viernes, 16 de diciembre de 2022

Relajos

 Iniciar con preguntas es mejor que empezar a contar cómo carajos llegué a hacerme la pregunta sobre las cosas que te estresan o desestresan y empezar definiendo el stress cómo estrés, latinización de un adjetivo anglosajón para definir la tensión física o mental que proviene de la frustración, la furia o los nervios y se refiere a esa sensación de estar preparado para la carrera, pero no tener la oportunidad de hacerla. Déjenme les pongo un ejemplo: el león se acerca a una joven liebre que inmediatamente al verlo, dispara sus mecanismos de alerta para pelear o huir, su corazón bombea sangre a las extremidades y se acelera, relaja los músculos lisos de los bronquios y estimula la producción de energía, dilata las pupilas, se prepara para la lucha o el escape, pero el león pasa de largo, no tenía hambre, no la vio o le pareció poca cosa para el hambre atroz que traía. Lo que le quedó al conejo fue el stress. Sabrán disculparme un ejemplo tan esópico sin moraleja pero con aprendizaje. No conozco los mecanismos que estresan a los seres humanos y no son ni por cerca los mismos para todos, aunque algunos aparezcan en la intersección de muchos de ellos y así es que se busca la afinidad, pero podemos lidiar con un problema a la vez y me dirijo al lado opuesto, es decir, la relajación. No se discute que una determinada acción provoque exactamente la misma reacción en todos los seres humanos, si le acerco un fósforo a un dedo de un ser humano, su reacción, mayormente, será de retirar el dedo de la flama. Si trato de herir la cría de una hembra, su reacción mayoritaria será la de tratar de defenderla, pero debemos esperar cierta incertidumbre en esas respuestas y si es así, mayormente debemos esperarla con los métodos recomendados por la real academia de la ignorancia y el consumismo con lo que llaman juegos o accesorios relajantes. Nadie puede negar el gusto por explotar las burbujas del plástico del mismo nombre, que de allí se libere una cantidad de oxitocina o alguna otra endorfina capaz de aliviar la tensión, requiere un estudio más pormenorizado y no lo recomiendo como tratamiento en un centro psiquiátrico donde  pacientes se hayan disparado en violencia o estén sumidos en una profunda depresión. Ya el nivel que cada uno le adjudica proviene de sus sensaciones básicas y que seres humanos normales determinen que espichar bombas de plástico los libra de organizar una cacería asesina o les quita el tedio de una tarde de pensar en el suicidio, no es más que eso, adjudicaciones sin mucha base científica y para ello la sociedad nos vende las esferas chinas de la salud que también elevan la energía chi; las pelotas de relajación fabricadas en una espuma de memoria o las rellenas de harina que, según sus creadores, generan bienestar y salud mental. Recientemente observaba una figura fabricada con unas especies de tiras de goma y juraban que sus funciones eran similares, relajantes y calmantes. Hace unos años se vendieron unos juguetes que se hacían girar en la mano y les llamaban "pin roller" para la misma cuestión y hasta el más incauto sabe que no tiene que comprar el pop it porque el plástico de embalaje o de burbujas, viene gratis en los embalajes, aunque se discuta que el contenido de dicho plástico si hay que pagarlo y el embalaje también. ¿Qué relaja a los seres humanos? Cosas tan diversas como un atardecer, sobre todo si es en Fidji, sexo casual, un baño de inmersión o de agua caliente, la selva florecida, comprar compulsivamente, hablar sin límites... en fin tantas y tan diversas cosas que es tonto enumerarlas, cada cual las habrá descubierto al vivir y no tienen que ser las mismas que las de sus coetáneos, cohabitantes o coequiperos y habrá alguno cuyo estrés sólo desaparece al acallar las voces que le gritan desde su interior que "Romeo debe morir". Lo que nos estresa también es una amalgama de cosas que no se pueden enumerar pero algunos reaccionan mal al frenazo estrepitoso de un coche, al desplazar uñas sobre un tablero o al sonido de retroalimentación de aparatos eléctricos o el resbalarse una tiza por el tablero, el arrugar papel, susurrar, comer... Lo que dispara esos mecanismos, lo que los aplaca son similares en los seres humanos y de eso no puede existir duda: a Lisa la estresa el ladrido del perro y a Jairo la ineptitud humana, pero ambos son mecanismos impulsados por la epinefrina y la noradrenalina mal encasillada, subutilizada que deja un cuerpo en desequilibrio químico no apto para el sosiego.

PS: Tranquilos, venden gafas relajantes, seguros de vida relajantes, fajas relajantes, masajes relajantes, spa que relajan, sales de agua relajantes, baños de hierbas relajantes y aseguradoras preexequiales y de daños a terceros que relajan a montón.

PS 2: Claro, esto se trata de mí, a mí me estresa la gente o lo que hagan, ya con eso tuve. Los veo y se me daña el día, a sí sea de lejos, el maldito que pasa con un dispositivo parlante al taco, el que me mira de reojo en el bus para que cierre la ventanilla, el que pide en nombre de dios y se ufana de no arrodillársele a nadie.

PS 3: También hay estrés causado por las más diversas cosas: los agujeros, el número 13, las palabras largas, los enanos, las mujeres, el calzado... Tantos como la misma diversidad humana.

PS 4: Lo que a unos relaja, tranquilamente puede estresar a otros. De nuevo. A mí me relaja que el otro se estrese y a otros les estresa que yo me relaje.

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