miércoles, 24 de junio de 2020

Ingenuidad e inocencia

No es lo mismo ser ingenuo que inocente y no es lo mismo madurar que juntar años, aunque el tiempo es el garante del taller de aprendizaje, no garantiza que el ingenuo aprenda. La ingenuidad es nata en cada individuo y por cada experiencia revela algún súper poder que después puede exhibir. Sembrar no se aprende de la noche a la mañana y cuando se ha adquirido tal habilidad, la ingenuidad en ese campo desaparece y aparece la experiencia. Dar vueltas a un palo no se aprende de la noche a la mañana pero cuando se adquiere la facilidad de moverlo entre los dedos, la inexperiencia en el campo desaparece y aparece la experticia en el movimiento. Aún queda la inocencia en otros campos como la variación en ataques con el madero o los puntos de "atemi" o la laboriosidad de una técnica simple y la ejecución misma de un baile con ella... falta saber "sembrar" algo diferente a "papas" o a "tomates" y jamás dejamos de ser ingenuos por completo. El conocimiento humano es inmenso para que un ser humano lo absorba todo, pero existen unas cuantas pautas para que la ingenuidad no aparezca tan visible y cortante y tú, mi bella genio, me pides que te enseñe sobre ingenuidad. Con gusto repaso esos pormenores en mi lista. Para aparentar no ser ingenuo se pueden tomar caminos diferentes y opuestos. No opinar sobre nada ni adelantarse a nada y permanecer en la oscuridad ofrece privilegios nunca antes percibidos, fue German Wouk en "Vientos de guerra" quien dijo que era mejor permanecer en silencio y parecer idiota a abrir la boca y dejar que lo confirmen. La otra dirección aparente es estar informado de una muy buena cantidad de cosas, para lo que hay que estar revisando diarios, noticias, inventos, avances, historia, ideología... y saber discernir entre una y otra materia para no pecar de ingenuidad al citar. Esos caminos opuestos no eliminan la ingenuidad, dan apariencia de no ingenuidad y es bueno que lo puedas o no ejercer, pero la verdadera forma de dejar atrás la ingenuidad radica en no defender a nadie, nadie en absoluto tiene la caparazón para ser defendido y lazos familiares, vecinales, de patria y estado no son más que lazos inventados para dar validez a los conceptos que les acompañan. El ser superior se defiende a sí mismo ─wow me saltó Nietzsche de la manga─ y no depende de razas, patrias o lazos familiares. La ingenuidad desaparece un poco si podemos aislarnos de dioses y creencias, es ingenuidad creer en un dios todopoderoso que todo lo observa y al que hay que cantarle y rendirle culto. Si un dios así existe debe ser ridículo y me suena como a esos emperadores que no se les podía mirar ni a los ojos porque se les ofendía y a los que había que llevarles regalos para contar con su aprobación: !qué ingenuidad¡ La desvinculación con todo tipo de creencias te permite moverte más liviano en relación a quienes se les prohíbe unos pecados y se les exige unos mandamientos y aunque la ciencia es un camino más demostrativo y experimental, recomiendo fijarse muy bien quien te habla de ciencia que es uno de los argumentos favoritos de los creyentes para atrapar ingenuos. Yo escuchaba un cristiano explicando la edad de la tierra con la biblia u opinando sobre las criaturas llamadas dinosaurios y me daba escalofríos de ver lo interesados que estaban los niños a su alrededor. Realmente el tercer eslabón consiste en demostrar que no se es ingenuo al adoptar, en términos de política, la misma facción que la del gobernante de turno, lo que no quiere decir creerle. "Soy Uribista que le vamos a hacer" si eso me da la comida y el sostén y unos pesitos de más, soy hasta papista. En ese punto no puedo ayudarte mucho porque jamás he adorado la política y me declaro lejos de ella, lo que demuestra mi ingenuidad, pero estoy seguro que la ingenuidad es supervivencia y siempre hay que estar de lado de la humanidad. Los animales como yo vivimos bajo otro rasgo instintivo que nos lleva a morder la mano que quiere alimentarnos sólo por desconfiar del dueño de la mano que lleva pan.  Creer en los seres humanos es pura ingenuidad, todos saben que lo que los mueve es el deseo y el poder y no saberlo y combatirlo es ingenuidad pura porque ellos atacan a quienes no se les parece, es por esto que la hipocresía es un modo de proteger la ingenuidad: "préstame dinero" "ay¡ si tuviera con mucho gusto". "Vamos, es sólo un almuerzo no te voy a pedir nada" "mándemelo a domicilio". "Te juro que no sabía que era tu novio" "tranquila amiga cualquiera puede equivocarse". No creo haber recorrido todas las maneras de conseguir destruir la ingenuidad pero algo dije y la ingenuidad última se lava con el descenso a la tumba. Muertos abandonamos toda ingenuidad y volvemos a ser inocentes. La inocencia es lo que me faltó y seguramente muchos hablarán pestes de esa inocencia con mil significados. La inocencia en este caso es el desconocimiento de los ardides del sexo, conocido el sexo ya no se es inocente, aunque falten miles de formas de sexo para perder ingenuidad. Frente a las otras acepciones de inocencia, no conozco a nadie que no sea culpable.

PS: Para casos tales yo poseo una prueba que te permite saber en que dirección vas y consiste en mirar cuantos van en dirección contraria a la tuya y cuantos en tu dirección. Parece obvio que la ingenuidad lleva una dirección y deben ser muchos quienes van en ella, excepto por la bendita maldición del salmón que siempre va en contracorriente para no parecerse a esos muchos. Esa no es la vía correcta, se encuentran demasiados enemigos y se convierte en apático a los demás quien la practica, tal dirección es opuesta a la ingenuidad, pero no es correcta entre quienes son considerados ingeniosos.

PS 2: Aparece un dimorfismo. Hay que seguir la corriente y ser hipócrita pero no creyente en cuanto a todo modelo social. No tragarse las patrañas divinas, pero profesar la religión imperante; no creer en política pero afiliarse a un partido; amar moderadamente el deporte de la masa sin fanatismos crueles; cumplir los mandamientos de turno: hablar bien de los animales y no maltratarlos, defender a los niños, halagar a los muertos y dedicarles un último adiós, buscar la riqueza y comodidad que la masa considera ideal. La hipocresía en pleno, porque la masa odia al marisabidillas y al sabihondo y es ingenuo pensar que esa masa te perdonará el ser diferente a ellos, por eso en la prueba anterior, debes ir a favor de la mayoría, pensando como el salmón y actuando a discreción.

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