viernes, 29 de diciembre de 2017

Revisiones antropométricas del entramado hereditario

Han pasado 20 años desde que durante un paro de tres meses en mi truncada carrera universitaria me dediqué a la escritura y en ese tiempo me propuse escribir un libro, que no sabía que publicar requería tanto arrastre, y dí a luz a uno de mis hijos "El manual práctico del suicida" y a su hermano subsecuente "Los santos disangelios". Puede que alguien se burle si les digo que sus capítulos se escribieron al son del vodka y el aguardiente, mientras le contaba a mis amigos Elkin Botero y Carmen Bernal la posibilidad de un evangelio que trajera malas noticias. En una finca en Santuario, ebrios casi hasta el coma, recibían el disangelio como se me iba ocurriendo y unos meses después, digamos que recapitulando con ellos, se pasaba a limpio y se publicaba. Por aquel entonces puse en el entrevero un capítulo sobre el hombre inútil que criticaba la imagen y semejanza con dios por unos diseños obsoletos o sin poco uso o más bien deficientes... Hoy precisamente me levante pensando en hacer la corrección al revés y hallar mejoras que dios, en su infinita paciencia y sabiduría, debió prever e instalárnoslas para beneficio, honra y prez de su nombre. Tales modificaciones dentro de la lógica y la biometría. La primera y no la más importante, debió ser una muñeca con rotación de 360 grados, puede que en una masturbación le hagamos daño al pajarito, pero a nivel de mecánica super útil para desenroscar y roscar e incluso para la aplicación de llaves de judo y para estregar. Una articulación como el manguito rotador en el hombro haría tal maravilla, aunque se perdiera un poco de fuerza ganaríamos en versatilidad. Pensé en ciertos problemas de morfología y se me ocurre que si fuéramos más planos, viviríamos mucho mejor, imagínese que sin cambiar consistencia y huesos y además,  no tuviesemos protuberancias, cabríamos más en el transmilenio y los buses serían más como una especie de carpeta, pero déjeme esa modificación en remojo. Póngasele al ser humano un miembro viril retráctil, que maravilla, sin esas bolitas que dizque se cocinan mucho si se quedan por dentro, nada de alcahueterías, abandonamos la reproducción por espermatozoides acalorados y sólo queda el miembro retractil, cuando se vaya a usar, no es sino pensar en cuanto necesitamos o para qué, desenrrolle el necesario, trabaje y vuelva y guarde. Eso puede evitar uno de los dolores más ásperos del hombre, "el golpe de güevas" -así tal cual lo dice el homo referido- y la sinvergüenzada de tener que comprar interiores. En las mujeres la misma modificación pero con senos retráctiles, porque en estos días toca pedir igualdad. Ahora unos senos retráctiles pueden resultar útiles, no solo para el empacado de gente en el transporte sino también porque siendo retráctiles hay para todos los gustos en el mismo empaque. Yo ya había dicho que pelos para qué, así que si nacemos con cero folículos capilares quedamos mejor que ahora y nos ahorramos la alcahuetería de los tratamientos capilares, peluqueros y estilistas en general, aunque yo no he dicho que no puedan pintarse o ponerse pelucas si les apetece. Pero nada de pelos inglinales, axilares o corporales e incluso si todos fuésemos calvos ganaríamos en igualdad. Por mí está bien ir al water y hacer del uno y del dos, pero recomiendo la modificación de recubrir el ducto final del dos, con una sustancia nanotecnológica y biológica como el "Neverwet" que le evite el uso del papel higiénico y de la mano 360 en el proceso, mejor dicho, lo que propongo es deposición autolimpiante favorecido por el tejido antimugre de las paredes del recto e inmediaciones. Se acabaría mi teoría de que el hombre es el único animal que usa papel higiénico y pañuelos, pero yo me aguanto. Como estamos evitando las "joyas de la familia" debemos planear otra forma de reproducción, la que existe es muy buena para pasarla rico, pero la procreación debería ser con un poco más de dolor y propongo que se junten dos mucosidades y se abriguen en un recipiente de petri, donde luego de pasados unos 30 días comienza el proceso de gestación -tiempo de arrepentimiento- y allí y sólo allí, se decide cual de los dos habrá de llevar la criatura en su vientre por los 9 meses requeridos o 12 con las modificaciones establecidas. Eliminaría la molesta separación de los dedos de los pies y adiós a los hongos; introduciría la mejora de un segundo dedo oponible; en vez de páncreas un hígado de repuesto, que agradeceríamos mucho los beodos; Eliminaría por completo el apéndice y recortaría unos metros de intestino delgado; cambiaría el sudor por agua de rosas para evitar el molesto olor repugnante y la alcahuetería de los perfumes; reintroduciría la capacidad de regeneración de miembros o partes perdidas y el cambio de piel cada 2 o 3 años como en una serpiente. ¿Se imaginan? uno todo cicatrizado, viejo y arrugado y, de la noche a la mañana, cambio de piel y pum, lozano otra vez. Nada de dientes de leche y dientes perpetuos, los dientes se regeneran como en el tiburón cada que se necesitan o se pierden; la sangre es muy escasa y de seguro puede ser reemplazada por otro fluido menos problemático, menos denso para evitarle problemas al músculo cardíaco y más nutritivo para que sus reservas no se tengan que reponer tres veces al día -perdón con los que piensan que comer es un placer- sino una por ejemplo, o cada dos o tres días mínimo. Capacidad anfibia no es mala idea teniendo en cuenta que bañan la tierra en un 80% aguas y humedales. Poner otros cuantos sentidos en nuestro cuerpo no le debe resultar muy difícil al creador ominipotente y por eso pido "fosetas loreales" para ver termicamente; "ampolla de lorenzini" para detectar campos eléctricos; Un órgano sensorial magnético para detectar nuestro norte, ecolocación -no hace falta tener una cabezota como la del delfín y lo prueban los murciélagos- o porque no sonar. Ah y el olfato mejor que el del perro aunque tengamos que tener la punta de la nariz mojada. Revisado por hoy.

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