Desde tiempos inmemoriales ─bueno no tanto─ la publicidad engañosa ha puesto a la gente a reventarse con un montón de apuestas, requisitos y condiciones, los ha puesto a moverse de acá para allá y les ha dado un derrotero y hasta algo qué hacer con el pensamiento y le ha impuesto ciertos problemas al mundo de los que debo hablar. Hace poco unas sobrinas mías, me pedían recolectar empaques de café para un concurso, porque, "mientras más empaques envíes más oportunidades tienes de ganar" que es más cierto que matemática simple porque a más eventos favorables, la probabilidad de ocurrencia del hecho aumneta. Lo que no te dicen es que enviar más empaques te hace gastar más en el producto y consumirlo, regalarlo, revenderlo sin empaques o guardarlo a que se dañe en la despensa y precisamente eso es lo que busca el anunciante y dueño de las fabricas que producen el tal producto: la salida de su producto a manos llenas. No es difícil caer en esa trampa y los adolescentes, niños, amas de casa y tarados en general caen redonditos, esperando ganarse alguna chichigua. Las compañías de productos embotellados te invitan a "La tapa paga" y a "Intenta de nuevo"; los productores de comestibles en bolsa te llenan de muñequitos, tazos y un código que te invita a entrar a sus páginas y a seguirlos y la grandiosa idea de huevos con sorpresa, es la apuesta más descarada que se puede hacer. Invitar a un niño a que se debata por un chocolate y reclame el juguete es una trampa perversa y esa no es promocional, es así desde sus inicios y en ello basan sus ventas. Los caldos, para un lego como yo, son todos iguales, pero el anunciante con una promoción de estas consigue posicionar por encima de las otras marcas, la propia. Sin anotar que cada marca te lleva a llenarte de más plástico ofreciéndote un envase extra o una coquita con tapa para otros menesteres, un salero, un portavasos, una decoración, un cenicero, un llavero... La cosa es tal que hay humanos que coleccionan vasos de una marca determinada de gaseosa o llaveros promocionales de tal compañía; los hay que llevan a mano el lapicero promocional o las cartas que dan con la compra de dos envases de champú y quienes no. compran datos para el celular porque ciertas empresas de gaseosas y de productos de picaditas dan códigos con minutos y datos... otro golazo. En el caldo de gallina te dan un recipiente hermético; en el café te obsequian un vaso de vidrio; en las galletas un recipiente para contenerlas; en la mermelada un tarrito chévere; en las papitas, exorbitantes colecciones de láminas autoadhesivas de la película de turno o el mismo contenedor que se vuelve basura y maleza por lo común; en la chocolatina figuritas coleccionables en un álbum de la misma compañía sobre historia natural o regiones típicas del país; en los pasabocas muñequitos plásticos de diveras series; en la leche un código para concursar por una flamante moto; en el súpermercado una boleta para la rifa de otro mercado por cada tanto dinero invertido en compras; en los pagos por cuotas un certificado de cumplimiento que te permite ser cada mes poseedor de un número de 6 cifras para invalidar el cobro o ganarte la cuota; en la gasolinera puntos Tarambana y en los supermercados puntos con el nombre de la empresa; en la cerveza la tapa paga o minutos y datos; en la gaseosa una cuota para la próxima o hasta una gratis que no es tal; en algunos productos viene una página y un código QR para que te inscribas en ellas y concurses en alguna estupidez de premio y poder obtener además tus datos y visitas gratis a las páginas... ¿Habrá que caer en la trampa y participar incólume en la desfachatez del publicista, del vendedor y del anunciante?
PS: Fui muy atrevido al hablar de "publicidad engañosa" porque no existe otra clase de publicidad, quien te vende, siempre te hablará bellezas de un producto y siempre habrá cuatro o cinco imbéciles dispuestos a decir que el producto es buenísimo y lo vale y no hay peor error que preguntarle al vendedor lo bueno que es el producto porque indefectiblemente te hablará dulzuras: "Esos zapatos son finísimos... le sientan muy bien con su personalidad... Le estoy dando más barato que en cualquier otra parte... somos mayoristas... exportamos ese producto... aproveche que se agotan..."
PS 2: Todas esas empresas hablan de un mundo sostenible y de aliviar al planeta en cuanto a desechos y su hipocresía es de dientes para afuera ¿Se imaginan el desperdicio evitable sin sus tintas de más, sus empaques de más y sus tarros de más? Yo si, pero el capitalismo salvaje no está interesado en el bienestar del planeta sino en la producción y la ganancia.
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