Desde hace días que se apareció en el congreso de México un señor con pruebas irrefutables de la existencia de seres no humanos, bípedos y ovíparos. Vaya mire las pruebas irrefutables para que se rían de la vida con el par de muñecos que llevaron jurando extraterrestres tridáctilos. Aparte una declaración de antigüedad de los restos de las mismas de la UNAM y los 7 mil millones de bobitos empiezan a replicar en redes sociales y en páginas exclusivas la buena nueva y la noticia del siglo: los ET parecidos a ET si existen. Cuatro mil millones de bobitos se la ruedan y sustentan la llegada del espíritu santo y confirman la tan esperada noticia de que si hay ET y son del pueblo Nazca, por fin le quitaron el protagonismo a los gringos que, vaya usted a saber que es lo que se untan, atraen con más énfasis a los amigos del espacio exterior. En el congreso de los Estados Unidos otros tres señores anuncian que tienen pruebas de que los americanos ─del río Bravo para arriba─ ocultan información alienígena. ¿Alguien ha visto esas pruebas? ¿Son tan irrefutables como los muñequitos de Nazca? Discúlpenme mis queridos creyentes una cruz no prueba una crucifixión, prueba la cruz y una tomografía no prueba más que la tomografía, los resultados y las lecturas de los mismos son fruto de la experiencia de quienes hacen las mismas y de los deseos intrínsecos de que existan alienígenas. La verdad está plagada de anomalías: ¿Quién entregó y descubrió las dichosas momias? ¿Quienes hicieron la tomografía y sobre que parámetros? ¿Hay más de un estudio realizado por pares y confrontado? Se conoce de momias modificadas por los guaqueros para obtener beneficios y gente que exhibe en sus casas trozos de historia que son trozos de momias añadidas. Se reconocen los antecedentes de este señor que afirma con tanta vehemencia tamaña locura y se sabe que es un charlatán de peso pesado. La misma UNAM refiere que lo que ella afirma sobre las muestras que le pasaron no puede asegurarse sobre la cadena de custodia de las mismas. Dicen pues, las muestras tienen mil años, no sabemos de donde provienen. Tendrá que ver que unas semanas antes los gringos decidieran jurar ante el congreso sobre pruebas de UAP, con el riesgo de recibir cárcel por jurar en falso y eso envalentonó al señor en cuestión. ¿Dónde andan las pruebas? Se esfumaron, eran espurias, falsas, mal tomadas, los videos no llegaron, los esqueletos se quedaron en el armario, las pruebas son tan borrosas que le dan pena al mister Magoo, los muñequitos en miniatura que se parecen a ET, entraron a México y desaparecieron y el supuesto descubridor está en una cárcel en Perú por atentar contra el patrimonio cultural y arqueológico. Sangre en los ojos debe faltarles y descaro es lo que hay que tener para ofrecer "pruebas irrefutables" ante la opinión pública. ¿Qué esperar de gente que se arrodilla ante un santo o que venera una momia que hacía milagros, qué piensa que portar una cruz o un escapulario los salva del mal y el peligro? Eso, que sean engañados puerilmente y que pregonen a boca llena que ya hay pruebas de lo que no existe ni hay consenso.
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