jueves, 11 de febrero de 2021

El aborto

 Aborto es una palabreja que designa al cese de un proceso de gestación y de dos células que se fecundan compartiendo ADN; el espermatozoide y el óvulo son las responsables de cientos de comentarios y discursos éticos sobre la viabilidad del mismo o el señalamiento de quienes lo practican. El derecho a la vida se esgrime como lanza y escudo en esta singular batalla por decretar si es válido o si es delito. Las cortes se han pronunciado al respecto y aceptan que los derechos de un gestado se adquieren al nacer éste y no al ser engendrado. Bastante darían de donde cortar a los leguleyos de turno para demandar por los 9 meses en que la "criatura" gestada estuvo sin protección y subsidios y deberíamos ponernos a pensar si el óvulo desaprovechado no es también un delito y si los 50 millones de espermatozoides por centímetro cúbico, no merecen también una protesta contra aquellos que los arrojan contra las paredes o son acérrimos seguidores de Onán e incluso de las millones de toallas higiénicas que absorben un endometrio apto y preparado para el parto junto con los residuos del óviulo desaprovechado. La ley parece clara al dejar de manifiesto que en caso de violación o por ser un peligro para el alojador del feto o en caso de enfermedad incapacitante descubierta en el embrión, el aborto es legal y aceptado, la religión no consiente tal cosa nunca. La ciencia pone de manifiesto que ese acumulajo de células es un ser vivo a partir de que "anida" en la madre tras unos pocos días de la gestación por lo que antes de tales fechas, el aborto no es un asesinato, la iglesia decreta que hay vida desde la unión de gametos, aunque no sepa que es eso. Algunos presumen que apenas se vuelve un crimen luego de los tres primeros meses de desarrollo. Ahí no hay ciencia, la vida está, claramente en unas pocas células y ya en la unión de los dos gametos, incluso es tonto pensar que gametos, espermatozoide y óvulo no cumplan las condiciones de "vida" que la ciencia determinó. Discusiones tontas y pendejas, si me permiten. La mayoría de los que están en contra del mismo debieron ser abortados, ya que no comprenden lo importante que es, para un ser con derechos plenos, poder decidir sobre su cuerpo o sobre su salud y, es claro, prima el derecho del gestador y del recipiente, antes que el del gestado e inquilino. ¿Tiene derechos el gestado? Yo no lo dudo, alguno debe tener, pero no para destruir el derecho de los otros implicados a tomar decisiones que no llegarán a un consenso y, en el que, por cuestiones evolutivas y de desarrollo, no tiene voz ni voto, aparte de que tampoco posee una voluntad ni kantiana, ni nietzsciana, ni cristiana. La religión es una de las detractoras del aborto, sólo por eso debemos ir contra ella y apoyarlo, porque ese maldito afán de llenar el mundo de fieles y diezmantes es, por lo menos, anacrónico. Sobre todo ella que ha generado un areópago dispuesto a corromper esas almas con favores sexuales y esgrimen eso de "dejad que los niños vengan a mí" pero para sodomizarlos. "Toda vida es sagrada" es un absolutismo que no vemos ni siquiera con los dados a luz. Debería pelearse más por el derecho de los niños nacidos y por su bienestar que preocuparse de lo que aún no es y no ha sido. ¿Debemos dejar de comer huevos? Todo huevo cocinado, frito, revuelto o tibio tiene derechos que estamos coartando. Ya brincarán los veganos y vegetarianos pero ¿es válido lanzar las semillas de frutas donde no pueden germinar? La semilla tiene derechos y hay que reclamarlos porque ellas son insuficientes e incapaces de hacerlo por sí mismas. Yo no he puesto mi cuota de desalmado, pero lo que me queda claro es que mi cuerpo no es del estado, no le debo nada a ninguna absurda religión para seguir sus preceptos y no le pido al gobierno que me permita abortar, bueno fuera que se respetara la decisión personal y que quien requiriera de atención médica la tuviera por derecho para estos y otros menesteres, pero con eso, apruebo por derecho ese inmenso rebaño teológico que arrastra la peor cadena de todas, la de seguir preceptos de un judio de hace dos mil años que nada tienen que ver en este contexto histórico, pero que más da hijos de dios: "Creced y multiplicaos y llenad la tierra y sojuzgadla". Yo, me voy de aquí, con esa claridad. Sobre mi cuerpo mando yo.

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