Recomenzaron las clases, virtuales, y en la bienvenida, según los parámetros, debo agregar a los talleres protocolos de bioseguridad. Esa palabreja que en un laboratorio BSL 4 debe ser la cosa más estricta y cuidadosa, pero que se me mencione como "recomendación" que debo incluir protocolos en mis talleres es equivalente a que me digan que antes de iniciar una clase debo rezar "el credo" o el "padrenuestro". Los tales protocolos que requieren, se refieren a recomendarles mantener una distancia adecuada entre personas y ahora entre animales según pudimos ver que el virus tal, afecta a algunas poblaciones, no creo que a los perros los obliguen a usar tapabocas y si han de usarlos como la eterna mayoría, para taparse la barbilla, es un desacierto. De todas maneras la distancia es relevante, pero sabemos que no se puede mantener tal distancia mínima de 1,5 metros en nuestras aulas de 5 x 4 metros en donde sólo cabrían un total de cuatro alumnos, considerando 60 centímetros de aire para cada alumno y el espacio para que el profesor se mueva. Distancia que no respetará nadie en las inmediaciones de la cancha, el corredor o la tienda. Si ha de decírseles que se laven las manos como lo han venido haciendo: tres gotas de agua y una salpicadura en la cara, no sirve de nada, el lavado de manos es funcional si se acerca al que un cirujano realiza antes de entrar a cirugía, pasando por cada dedo y cada fracción de piel de la mano, con buen jabón y aplicando luego alcohol. Me he reventado jurando que el alcohol y el jabón no matan virus ─que no se puede matar lo que no está vivo─ pero puede ser que al encapsular en micelas o destruir su capa lipídica, logren una diferencia en el contagio, si y sólo sí, se realiza de manera correcta y durante el tiempo correcto: cantando unas dos veces el felizcumpleaños completo. Si lo que pretenden es que les sirva de vía instrumental para la farsa, me apena descomplacerlos porque a mi parecer y como he dicho, la fatalidad del virus es una fachada, mis últimos calculos arrojaron un 2% de letalidad, que es más bien aceptable en mi estadística simple. Si las uci están llenas, si hay fiestas de contagio, si el otro no cumple protocolos, si hay aglomeraciones o si se pasan la norma por la galleta no es mi problema, yo no me le acerco a nadie para que no se sienta agredido, no le saludo o si me saluda ofreciéndome el puño o el codo ni le volteo a mirar. Con rebatiñas cismáticas no me gusta diferir. Lo que yo pienso y lo que el otro considera protocolo, mal llevado y poco útil si no es bien aplicado, es tan pueril y tan espurio que no importa si los están aplicando o no, aunque también determino que, en lo personal, me importan tres escrúpulos si otro los cumple o no. Como recomendación personal, lejos del marco legal, permitiría la llegada a mi clase sin restregarse con un gel o con alcohol, sin lavarse los zapatos o sin restregarlos en un felpudo empantanado, sin distancia y sin barbijos porque los más cismáticos deberían quedarse en casa a voluntad y no ser obligados a regresar al aula más que por desarrollo de la misma voluntad y aún quienes quieran hacer el ridículo con barbijos de lana o bajo la nariz, con tarritos de gel antibacterial y con distancias insobornables, que lo hagan diponiendo de esa misma voluntad y miedo. Como dije, respeto sus puntos de vista, aunque el mío se vea fuertemente agredido. Resumo: Yo espero haber cumplido con los parámetros mayoritariamente. Nombre, grado, institución, mes... La parte obscena es que me obliguen a transmitir algo tan banal y en lo que no creo ─el protocolo funciona si se aplica correctamente, la obligatoriedad es la que me saca de quicio y el que sea obligatorio recalcarla en cada entrega─. Yo respeto sus protocolos, pero sé que no significan nada, que dos muertos de cada cien es más que aceptable, que una mascarilla, por más protección que tenga y por bien usada sólo es un protocolo, que el contínuo lavado de manos ayuda si se hace correctamente ─cantando dos veces el cumpleaños feliz─ y usando una nemotecnia precisa en cada recodo. Que la distancia es efectiva para evitar el contagio pero que en el colegio no se podrá mantener porque tenemos espacios pequeños y que, finalmente, toda la parodia de muertos y ucis llenas no es corroborable sino con unas bases de datos que no manejamos. Por tanto, ergo, me abstengo de decir más mentiras y de repetir como lorito lo que ya están hartos de escuchar y de leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario