A mí no me gusta la corona, pero hay muchas coronas, yo me refiero a la corona del rey. Esta semana miraba a un hombre con corona y me quedé pensando en lo ridículo que es, que un objeto vuelva poderoso a un hombre o a una mujer. Bueno, ese penacho habría que analizarlo desde la selva, porque muchos animales exhiben algo similar y mientras más grande, más estatus representa. Un alce o un ciervo exhiben esas cornamentas como señal de salud; un león sin melena es un tigre y tal vez un pavo real sin esa cola vistosa no tenga mayor oportunidad de reproducirse, hasta el orangután alfa desarrolla unas almohadillas en su cara para ostentar ser de otra calaña, pero me refiero al ser humano ¿qué lleva a un grupo de personas a adorar a quien lleva una mitra o una tiara? ¿Tradición? ¿miedo? ¿ideas de que proviene directamente de los dioses? ¿que es un enviado especial del cielo o que está hecho de algo diferente a tripas y sangre? ¿Será algún avatar que nos queda de la selva oscura donde adorábamos al más fuerte, grande y apto? No sé, pero decidí que no me gustan las coronas ni quien las exhibe como prueba de supremacía en algún hecho. ¿La reina de belleza necesita esa corona o le basta con exhibir sus atributos? ¿El rey de levantamiento de pesas es él o necesita corona o un cinturón que pruebe su valía? Supongo que esa exhibición de orgullo al mostrar el premio o la corona o al exhibir la fotografía con ella y poder mirar por sobre el hombro a quienes no la poseen es el estatus requerido para aparentar la valía que se obtuvo en algún momento. Creo que eso me hace inapto a ciertas comunidades donde lo más valioso es la exhibición del título, aunque yo dudo bastante que todos no seamos unos snobs continuamente, que tengamos que exhibir títulos que no tenemos o expresar nuestras derrotas en la suma de nuestra experiencia: "Yo llevo 30 años montando llantas" "tengo pase hace 10 años" "Vea hombre yo tengo 50 años y he visto a muchos ponerse a llorar al sentir cerca la muerte" "Soy músico profesional hace 20 años" "Esa máquina la conozco hace cinco años"... Igual, hoy no hablamos de snobismo, aunque todos seamos unos imbéciles queriendo aparentar lo que no tenemos o no somos. Si el diablo sabe más por viejo que por Diablo, la montaña le lleva mucho aprendizaje y el longevo universo le es inalcanzable; ¿cómo no ha de ser un maestro el universo que sólo con quarks aprendió a hacer elementos distintos, planetas y galaxias? La corona, volviendo a ella, es sinónimo de rey o reina y el concepto de tales me asquea. Hoy hay reyes: Isabel II de Reino Unido; Harald V de Noruega; Carlos XVI de Suecia; Margarita II de Dinamarca. Esos parecen haberse impuesto por algún tipo de heredad divina que incluye, eso sí, tierras y posesiones en metálico. Hailé Selassie emperador de Etiopia ─perdón la discrepancia temporal, recordé que Falacci le hace una entrevista─ Akihito emperador de Japón y los mil monarcas africanos empezando por T'challa de Wakanda. Ficticios o reales los monarcas, reyes y emperadores exhiben un poder sobre humano, muchas veces en contacto con sus ascendientes bien incrustados en la religiosidad del pueblo. El primer emperador de Japón descendía de la diosa Amaterasu y los emperadores romanos se declaraban dioses luego de su muerte, aunque Domiciano se declaró dios en vida; ¿no he de suponer que el papa alardea de tener mejor comunicación con su dios? e incluso que la reina de belleza está convencida que su corona la cubre como un manto cuando, sólo darse una pasada por Castilla e Itagüi la dejaría por el mismísimo suelo donde andan tantas reinas sueltas que no necesitan corona. El rey y la reina del pop tienen título por producciones, premios y bailes, pero en lo que a mi refiere son los reyes del popó y aunque no usen corona, el snobismo que los caracteriza y caracterizó, los deja fuera de toda venia, o salam que se les quiera ofrecer. Ah claro, los reyes están acostumbrados a la zalamería y al celestinismo y a que se les trate con reverencias y besos al anillo. El rey quiere ser reconocido entre la multitud y a eso va un poco lo del pedestal, el trono o solio y el escabel, lo mismo que el boato en el vestir. Hasta el más chato de los pigmeos se hace construir un trono en crisoelefantina o en guaduas pulidas, lo importante es que esté por encima de la multitud y estos seres visten lo más garboso de sus textiles: sedas, tisú, lana de cachemira, tul y lo más pomposo de su bisutería: joyas robadas al esfuerzo del que paga impuestos, pulseras de oro y lapislázuli, gargantillas con esmeraldas y perlas, cetros y claro, corona. Toda la pompa para mostrarse superiores y dignos descendientes de dioses y logran demostrar que bajo todo ese lujo no hay lo que se necesita para ser un hombre o una mujer común, porque si se vieren despojados de tales insignias y títulos y joyas, caerían en la desesperación y el suicidio, la historia ya lo mostró, no daré ejemplos, sólo quería explicar porque odio la maldita corona y a sus detentores, lo mismo que la idea que el pueblo tiene de ellos: Odio a la corona.
PS: No es raro que en Colombia, donde no hay títulos nobiliarios, reyes, duques o marquesas ─aparte de la de Carrasquilla claro está─ los políticos tienen una virtud para sentirse superiores por haber sido elegidos por el pueblo ─lo que por lo general es falso ya que cada 10 años condenan a alguien por compra de votos o de posiciones─ y piensan que por ello pueden ocupar tronos y que deben ser tratados con la mayor deferencia posible, con hurras y vivas. A la presidencia se le llama "Solio de Bolívar" y ustedes miran esos pomposos asientos de la cámara o del senado.
PS 2: No porque no recuerde qué dioses y emperadores quisieron mostrar sus raíces en la genealogía divina, no quiere decir que no haya sido un método bastante usado, el proclamar que se era descendiente divino, era más que suficiente para la gente común, sentir que aquel o aquella eran especiales y podían ─en virtud de tal especialidad─ curar males, sanar escrófulas y dirigir el gobierno o usar ropas de modelo y bisutería de mandatario; y que por derecho divino podía vivir en un palacio mientras los demás habitaban ranchos y palafitos o que había que pagarles "tributo". Ese si que me saca de quicio, porque el "tributo" y el impuesto, el IVA y el arancel, son la misma genialidad hipotecaria.
PS: No es raro que en Colombia, donde no hay títulos nobiliarios, reyes, duques o marquesas ─aparte de la de Carrasquilla claro está─ los políticos tienen una virtud para sentirse superiores por haber sido elegidos por el pueblo ─lo que por lo general es falso ya que cada 10 años condenan a alguien por compra de votos o de posiciones─ y piensan que por ello pueden ocupar tronos y que deben ser tratados con la mayor deferencia posible, con hurras y vivas. A la presidencia se le llama "Solio de Bolívar" y ustedes miran esos pomposos asientos de la cámara o del senado.
PS 2: No porque no recuerde qué dioses y emperadores quisieron mostrar sus raíces en la genealogía divina, no quiere decir que no haya sido un método bastante usado, el proclamar que se era descendiente divino, era más que suficiente para la gente común, sentir que aquel o aquella eran especiales y podían ─en virtud de tal especialidad─ curar males, sanar escrófulas y dirigir el gobierno o usar ropas de modelo y bisutería de mandatario; y que por derecho divino podía vivir en un palacio mientras los demás habitaban ranchos y palafitos o que había que pagarles "tributo". Ese si que me saca de quicio, porque el "tributo" y el impuesto, el IVA y el arancel, son la misma genialidad hipotecaria.
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