Sobre el virus se dicen y dijeron todas las mentiras posibles y se causó una pandemia de información que se llamó infodemia y que es terrordemia y todos los artistas de la ciudad, del país y del mundo salieron a repetir que no te movieras de casa, que ya pronto nos volvíamos a encontrar. Salve deportistas, comentaristas, actores, maestros de las artes marciales, cómicos y hasta músicos independientes y personas del común. Los gobernantes pidieron que aguantáramos encerrados pero las soluciones ofrecidas al pobre y al desamparado no fueron útiles ni en cien años, aprovechando esa ayuda para cometer desfalcos en la compra de "mercaditos" que salieron en una fortuna y no se ve a quién los entregan sino en las noticias. Los clase media consiguieron "autocinemas" "auto servicios" y autoconciertos" y ¿para el solista de la moto? y ¿los que no cuentan con surtido automotor? ¿y a los que sus fiestas les importa un pito de piñata? ¿o aquellos, que aunque les importe, no pueden darse el lujo siquiera de ir de acompañantes? Tranquilos, a esos les ofrecieron tandas de películas holliwoodescas y repeticiones de novelas exitosas o sin éxito alguno ¿Quién no quiere ver la repetición de "La rosa de Guadalupe" o "Los ricos también lloran". En un principio todo fue noticias de Covid y escándalos por récords que no aparecerán nunca en el libro Guinness: Récord de muertes en... Récord de infectados en... Récord de recuperados en... Bastó la muerte en cámara de un representante de la comunidad afroamericana para que las noticias pudieran evolucionar a las protestas que se han dado en nombre de las minorías, lo que afirma que "un clavo saca otro clavo". Los fabricantes de estadísticas garantizan que ha habido una cifra récord en la disminución de asesinatos, robos, accidentes de tránsito y peleas callejeras y se inflan el pecho por una efectividad sin parangón, de 50.000 a 33.000 confirmado con datos del año anterior. Los súper héroes aparecieron por todos lados: el que se queda en casa, el que comparte con la familia, los médicos y enfermeras, los pobres policías que tienen que soportar el enfrentarse a diario con la ciudadanía, los campesinos que no han parado de producir comida, las grandes marcas que, en su magnanimidad, nos siguen vendiendo por correo, la que cambió el apretón de manos por el golpe de codo, las sufridas amas de casa que tuvieron que hacer escuela en sus propios hogares, el sufrido padre de familia que vive con los 160.000 de apoyo gubernamental, el profesor que debió actualizarse para dictar clase en línea, el taxista que lleva gratis a médicos y enfermeras, la app en la que se pueden inscribir para obtener megas de datos y minutos... Un único villano coronado y no vencido, el señor Covid 19. Seguro aparecerán más héroes: el alcalde con menos infecciones, el más certero en reprimir salidas, el que mejor se encerró en su municipio y el que salvó miles de vidas. La ciudad menos vencida, el presidente más sabio, la alcaldesa más avispada y... Cada canal dedicó tiempo a que los niños hicieran ridiculeces ─tanto niños como adultos las hacemos continuamente, ahora sólo se quieren aprovechar de ello─ en un vídeo filmado a punta de smartphone de máximo 30 segundos, emprendedores que incitan a la renovación, las soluciones de reinvención necesaria y los mil avivatos que ya venden dispositivos para lavarse las manos a precio de oro, dispensadores empotrables de gel y alcohol y tapetes de lavado y secado. Se empezó a modernizar el país en cuanto a conexión de datos en las familias de estrato bajo, no gratis, pero si a un precio favorable si demuestra con creces que no lo ha necesitado en seis meses y cada operador se permite regalar, por la compra de otra cosa, minutos y megabytes de conexión. Los dueños del mañana advierten que se requerirán hasta tres años para normalización de sus ganancias, lo que, aquellos que tienen 40 años o más y no estaban sino medio acomodados, no volverán a saborear en sus vidas, aunque sea una normalidad fingida. Las ONG's se han quintuplicado y cada pequeño sector tribal tiene un número de cuenta para que "quienes tienen que aporten para quienes no tienen". Negocio o no, vemos la proliferación de las teletones sin medida ni control y el aumento del pordioserismo que se ha convertido en un trabajo informal más. Pasados dos meses encerrados, uno que otro puso el dedo en la llaga y hoy se quejan del encierro, los abuelos y una buena parte de la población que está sumida en el pico: pico y placa, pico y género, pico y cédula, pico y sexo, pico ambiental... Por cierto las alarmas de Antioquia no bajaron en dos meses y le echan la culpa a las arena del desierto del Sahara. La ingenuidad es mucha o las ganas de cuidar la empresa paisa es el tope del amor medio ambiental.
PS: ¿Servirá esto para darse cuenta que el antioqueño no tiene nada de viveza intrínseca? Cada país enfrentado al mismo dilema, encontró en sus habitantes quien sobresaliera en "inventos" para el protocolo: cubrebocas, cubrebocas que se abren para comer, cubrebocas de cuero y de tela de brassiére, geles hechos en casa, llaves que se activan con los pies, tapetes hipoalergénicos, jabones antivirales y una cantidad de remedios caseros que van desde la novena a San Patricio hasta el consumo de ciertas ramas que sólo ellos pueden conseguir. La tan mentada astucia paisa es una cualidad de la raza humana frente a un problema de adaptación y de supervivencia.
PS 2: Muchos comerciales dicen "Vamos a salir juntos de esta" y es probable que a ese "juntos" haya que restarle la cantidad de muertos y que ese "juntos" no se refiera a estabilidad laboral, riesgo, permisos o carga postcoyuntura. La propaganda animosa de cada país dice exactamente lo mismo: "los rafaelitas somos más resistentes, los shiputitas somos solidarios, los anahuacos tenemos fe..."
PS 3: Algunos locos desinformados juran que el mundo se curó de humanos y que los glaciales volvieron a su tamaño original, lo mismo que los nevados recuperaron su capa de hielo y que la basura en el mar se limpió, que la capa de ozono está ya bien y que el efecto invernadero retrocedió a como estaba antes de los hermanos Wrigth.
PS 4: Otros locos optimistas juran que el brote se cura con cocaína, orina de bebé y con novenas al niño Jesús.
PS: ¿Servirá esto para darse cuenta que el antioqueño no tiene nada de viveza intrínseca? Cada país enfrentado al mismo dilema, encontró en sus habitantes quien sobresaliera en "inventos" para el protocolo: cubrebocas, cubrebocas que se abren para comer, cubrebocas de cuero y de tela de brassiére, geles hechos en casa, llaves que se activan con los pies, tapetes hipoalergénicos, jabones antivirales y una cantidad de remedios caseros que van desde la novena a San Patricio hasta el consumo de ciertas ramas que sólo ellos pueden conseguir. La tan mentada astucia paisa es una cualidad de la raza humana frente a un problema de adaptación y de supervivencia.
PS 2: Muchos comerciales dicen "Vamos a salir juntos de esta" y es probable que a ese "juntos" haya que restarle la cantidad de muertos y que ese "juntos" no se refiera a estabilidad laboral, riesgo, permisos o carga postcoyuntura. La propaganda animosa de cada país dice exactamente lo mismo: "los rafaelitas somos más resistentes, los shiputitas somos solidarios, los anahuacos tenemos fe..."
PS 3: Algunos locos desinformados juran que el mundo se curó de humanos y que los glaciales volvieron a su tamaño original, lo mismo que los nevados recuperaron su capa de hielo y que la basura en el mar se limpió, que la capa de ozono está ya bien y que el efecto invernadero retrocedió a como estaba antes de los hermanos Wrigth.
PS 4: Otros locos optimistas juran que el brote se cura con cocaína, orina de bebé y con novenas al niño Jesús.
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