sábado, 15 de agosto de 2020

Recorderis de facto

Este es un ejercicio muy común y entretenido, aunque empalagoso. Mi querida Anne me envía unas palabras "como para vos" y yo las tomo y realizo el ejercicio que consiste en poner tales palabras en un texto. Sabemos muy bien que es necesario un diccionario siempre porque las acepciones de cada palabra son muchas para que el cerebro las mantenga en orden y a disposición, pero el ejercicio sirve para recordarlas. Es un ejercicio que trato de llevar a cabo y este otro también me atrae bastante, es el de emplear una palabra que haya aprendido recientemente para adicionarla al vocabulario personal en alguno de los ejercicios de escritura que normalmente practico. Estas me parecen bellas, como cualquier conjunto de palabras que lleguen a su destino y lo cumplan, las palabras fueron, en su orden y numeradas: píleo, quejicoso, maitinada, báratro, crátera, fonotecnia, secadal, tejar, cuicuy y evagación. Veamos cómo me sale: A mi me han dicho quejicoso y me aguanto, aunque lo más probable es que se refieran a mi manía de no quedarme callado, que es bien diferente a la manía humana de "qué calor" qué frío" "qué hambre" "qué sueño"... Yo no he podido aceptar imbéciles en puestos públicos y catecúmenos pasando la hibernación en sus trabajos y por eso me decanto por la queja, que no es queja, es denuncia, primera observación del hombre libre. ¿Porto el píleo? ese que está en el escudo nacional. No y los que le cargan no son libres porque se sienten en la obligación de mostrarle a otros su libertad y esclavizan la cabeza a un gorro que se presentará en la maitinada para que todos vean que baila al son de la norma, prefiero el báratro y cualquiera de sus mil círculos a obedecer la norma impuesta por el que llena su crátera con el sudor ajeno, el secadal de sus cerebros no les permite pensar más que en divisa y en acumulación, y es tal la extensión de tal desierto y es tan ávido de la humedad intelectual, que cuando cae una brizna de agua la absorbe como un tejar, al que si le aplicásemos una fonotecnia, gritaría para que le extendiésemos un cuicuy por el cual evadirse en una evagación. La otra forma del ejercicio consiste en utilizar las palabras en orden y de manera coherente en un escrito muy corto: Quién usa el píleo es por que al ser quejicoso y tomar maitinadas, sale mas báratro para la crátera que estudiar fonotecnia en un secadal donde funciona un tejar que emplea el cuicuy para posarse a emitir sus evagaciones. Ahí les dejo el ejercicio y los invito a practicarlo.

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