Se quemó la catedral primada de París. Y en redes sociales y noticiarios se mostraron, en directo, las mil caras de una iglesia vetusta del siglo XII que "pasó a mejor vida". Para cristianos en pleno, que repiten la frase sin parar, es raro oírles lamentar por la pérdida de tan afamado monumento que vio coronaciones de reyes, proclamación de emperadores y santificación de bárbaras... y sangre de cruzadas y abominaciones eclesiásticas de toda índole. No dudo que la santa inquisición y sus acreedores no hayan hecho allí también sus festines predatorios. No vine a desalentar a una comunidad religiosa ni a hacer una crítica de los monumentos de la religión y del pueblo orgulloso que se siente herido, hoy, por su pérdida. Me hace más gracia que mientras los gilets jaunets ─chaquetas amarillas─ siguen protestando, ya no sé si por los impuestos en el combustible o por otro apartado y donde hay más noticias entretenidas y aún reposa en la memoria la de Charli Hebdó, se le dedique tanto a un simple incendio sin muertos, ¿será que ya no encuentran como entretener a las masas? ojalá y no encuentren al culpable, aunque ese si se gana el puesto de Eróstrato y recordado será por centurias, Aunque si lo pillan ahora con la euforia en pleno, seguro lo linchan. También me asombra como los poderosos acudieron masivamente a las urnas del apoyo monetario para donar poderosos montos para recuperar el monumento sin dejar de lado que el presidente pidió a toda la comunidad diezmar para, y cito, "en cinco años" volver a contar con tan gloriosa vista y ver restituida la fe y la salvación perdida por un descuido y claro, el pueblo masivamente, incluso los chaquetas amarillas, donaron y donarán. También me pareció que ese primer mundo aún sufre de cretinismo al ver como se postraron los fieles a ver arder el santuario y me conmocionó el papa casi llorando por tal exabrupto, sin dudar por un momento que haya sido su dios quien lo haya planeado todo. Yo escuché que todos "son designios del señor". Acá no se pone en duda y es el Vaticano quien apunta parte de su apoyo, pero no económico, sólo moral y técnico. A ese también me le apuntaba yo, al técnico, al moral no. Por eso pienso que la humanidad es muy tonta, apegada a un pedazo de diseño arquitectónico en vez de apegarse a la tierra, al agua, al aire. Anotarse a reconstruir un símbolo de la inquisición que es la religión, en vez de anotarse a la recuperación del medio ambiente, a la descontaminación del Sena o a evitar la deforestación de la amazonía. Arrodillarse ante un incendio en vez de arrodillarse ante el dolor del mundo y las barbaries que cometen las dictaduras. Donar millones para una empresa tan estúpida como reconstruir iglesias que para la construcción de soluciones masivas de vivienda. Moral no vine a darles; fe no tengo; dinero tampoco; pero permítanme me río de sus prioridades. Yo que pensé que Caín había acabado con la estupidez y el turiferarismo con esa quijada de burro.
Esta semana apareció muerto en su casa o donde haya sido, el expresidente de Perú Alan García. Se preparaba un juicio y una detención por el caso de corrupción ─no de supuesta corrupción─ en la asignación de contratos a la ya, tritemente afamada, Odebrecht. Acá el caso no es oficiar por la pérdida de tan alto, prócer ni pensar si hubo detrás un asesinato encubierto como suicidio o si el personaje estaba triste y deprimido por una persecución política sin fundamentos de parte de sus enemigos. Yo no pongo en duda que recibió sobornos, lo hizo y de igual manera lo hizo el anciano decrépito que apeló a la tristeza en su juicio para librarse de una condena. PPK es culpable de lo mismo que todos los políticos: Corrupción y enriquecimiento ilícito. Ninguno está libre del cargo y Alan García no fue la excepción. Juró que el no era de los que buscaban dinero, incluso que no le interesaba el dinero pero fue el dinero quien lo llevó a enfrentar la muerte y el drama dejárselo todo a los vivos. Aspiraba a que después de muerto no fuera investigado y se acusó a algunos jueces de seguirlo haciendo sabido ya su deceso y eso era lo que él esperaba. "Ya la justicia humana no puede juzgarlo, lo hará la divina" rezaba en algún titular, pero sabemos claramente que escapó de todo con una sola bala y que la justicia divina ya no lo alcanzará porque en la tierra hay quienes lloran por la partida del valiente hombre que prefirió suicidarse a demostrar su inocencia o a devolver lo robado. Que se investigue y se lleve a corte y a juicio como reo ausente y que sus bienes sean confiscados y que se muestre todo lo bueno que hizo con el dinero que no deseaba. Eso pide el pueblo que no quiere caer en la tristeza de haber sido burlado una vez más. Rogara yo que todos los corruptos tuvieran la valentía de volarse la tapa de los sesos, pero eso es pedirle Peras al Olmo e implicaría, según mi tesis, un genocidio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario