jueves, 28 de diciembre de 2023

¿De dónde venimos?

 Menuda pregunta. Claro que no se refiere al último sitio que visitamos antes de entrar aquí. Esa pregunta pretende encontrar cómo se formó la vida en la tierra y para eso hemos tenido que comer muchas fecas. Heces de las religiones y las creencias y si para alguien es más que suficiente quédese con ello: un dios simpático nos formó de barro y nos sopló el aliento... nos trajo un cuervo en la boca... surgimos de algunas semillas... Para otros no es suficiente y quieren saber de qué manera la vida se arraigó, nació o se adaptó a la tierra, tercer planeta del sistema solar, brazo de Orión, vía láctea, Grupo local... sabemos que la vida en nuestro planeta debió surgir hace unos 3800 a 4200 millones de años pero cómo fue, es un enigma al que no le tenemos más que teorías. Venimos de LUCA un teórico primer ancestro del que descienden todas las ramas de la vida, un organismo unicelular que comenzó a dividirse y del cual surgió toda variedad. Pero, ¿De dónde vino LUCA? Sabemos que los componentes de ese primer ancestro y de todas las formas de vida en la tierra es el carbono y que el carbono no se produce en la tierra, sino que es remanente de fusiones nucleares en las estrellas casi moribundas. ¿Venimos pues del espacio exterior? La teoría de panespermia queda corta y permite muchas variaciones, no llegamos hechos y derechos, no fuimos sembrados por otras culturas extraterrenas que no dejaron rastros, probablemente nuestro material genético no venía listo en un meteorito porque habríamos encontrado algunos con ese material genético, pero sin duda, ese carbono sideral llegó en meteoritos y en los primeros momentos en los que los discos de acreción sobrantes de la formación del sol dieron lugar al tercer planeta y al segundo y al primero, que todos los planetas rocosos tienen elementos de dichas estrellas. Supongo que los núcleos de los demás planetas no rocosos también tienen un poco de lo mismo. No he resuelto nada y sigue la duda ¿De donde venimos? Tranquilos. No somos el aliento de un dios sino una compleja asamblea de átomos, cómo lo dijo Carl Sagan. Esa compleja asamblea de átomos la explica el experimento Miller-Urey y hasta las fumarolas submarinas. Debe quedar claro que la cantidad de fósiles y pruebas en niveles diferentes de estratos, nos dice que se han extinto cientos de miles de especies y que la evolución es palpable y que continuamos en evolución. Otras especies de homínidos u homininos han sido halladas por lo que lo que tenemos de únicos es que dimos al traste con las demás especies humanas y las absorbimos o las vimos acabarse sin más, lo que comprueba que no somos elegidos de un dios sapiens o que los dioses denisovanos y neandertales no existieron o fueron menos afortunados con sus creaciones. Quede al desgaire que el último párrafo es una burla al creacionismo. ¿Necesitamos saber la causa última que nos puso en este camino evolutivo? Siempre es bueno saber y poder explicar tales cosas ante la paciencia de un otro, pero no podemos ir más allá de lo que han hallado los expertos en la materia y no, no tenemos nada definitivo sobre el ¿De dónde venimos? pero si están descartadas todas las teorías creacionistas, la generación espontánea y los sembradíos extraterrestres. ¿Sirve de algo saber de donde venimos? Parece que algunos quieren confirmar tal situación para explicar más allá ¿hacia donde vamos? o ¿cuál es nuestra misión en la tierra? pero esa es la parte en la que puedo dar mi opinión sincera: Puede que sirva ese dato para entendernos más y comprender mejor otras culturas y otras razas si las hay y hasta para comprender más sobre nuestro organismo, falencias y posibles sanaciones, pero del futuro incierto queda claro que la naturaleza no tiene un propósito último y que no hemos sido elegidos para nada. No es nuestro deber ser de tal o cual manera y tal vez, sólo tal vez, hemos escapado de varias maneras a la naturaleza y ejercemos algún tipo de control sobre ella. La raza humana tiene un ciclo y pelearemos contra el final de dicho ciclo con garras y uñas pero al final, nuestro destino está escrito: habremos de perecer y dejar sentado, con nuestra tecnología, que por acá pasamos y, esos rastros de tecnología, también desaparecerán con el pasar de los eones, pero de nada sirve perdurar en el tiempo que, según vemos, aniquilará todo lo existente en el universo. Ah, y no sabemos si el movimiento y el tiempo mismo tienen un fin o se continuarán formando más universos y más vida. La esperanza es término humano. Ahora, sabemos que nos desarrollamos en la tierra, la evidencia científica que muestra un camino evolutivo lleno de homininos y homínidos es apabullante. Quede en falta investigar a fondo si la vida unicelular, procariota y estromatolitos fueron traídos desde el espacio ya formados, cosa que dudo frente a la evidencia, aunque moléculas orgánicas hayan sido encontradas en asteroides y meteoritos. ¿Tenemos un fin? Para creer eso hay que haberse creído elegido de un ser superior, rey de la creación o culmen evolutivo de las especies.

PS: Habrán de disculparme pero, querer saber de donde exactamente venimos no es malo, pero si un poco pedante. Vengamos de habilis o de erectus, de ardipitecus o de australopitecus. Somos una forma de vida que se desarrolló en este planeta sin el empuje de ningún dios, sin el aliento de ninguna magia, sin respaldo bancario y sin poder económico. Saber como se formó la vida nos ayuda para saber donde más puede formarse de manera similar, nunca para encontrar que tenemos una misión o que nuestra existencia tiene un fin, eso es metafísica.

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