martes, 3 de diciembre de 2019

Día de suerte

Hay ocasiones en que hay conjunciones y se alinean todas las posibles situaciones y se juntan el hambre con las ganas de ir al baño, el deseo con la impaciencia y el asco con las ganas de vomitar.  Todos los planetas se alinean, Marte, Tierra y Júpiter se eclipsan los unos a los otros y todas sus lunas forman una fila india. Un paciente llega tarde y el otro se adelanta. Cae una tormenta el día preciso que toca el baño y por una absurda casualidad se reúnen en un solo sitio los doce apóstoles... pues, diré que los hados me fueron terribles y que alcancé a sentirme desgraciado e infortunado... Pero como todo buen mártir supe soportar y llevar mi cruz hasta el cadalso... ¿o será calvario? en fin, imagínense que andaba haciendo de las mías en algún paseo y llegué a Medellín, no llevaba libros pues allí aprovecho para ver algún programa de ciencia o una película agradable y dáse la casualidad que se cayó la red y al mismo tiempo, obvio, no había Netflix ni posibilidad de unirse al wifi para ver algo en la tablet o discurrir algún insermo. Al mismísimo tiempo, la parabólica dejó de transmitir sus malditos 43 canales de porquería: fútbol, novelas y noticias dejaron de existir más que en dos canales ─tres si cuento a telearepa─ nacidos para embobar y manipular. Yo me dediqué a esperar que se restableciera la red o que la televisión por cable regresara, pero fue una espera infructuosa por partida doble, porque mientras lo hacía, veía televisión nacional. Luego de tamañas porquerías de programas y de obligarme a mí mismo a soportarlos, debí refugiarme en el bunker y releer a Harari por dos semanas completas para tratar de sacarme tanta estupidez de la cabeza. Vi "el desayuno" y ay, por poco me quedo ciego al ver y escuchar tantas tonterías juntas al desayuno ─recordé a Harari "el único capaz de creerse 20 mentiras antes del desayuno es el homo sapiens"─ mismo formato ya instaurado por el Jota del que ya hablamos y mismas payasadas con lectura de cartas, recomendaciones de salud, doctores en línea, jugos que devuelven la vida, panaceas espirituales y chismes de farándula. Me atraganté con el programa más simbólico de la televisión colombiana "Sábados felices" aunque en verdad no supe para quien es que son felices, pues estuve al borde del llanto y de la pena ajena de ver la summa cum laude de la idiotez llevada al extremo, de los chistes flojos, de los actores perdidos, de sketchs sin sentido y sobregirados en tiempo, un presentador sin ritmo ni capacidad de guía y un público tarugo que aplaude cuando sale el anuncio "Aplauso". Me vi "Yo José Gabriel" un programa de entrevistas insufrible donde el pobre entrevistador se ve en la ignominia de aceptar el ritmo de la juventud y tiene una banda en el escenario que canta de una manera que da pena y produce contracturas musculares; de entrevistar no sabía absolutamente nada y más parece chochear que preguntar y trata de no ser ofensivo sino de que lo que diga parezca gracioso; obvio, se desborda en alabanzas y loas a cada entrevistado, supongo que se las escriben en el libreto porque a veces gaguea y confunde las palabras. Por el estilo vi un programa de Marcelo Cezán que no pude soportar ni dos minutos y lo pasé al "otro canal" que nunca pude saber cual porquería era cual porquería de canal. Ambos insufribles. Vi una película espectacular que ya ha sido reestrenada hasta el cansancio en todos los demás canales con 15 minutos de propagandas, anuncio de inicio de película y otra propaganda más, que por la tensión que produce en los espectadores debe cobrar más por la cuña. Ya había dicho de una pantalla con subtítulos, dividida en cuatro, con anuncios en off y cuatro lecturas diferentes sobre los precios a pagar por saludar a alguien durante tal programa, el anuncio de la próxima novela en la otra esquina y el logo a color del canal en la otra. Sufrí un par de novelas donde los actores parecían estar en la edad media o en "Juego de tronos" con papeles tan fingidos y tan mal hechos que a dos leguas podía notarse la falsedad. Pero todo dolor tiene un fin, yo sabía que sí. El mío, aun distaba de tocar a final, es probable que algunos no me lo crean, pero me pasé toda una tarde viendo "La rosa de Guadalupe" asumo por lo coloquial que es mexicano ─aunque igual puede ser peruano, colombiano o ecuatoriano─ y las magistrales actuaciones del marido golpeador, el niño intolerable y antipático, la mujer sumisa que se deja golpear, los hijos fuertes que no se separan ante la adversidad y la rosa que aparece y desaparece junto al altar de una virgen, por fin comprendí el mensaje y mi espíritu se lleno de... de rabia, aunque la verdad me dio fue mucha risa, tanto por los efectos especiales del viento en la cara como la aparición de la rosa, que más parece un clavel y las conclusiones infantiles del presentador, que parecen retomadas del evangelio según san Mateo. Hubo otro que tampoco fui capaz de soportar y fue el programa de chismes dirigido por una comunidad lgbtiq, que no tiene nada de malo porque soy tolerante a los deseos y tendencias sexuales, pero frente a la estupidez y el mal gusto de estos presentadores que buscan chismes para la entretención de propios y ajenos sólo pude vomitar. Alcancé a ver la propaganda y hasta una publicidad harto ridícula con "Germán es el man" y ahí llegué no sólo al colmo de la pena ajena sino al de la indignación. No quise quedarme viendo las retransmisiones de los hijuemil capítulos de Chespirito y al llegar "al otro" tenga lo suyo, las mismas retransmisiones del mismo Chespirito. Durante un rato me fui a telearepa con programas musicales, viva mi barrio, las valentonadas paisas, en la piel del otro que es mentira y un programa de stand up comedy más triste que el que ya les mencioné. Triste y mala la televisión de este país, educa al revés embrutizando, no dejando nada, manipulando, haciendo zombies y creyentes, que para el caso es lo mismo y yo espero que pasen muchos años antes de que se vuelvan a conjugar estos signos que, de no ser por esta historia, me hicieron perder el tiempo y la paciencia.

PS: De noticieros y deportes no hay nada que decir, las noticias someras y la versión politizada dependiendo del canal y del partido al que sirven y el deporte siempre es mitad y media de fútbol y el resto tan vacío como los camerinos, lastimosamente en Colombia sólo hay comentaristas de fútbol que saben un cacho de cualquier otro deporte que no sea a patadas.

PS 2: Existe un lapso que es de farándula en los noticieros, pero es tan vacío como todo lo demás y triste, después de ciertas noticias en las que el país se cae a pedazos. Por lo menos tratan de levantar la moral con una diva en trajes vistosos y noticias rosa, aunque la verdad odio los videos de gatos y cualquier cosa que termine con "viral".

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