me hace penoso porque la facilidad mía, que es ninguna, sólo me llama la atención desde el comentario simple y va uno de los Nicos y se pone a hablar de la Bienestarina y sus cualidades aromáticas y de sus sabores inigualables y de su propiedad de inflar hasta al más desnutrido y se le escapa eso de "El gobierno tan teso que se inventa una harina que engorda". Hasta ahí llegué yo con el tema porque se me escapó el rufián que llevo dentro para aclarar que el maldito gobierno no inventa nada, que de seguro esa fórmula es algún suministro que donan países que se creen el cuento de "dad de comer al hambriento" y los gobiernos tercermundistas, vanguardistas y bien entonados en la política le ponen un nombre chusco para "inflar" las encuestas y poder decir en alta voz que cuidan al pueblo colombiano y a las familias pobres enviándoles esas bolsas de harina con nombre de genio comercial bienestar-ina. Tranquilos es pura harina y se pueden hacer coladas con ella o sopa, panes o arepas, tortas o pancakes y no faltaba el indio que la negociaba para fermentarla y producir algún alcohol espirituoso. El gobierno es mago en eso de no inventar nada pero en inflar lo que le convenga. ¿Se acuerdan del que se le metió que iba a alfabetizar al país? Pues claro, tomó 10 millones de colombianos analfabetas, se gastó millones en programitas chimbos, le añadió el nombre de educación a distancia y graduó más de cinco millones de analfabetas que apenas si se sabían firmar. Firmó los permisos para colegios nocturnos y validadores del bachillerato y zas, Colombia se educó en la Remington y en las universidades de garaje más interesadas en captar beneficios que en educar y ser competentes. ¿Se acuerdan de la pandemia? Si la de hace un par de años. El gobierno sacó sus estadísticas y las publicó. "Con respecto al año anterior los asaltos han disminuido en un 28%" decían en las noticias. La violencia en las calles se redujo hasta en un 50% y los asesinatos pasaron a ser casi nulos. Los genios publicitarios le vendían al pueblo lo que quería. Teníamos un presidente hiper eficiente y atento que no dijo cuanto se gastó en las vacunas que eran gratis ni a quién se las repartió, aunque daba lástima oír cifras de ese genial presidente colombiano que tampoco fue capaz de acabar con la paciencia del indio ladino que lo subió al poder. ¿Quieren oír de la genialidad de los presidentes para inflar cosas? Óiganse a López Obrador, a Pedro Castillo, a Lula Da Silva, a Fugimori, a Chavez y a Maduro. A ninguno se le ha escapado la propaganda inflada de lo que hacen para demostrar porqué fueron elegidos y exhibirlo a los cuatro vientos en los noticieros de la franja nacional por obligación y a destajo de perder la licencia de emisión, aunque no, aquí no hay televisión informativa sino televisión auspiciativa que nada tiene que ver con periodismo, aquí es un diarismo: lamezuelas que esperan a que suba alguno al poder para ir a barrerle la acera con la lengua y no permitir que se les escape de las manos ese negociazo que son los medios desinformativos. ¿Le digo que han inflado para que los vea más bonitos? Todo, este país se cae a pedazos en la basura pero los gobiernos juran que somos ecológicos cuando el capital no puede, por contradicción, serlo. La ignorancia ronda las aulas de clase porque se inflan los títulos y el pobre ingeniero sale apto a mandar pero nunca a pensar en construir ingenios porque no tiene ese resquicio de su título, le falta ingenio. El país se ahoga en burocracia, filas, impuestos y comisiones, pero cada nuevo régimen replantea la ley anti burocracia como una fila más que nunca se cumple. El país muere de hambre porque a los geniales presidentes colombianos se les ocurrió la idea de vender derechos sobre mutaciones genéticas patentadas por Monsantos y un Santos fue quien firmó para ganarse el premio Nobel de la paz, hijo de su vecina !Pobre Nobel y Pobre Paz¡ Tenía que repetir a Falacci. El presidente que ataca el nepotismo se afirma como el más nepótico y el que jura que en su gobierno no hizo nada malo, le hicieron algo a sus espaldas. Todos los malditos saben muy bien inflar porque no leyeron "La Política" de Aristóteles sino "El príncipe" de Maquiavelo. No hay forma de decirlo bellamente pero en estos gobernantes sobresale un algo de la triada oscura, aunque en personas tan enfermas, los trastornos de la personalidad antisocial solo pueden englobarse en el empatismo oscuro pues aprenden a manipular y a controlar las emociones ajenas para controlar y dirigir. No tendría que exponer más que ellos, compinchados o propietarios de los medios de comunicación inflan como esa bienestarina, la más pírrica ventaja y esconden los horrores de sus transacciones y desaciertos para siempre parecer aptos en sus puestos y no falta quien, bien lavado cerebralmente, aprende a defenderlos por su genialidad donde no hay más que impunidad, descaro, dolo y corrupción.
PS: Ahh yo sé que más inflan aparte de las estadísticas, pero ¿alguien recuerda que luego de tres días de pandemia se publicó sobre la limpieza del medio ambiente por obra y gracia del encierro? Inflado completamente, este calentamiento y esta contaminación ya sólo la para la desaparición completa de la raza humana.
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