Cuando uno quiere tomar las de villadiego, aparece Diego entre la maleza visitándolo a uno y se frustra toda salida posible. Estos días un ex alumno se lanzó al concejo de una localidad y yo pensé para mis adentros: cría cuervos y te sacarán los ojos, aunque !ay del que cría cuervos que no le sacan los ojos¡ tiene que sufrir tan espantosa afrenta. Me refería a mis alumnos y esta cosecha que sigue es toda de ellos que se empeñaron en mostrarme las creencias propagadas en sus hogares y eso me hizo olvidar al hijo malhadado que me confirmó la inmensa cantidad de imbéciles que se postulan y ganan esos cargos.
Para empezar está la absurda creencia que oímos sin parar cuando alguien come de pie: "siéntese que así no le va a aprovechar" y uno, consciente todavía, se pregunta que tiene que ver sentarse y comer o quedarse parado y comer, pues ningún animal come sentado ─regla general, que la vaca rumia sentada y no faltará el pato perezoso que se eche a masticar─ lo que arroja que ningún animal se alimenta bien o no les alimenta el alimento. Es claro que tal afirmación es completamente falsa. Comer de pie puede ser tonto pero no un problema alimentario. La segunda es mundial, así le infunden pereza mental a los hijos y a cualquiera y dice que "leer toda la Biblia enloquece" con lo cual se crea el mito de que nadie se la ha leído completa, lo que para un ser pensante resulta tonto, leerse la biblia completa no enloquece, pero si despierta, si se notan las incongruencias expresadas que otros anotan como alegorías, bástese el árbol de la ciencia y la sabiduría que dios no quería tuviésemos; el asesino de su hermano que está sólo en la tierra y sale a errar y se encuentra con otros; la nave para 100.000 especies que está medida en codos. No señores, leer un libro no enloquece, tampoco engrandece sino se piensa y se raciocina sobre él. Puede ocurrir que luego de leer un texto y comprenderlo, se pase a la tarea de maldecirlo o vilipendiarlo, eso muestra un alto sentido de cordura, que aquel que se traga entera la biblia está en el púlpito disparando anatemas contra los que fueron juiciosos y la rebajaron a una simple lectura de una cosmogonía y copia de todas las cosmogonías anteriores a ella. La que sigue puede ser cierta en ocasiones: "no se meta al agua después de comer" pero hay que aclarar que eso no es disculpa para el baño o duchazo: "no me puedo bañar porque acabo de comer" falso. Lo que ocurre es que el metabolismo sufre una aceleración inmediatamente después de comer lo que podría relacionarse con ciertos espasmos en el agua o calambres que pudieran provocar que la víctima se ahogara en aguas profundas, en un charco. En una piscina infantil o en la ducha no aplica tal prevención e incluso es seguro que la probabilidad de él sea extremadamente baja, aún en aguas profundas. Me quedan dos con el cabello pero a diferentes alturas: "no se tinture el cabello cuando esté embarazada" y "cortarse el cabello teniendo el período le apesta el cabello" pues, a decir verdad, son muy poderosos los químicos usados para teñir el cabello y algunos de ellos absorbidos capilarmente o por inhalación pueden directamente afectar el feto, de nuevo, con baja incidencia, por lo que el doctor J.Lo les dice a las embarazadas: brutas, pero ya metida la pata, ¿que más da que también se tiñan el cabello? En realidad el peligro para el bebé es mínimo o inexistente y si es porque se los apesta el pelo no podrá adjudicarle la culpa a la menstruación ni al feto. En cuanto a la otra prioridad, si la que te corta el cabello está en el período o tú, no infiere en nada en la apestada, observa que las peluqueras no sacan tres días de descanso por mes y que no existen tantas apestadas que deberían justificar tal afirmación. Ahora, que por el dolor provocado y los espasmos se le vaya la tijera, eso es, como dice el intestino grueso, gases del oficio. La última y no menos tonta es "si monta en bicicleta o a caballo puede perder la virginidad" si se monta en la bicicleta sin el pellón o en el cacho de la montura, puede correr tal riesgo, pero el himen resulta a veces frágil y se rompe con cualquier ejercicio de inspección o masturbatorio, lo que no garantiza pérdida de la virginidad en términos prácticos. Es virgen quien aún no ha sufrido la penetracion del miembro y recuerdo que existe la reparación del himen, himenorrafia, y el himen artificial para reparaciones in situ, lo que debería despreocupar a las madres cloróticas que aún se desviven por el sello de seguridad de sus hijas.
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