Ha pasado y seguirá pasando y vendrán los académicos y los profesores de barrio a certificar que el reciente brote de coronavirus y sus consecuencias de prohibición de viajes, vuelos y excursiones han limpiado al mundo. La gente asegura que el cielo se ve más bello, que el río Medellín está cristalino, que los canales de Viena resurgieron de peces, que la torre Eiffel ya no está llena de grasa del smog, que la lluvia ácida retrocedió mil años, que las ciudades se limpiaron y que el verde brotó a montones. Medellín sigue sin poder limpiar su aire y, particularmente, no levantaron las disposiciones legales en contra del uso vehícular. Queda demostrado que no es el hollín de los vehículos el principal responsable de tal contaminación. Ojalá encuentren una manera de desmentir tal obviedad o de buscar un remedio que no sea el hacerse millonarios con comparendos en contra de un bien inocuo. Por otro lado, ni siquiera dudo que haya un atisbo de verdad en las apreciaciones de un río más limpio o de unos canales menos contaminados por el turismo e incluso de un cielo más brillante por defecto de ausencia de quema de combustible en la alta atmósfera. También puedo confirmar que el gran problema del planeta es una enfermedad llamada homosapiens ─el paciente cero fue Lucy o el hijo de Lucy─ y que sin su presencia, la naturaleza tomaría un curso bien diferente al actual. No puedo hablar de paraísos, la naturaleza no discrimina: no pudo ser un paraíso el "gran bombardeo tardío" o la "tierra bola de nieve". No debió ser un paraíso 20 minutos antes del choque del pedazo de asteroide de Baptistina o los años subsecuentes a él como no lo fue en los inviernos volcánicos provocados por superollas como la del parque Yellowstone o las trampas de lava siberianas. La tierra, con o sin humanos, es un constante devenir cíclico que a veces es agradable y a veces no. Eso no importa si para ti es agradable el infierno llameante o el infierno helado. La Pyrococus abyssi muere de frío en agua hirviendo y la Polaromona vacuolata se divierte por debajo del punto de congelación del agua, como diría el ingeniero Matías, "para gustos hay caramelos". Lo que sé es que esos pañitos de agua tibia no son ni por cerca lo que Gaya necesita para recuperarse de los humanos. Una recuperación real requiere la desaparición indolente de unos 6000 millones de seres humanos o de toda la humanidad y, además, pensar que la tierra es una maquinita que si se deja descansar 8 días coge alientos para mantenernos otros 100 años, es creer en los cuentos de los hermanos Grimm o en los de Perrault. La tierra está comprometida, sus nichos ecológicos requieren de cincuenta o cien años para volver a ser fértiles; puede que un pueblo abandonado no requiera más de 10 años para ver los bosques retomar su propiedad, pero jamás volverá a verse tanta diversidad como antes del homo sapiens que extinguió a diestra y siniestra. El mar no será tan limpio y puro hasta pasados unos milenios en que haya logrado librarse o por lo menos encapsular todo el veneno que hemos vertido en él. Los glaciares tardarán centurias en recuperar sus tamaños apropiados y las montañas nevadas un tiempo similar para que sus cumbres vuelvan a adquirir la majestuosidad de hace 100 años. Los delfines no recuperarán su número hasta pasado medio siglo, las tortugas marinas tal vez ya no tengan como recuperarse y las ballenas seguirán en peligro de extinción por años aunque deje de perseguírseles en el acto. Las tormentas no serán menos nefastas porque paremos en seco el arrojar gases de invernadero y el fenómeno del niño no perderá impacto porque hace una semana dejamos de contaminar. La capa de ozono seguirá fluctuando en agujeros y parches por un par de milenios. Los ríos tardarán en volver a sus abundantes aguas y primero requieren una recuperación sustancial del manto verde. El petróleo y el carbón tardarán unos 70 millones de años para volver a ser tan prósperos y abundantes, de antemano requiere de la muerte pareja de una multitud orgánica que degradar y someter a presión. Creo yo que los seres humanos puedan ser suficientes. La atmósfera podrá reducir ampliamente sus contaminantes diarios, pero para una limpieza y total reparación de la misma se requieren décadas de ausencia de quema de combustibles fósiles y ensayos nucleares. Déjenme pues yo les digo, que no se hagan ilusiones con la descontaminación observable que no es tal. No me disculpen lo aguafiestas que soy y comprendan que es claro que si algunas industrias no están produciendo y vertiendo su basura al pobre río, el agua de tal río se vea más clara, pero sus niveles de acidez, su salubridad, su potabilidad y su fauna no volverán al cerrar dichas fabricas, requiere de años para que el ecosistema se limpie y enjuague todas sus riberas. A más que la gente sigue viva y usando con más prolijidad el agua del escusado, cuyo destino es el mismo río, así que estáis viendo espejismos y creyendo en Satán Clauss.
PS: Pensando justo en eso es que es una estupidez hablar de "niveles de contaminación aceptables" el aire está sucio, los ríos están contaminados, el mar es un hervidero de basura. La solución es cerrar fábricas pero homo y su capital están comprometidos a no dejar de llenar sus arcas ni un sólo día y la humanidad, para sentirse cómoda requiere que esas fábricas estén abiertas para producir la basura que consume: baterías, pañales, llantas, autos, electrodomésticos, gasodomésticos, encendedores, cigarrillos... eso nos condena irremediablemente a desaparecer como sociedad en la cima de la cadena alimenticia. En pocos años dejará de usarse combustible fósil, no por gusto, porque se va a acabar y continuaremos contaminando con paneles solares, con ácido de batería, con plástico y caucho, con plomo y litio. Inevitablemente los recursos tocarán a su fin y Gaia podrá empezar a repararse a sí misma, por el momento todo acto que no detenga las industrias y reemplace la quema de combustible fósil, es pañito de agua tibia.
PS 2: Si uno revisa las extinciones masivas ocurridas en el pasado y los porcentajes de especies extintas, puede, con seguridad, garantizar que el ser humano ha provocado una extinción masiva. Basta con tratar de buscar la biodiversidad existente hace unos 10000 años, antes de que homo cogiera la casa por cárcel. Seguramente se han extinto cientos de especies en favor de las que el ser humano considera de interés para su alimentación y sabemos que en el siglo XX y lo que va del XXI han desaparecido cientos de especies, sin contar que la megafauna le debe su completa extinción a la cultura de los hombres.
PS 3: Sería de un caché biológico impensable, dejar de fumar dos semanas y volver a tener los pulmones rosados de la niñez después de haber fumado 40 años. Igual que los niveles de azúcar o de colesterol retornaran a normalidad absoluta después de un programa de desintoxicación de 15 días o que con dos semanas de ejercicios básicos nuestro cuerpo recuperara la tonificación muscular y la fuerza de los años mozos. Que un cambio de corazón de 70 años por uno de 20 años nos devuelva la mocedad o que un transplante de pulmones nos regale otros cuarenta años del fumar sensual del que habla la canción.
PS 4: Se me olvidaba que hoy se reportan, en más de quince días, cero muertos por violencia, la menor tasa de accidentalidad y de muertos en carretera, la ausencia de líderes sociales muertos, las tasas más bajas de desplazamientos y la menor cantidad de peleas de barrio y alborotos callejeros, al parecer, necesitaremos de una pandemia cada año para mejorar nuestra situación ambiental y de violencia familiar.
PS: Pensando justo en eso es que es una estupidez hablar de "niveles de contaminación aceptables" el aire está sucio, los ríos están contaminados, el mar es un hervidero de basura. La solución es cerrar fábricas pero homo y su capital están comprometidos a no dejar de llenar sus arcas ni un sólo día y la humanidad, para sentirse cómoda requiere que esas fábricas estén abiertas para producir la basura que consume: baterías, pañales, llantas, autos, electrodomésticos, gasodomésticos, encendedores, cigarrillos... eso nos condena irremediablemente a desaparecer como sociedad en la cima de la cadena alimenticia. En pocos años dejará de usarse combustible fósil, no por gusto, porque se va a acabar y continuaremos contaminando con paneles solares, con ácido de batería, con plástico y caucho, con plomo y litio. Inevitablemente los recursos tocarán a su fin y Gaia podrá empezar a repararse a sí misma, por el momento todo acto que no detenga las industrias y reemplace la quema de combustible fósil, es pañito de agua tibia.
PS 2: Si uno revisa las extinciones masivas ocurridas en el pasado y los porcentajes de especies extintas, puede, con seguridad, garantizar que el ser humano ha provocado una extinción masiva. Basta con tratar de buscar la biodiversidad existente hace unos 10000 años, antes de que homo cogiera la casa por cárcel. Seguramente se han extinto cientos de especies en favor de las que el ser humano considera de interés para su alimentación y sabemos que en el siglo XX y lo que va del XXI han desaparecido cientos de especies, sin contar que la megafauna le debe su completa extinción a la cultura de los hombres.
PS 3: Sería de un caché biológico impensable, dejar de fumar dos semanas y volver a tener los pulmones rosados de la niñez después de haber fumado 40 años. Igual que los niveles de azúcar o de colesterol retornaran a normalidad absoluta después de un programa de desintoxicación de 15 días o que con dos semanas de ejercicios básicos nuestro cuerpo recuperara la tonificación muscular y la fuerza de los años mozos. Que un cambio de corazón de 70 años por uno de 20 años nos devuelva la mocedad o que un transplante de pulmones nos regale otros cuarenta años del fumar sensual del que habla la canción.
PS 4: Se me olvidaba que hoy se reportan, en más de quince días, cero muertos por violencia, la menor tasa de accidentalidad y de muertos en carretera, la ausencia de líderes sociales muertos, las tasas más bajas de desplazamientos y la menor cantidad de peleas de barrio y alborotos callejeros, al parecer, necesitaremos de una pandemia cada año para mejorar nuestra situación ambiental y de violencia familiar.
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