sábado, 20 de febrero de 2021

Rayón colectivo

 A veces pienso que ya no debo escribir más, que ya acabé lo que tenía que decir y que por más que diga y repita el mismo discurso, nada logro ni lograré, ni logrará nadie. A la humanidad no la cambia ni el reverendo san Patricio con todos sus tréboles de cuatro hojas y me encuentro con que alguien dice en la calle que "cada uno tiene su rayón" y luego me pregunta si ─la tal persona─ tiene su rayón. Yo de ingenuo olvido las preguntas que se hacen para recibir una mentira por contestación y me pongo a filosofar en cuanto a ello. No me gané nada, pero tuve de qué escribir. La primera prueba de que se está "rayado" es asegurar que no se tiene el tal rayón y, jurar que no se tiene ninguno es el primer síntoma de él. Ya habíamos planteado aquí que la línea divisoría entre la salud y la locura la determinan la cantidad de personas que en ella se encuentran y señalan con el dedo al otro lado de esa línea. La determinación del comportamiento normal, resulta serlo sólo por la cantidad de gente que lo haga. Si en mi familia todos andan con unas camisas rojas y gritando vivas a un equipo por el que se hacen golpear y alrededor del cual se reúnen para llorar, gritar, beber y comer, no puedo determinar que esté "rayado" si yo hago lo mismo. Quién ve la línea y señala locura o "rayón" debe estar fuera de tal vicio y eccema y, claro, los inmersos en la fiebre roja determinarán que es locura no tener la piel de tal color y gritar lo que ellos consideran sagrado y necesario cuando miran el lado opuesto de su línea. El chalado religioso piensa lo mismo de aquel que no profesa sus mismas creencias: "cómo no creer en Mahoma" "cómo no creer en Cristo" "Cómo no creer en Cibeles" Cómo no creer en Abraxas"... No profesar una religión es locura y profesarla también. Depende del lado de la raya en la que te encuentres. De nuevo la teoría de los círculos, de cada humano representado por una circunferencia, de los infinitos diagramas de Veen cuyos gustos, tendencias y locuras están determinadas por sus múltiples intersecciones y claro, existen círculos tangentes y secantes al igual que círculos unitarios y antiadherentes. Ese rayón, aparte del rayón dentro del rayón, que es uno que sobresale de entre los "rayados" y que ni ellos mismos le llaman "normal", porque hay seguidores de un club y fanáticos de las barras bravas; existen personas religiosas y espirituales y catecúmenos que andan de falda y clergyman o que se encierran en un monasterio a perdonarse por lo que no han hecho; aparecen seguidores y teóricos de la conspiración, la reencarnación, los adivinos, los profetas, el esperanto, las artes marciales, las colecciones, la bisutería, los hechizos, el mal gusto, los espejos, los llaveros, el dinero, la filatelia, la numismática, el encantamiento, los amuletos, el orden, la cocina, el azul claro, las pepas y el ron "arañita", como decir "viejo men" o "parcero". Hay gente que ama el albo, el liso de una tabla y el encrespamiento del mar, la poesía, el verso flojo, la escritura, los libros, un estante o una porcelana que le diera su tia Tulia, las cartas de la juventud, un perfume. También hay quien odia todo eso. Ambas están "rayadas" y del "rayón" no se salva nadie, incluso algunos ventilan ese rayón con honra y orgullo porque reciben atención por exhibirlo. Existen otros que no son capaces con él y lo ocultan y hasta lo disfrazan para aparecer en "su sociedad" sin mancha ni tacha, pero yo no vine a decir quien es o qué no es, lo que si sé es que lo funcional de una familia es que sea disfuncional y que para rayones les tengo una lista: componer, montar una banda, andar con camisetas de grupos o consignas de libertad, usar botas, dejarse crecer el cabello, escribir toda tontera que se ocurra, mirarse al espejo, andar con una guitarra bajo el brazo, tratar de explicar todo por vía física, corregir siempre con tres puntos, no mirar a los ojos, odiar las fotos y en especial las selfies, no decir mi amor, te amo o cariño; no quedarse en la cama hasta después de las 6:00 am; no poder ver el sol al beber; odiar que te inviten a salir como a las putas despúes de las 6:00 pm; leer sin parar un texto de 700 páginas, tomar 5 tintos en media hora, no llegar tarde, no pisar las rayas en el piso, odiar las religiones, tener muchos arneses, coleccionar navajas, preparar la ropa la noche antes para salir, planear con ocho días de anticipación, orinar antes de salir de casa, usar la palabra "celullare" para no salir de casa sin celulares, llaves ni reloj, aprender trucos con nudos o con cartas, bajar siempre la tapa del baño, cerrar las puertas abiertas, organizar todo en alcayatas, hablar de lo que se ha estudiado, comprar el mismo licor siempre y empacarlo en botellitas plásticas, dormir con algo de tomar junto a la cama, tapar las cámaras de los PC para evitar espias, reírse a hurtadillas, preguntar por todo, tener opinión de todo, abusar de la palabra, defender la escritura y la dicción, no gustar de acariciar animales, no tener mascotas, odiar las cucarachas y las ratas... No son todos, me faltan muchos y muchos me quedan por descubrir, pero ¿que el otro me pregunte que si es normal, que si no es disfuncional y a veces hasta patético? no me ponga a hablar, que no paro.

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