lunes, 4 de diciembre de 2017

El que piensa pierde

Sabia frase de la sabiduría popular que a mí me entra como en reversa porque para mí la cosa es "el que no piensa es idiota". Si uno se pone a pensar como los jóvenes de ahora no termina el bachillerato. Bien sabido es que a la juventud se le tiene un amplio rango de idiotez permitida: En la juventud se puede parar la cresta, pintar de verde el cabello, hacerse tatuajes con la aguja de costura, atravesarse mil agujeros, decir sandeces, pensar igual que todos adjudicándose un pensamiento "libre y único", pedírselo a toda la que se atraviese, acelerar a fondo y hacer el ridículo y si piensa pierde porque no lo hace, porque pensar es un proceso y reaccionar es otro. Hay que valorar el pensamiento en cualquiera de sus formas. ¿A quien le sirve que no se piense? Al que te ofrece un negocio oscuro, al que necesita de la imbecilidad del otro para efectuar un asalto sin armas, al que lleva el prejuicio del afán como bandera para hacerte cometer una tontería. Para mí es claro, se debe pensar todo un poco, no importa que te pregunten, si respondes demasiado aprisa, las ideas no han pasado por el pensamiento sino por el instinto y eso no habla bien del pensador. ¿La idea es superior al instinto? Lo dudo. Si un carro te va a atropellar y lo piensas, puede que no salgas bien librado, pero si una chica te ofrece sexo y lo piensas, puede que no te de nada porque en el sexo el instinto es todo, pero siempre debe pensarse, hay muchas porquerías que te ofrecen en la calle que están envenenadas. Pensar es de seres superiores, reaccionar y ser instintivo está en el tigre y en la cucaracha. Que tenemos instinto es claro, es lo que aún habita en el cerebro primitivo. Cuando alguien le haga una pregunta dese el lujo de esperar para responder, de mirar al otro fijamente y luego... si... despacio... responda. Para algunos es sinónimo de no haber entendido o de no haber oído, pero el efecto es apabullante: el que piensa no pierde a menos que su pensamiento no discurra o sea anquilosado, es decir, que piense que el que piensa pierde, que no es un pensamiento sino una injuria para obligar a actuar. En la mañana me preguntaron "quiere una quesadilla" mi cerebro se quedó pensando en la analogía de quesadilla con pesadilla -y la verdad no quiero las pesadillas de nadie- medité si mi cuerpo necesitaba de un pastelillo y al final olvidé responder. Quien me preguntó calentó dos quesadillas y las puso en un plato a esperar a que se enfriaran un poco y me sacudió: "el que piensa pierde". Luego me levanté, tome una quesadilla y me la comí y pensé en responder "una imagen vale más que mil palabras" pero  pensé y vi que eso tampoco es cierto, así que me senté a escribir esto y veo que la acción sin pensamiento es reacción; la acción con pensamiento es acción con dirección propia, es activismo puro y el pensamiento sin acción es filosofía y letras. Se puede defender "el que piensa pierde" pero no en mi mundo, en mi mundo yo pienso y le permito a todos pensar y producir, no tengo afán de que cometan un error, que es a lo que induce la fraudulenta frase elaborada por un vendedor puerta a puerta que ofrecía a módico precio un televisor original SQNY  o un computador HACER, un auto VMW y una navaja BITORINOX original del ejército suizo. También la esgrimió una prostituta que ofrecía "los cuatro servicios" antes de que otro "aprovechara" -juro que no sé cuales son los cuatro servicios- y al mismo tiempo es la frase preferida del estafador de mentes inocentes como las de los niños que diariamente se dan de baja en las redes sociales y que esperan inclemente la frase retadora para decir sin vaguedades y con mucha ambición: "si". Para mis detractores la frase es cierta y si me dicen "el que piensa pierde" entonces, déjenme perder, que prefiero ser un perdedor que piensa y no un ganador sin cerebro.

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