Si alguien pensó que iba a hablar bien del teléfono, no me conoce o no ha leído suficientemente esta columna. Todos saben las ventajas de llevar encima un intercomunicador inalámbrico con lámpara, cámara fotográfica, videoconferencia y acceso a diccionarios de sinónimos, antónimos y traductores, a la vez que a noticias y definiciones googleadas. Tal vez vivir sin el sistema de posicionamiento global sea bastante duro para el ciudadano de a pie y estar cada día y hora plenamente conectado es lo que requieren las generaciones actuales. Las ventajas han de verlas quienes usan sus dispositivos como secretaria: recordatorios, alarmas, reservaciones, alquiler de taxis y compras en línea... y hasta diseño, presentación y base de datos... En el ámbito académico la transferencia de archivos y las aplicaciones educativas junto con la comunicación por sms, mms y el intercambio de diferentes tipos de archivos, resulta en una manera eficaz y simple de comunicación. El problema radica en la imposibilidad de concentración de quienes ya son adictos a estos dispositivos, de quienes dependen de él para recordar la cita, levantarse en la mañana y consultar sus tareas. Hace años se pronosticó la desaparición del papel y aún no desaparece, pero cada vez más, los chicos subestiman aprender el idioma y la caligrafía y dejan el asunto en manos del corrector automático, incluso la memoria se la abandonan a estos artilugios y toman cada pantallazo de lo que no copiaron o de las tareas googleadas. En el ámbito profesional el mismo aparato que puede ser una bendición por la comunicación y la facilidad de encontrar al portador se convierte en un dolor de cabeza por las aplicaciones de mensajería ¿conocen un profesor que no deja su smartphone en casa sino que contesta sus redes en intervalos regulares desde el escritorio donde da la clase? Terrible, no hay concentración posible y no puede pedir esa concentración a sus alumnos. ¿que tal el jornalero y ayudante que contesta cada que le llaman para tomar "descansos"? o ¿el ejecutivo que se dispensa cada que su teléfono vibra durante la reunión? ¿La mucama del hotel que por andar en redes se demora el doble con cada habitación? Se va la productividad al mismísimo carajo y eso pasa en cada trabajo de tal tipo donde no se ha reglamentado el uso de tales aparatos. ¿Alguno ha llegado a un restaurante donde el mesero está más interesado en facebook que en atenderlo? o ¿a una oficina pública donde se le presta más atención al instagram que al pobre ciudadano? A veces va usted a comprar algo y debe esperar a que la cajera se tome una "selfie" para el novio o conteste su whatsapp. Incluso algunos son tan conchudos que comparten el twitter o lo comentan con uno para que esté de acuerdo o en desacuerdo, pero juntos, en algún tipo de inclusión. Algunos, sobre todo personas inmaduras, pueriles y adolescentes, no paran de ver, enviar y recibir porno que son incapaces de dejar de ver, incluso durante labores importantes. He llegado a pensar que es el equivalente a tener sexo en lugares públicos, excitante por la posibilidad de que te descubran. Ya el tránsito se vio en la obligación de reglamentar las llamadas mientras se conduce y sabemos que son causa de accidentes y lesiones aún sin conducir: está el que se toma una foto muy cerca de los cocodrilos o de un vacío, quien va chateando y se choca con un poste o es atropellado al pasar una calle. Un hurra pues para la legislación de tránsito, pero eso no es impedimento para que una noticia mal recibida por el auricular te desconcentre y tengas un accidente. Yo creo que debe contestar el copiloto o detenerse para tal evento. En los lugares de trabajo donde hay máquinas en movimiento debería estar completamente prohibido el smartphone y cualesquier uso que de él se haga, aunque se vaya contra los derechos de comunicación. En los restaurantes y centros de comida, también debería estar prohibido pues resulta que los dichosos aparatos estos, son unas cuatro veces más sucios que un trapo de cocina y que en él pueden hallarse E. coli y Salmonella como otras miles de bacterias potencialmente infecciosas, lo que no es nada raro pues constantemente está en contacto con nuestras manos y las de los demás ¿No me vengan a decir que no han ido con él al baño? Ahora lo pensarán dos veces mientras ven a la cocinera voltear su chicharrón al tiempo que contesta una llamada o a la mesera que conversa por el móvil mientras sirve... Yo creo en la libertad y en la ejecución de ella, como en el libre albedrío y la resistencia, pero si la gente no aprende y se regula por sí misma, debe entrar el legislador a prohibir y a normatizar, a cobrar multas y a generar impuestos. Yo nada más decía, porque en mi casa no hay señal y no es por jammer, es por puro placer de ir contra el bulto. Lo digo porque no soy amante del celular y de que me encuentren cuando les de la gana. A cada rato olvido ese aparatejo en todos lados ─como no es inteligente sino tonto nadie se lo queda─ y no me importa, porque al final yo no contesto llamadas de números desconocidos, ni conocidos que me da comezón y soberbia que hasta el más inmundo gusano sepa donde estoy o qué hago. Yo le tengo límites al celular, no lo llevo a las clases, no me conecto sino en horas especiales, no lo contesto a deshoras, no vivo pendiente de él y sobre todo, no me esclavizo a ninguna empresa de servicios, número ─cambio de número como de calzoncillos ─cada cuatro días─ y en general me despreocupo de los números telefónicos que puedan perderse─ o prestación. Le tengo fobia a los "selfies" y no me gustan las fotos. Y si quieren un colmo, no encuentro que hablar por teléfono, yo llamo para dar una razón o recibirla; para anunciar o preguntar algo importante... de resto me pesa el celular y se me calienta la oreja al minuto de estar hablando por él.
PS: Yo diseñé uno con brújula y reloj independiente, además de radio comunicador, buzzer y luz uv, termómetro, barómetro con otras 14 herramientas posibles: como comunicación ir, nfc y puntero láser, reproductor, grabador y almacenador, radio AM y FM, agenda, recordatorios orales y gps offline. Obvio con cámara y linterna. Rugerizado con power bank y a prueba de agua y polvo. Lo diseñé como herramienta múltiple, no como esclavizante.
PS 2: Ya los teléfonos inteligentes han dejado su cuota de enfermedades mentales y no me refiero a la nomophobia. El teléfono produce ansiedades de contestar, de ser llamado, de sentirse desnudo sin él o con él sin batería. Muestra trastornos obsesivos por replicar una publicación o decir algo y sentirse deprimido sino hay "likes" en las publicaciones propias. Veo una necesidad intrínseca de tenerlo en la mano así no se esté usando, la cibercondria y la dependencia, los síndromes de google y de llamada fantasma. Sin dejar de lado las físicas: síndrome de contractura del cuello, del túnel carpiano, sobrepeso por ausencia de ejercicio, problemas ópticos por la iluminación y el tiempo de uso, desordenes del sueño...
PS 3: Otro problemita es el uso de auriculares. Muy bueno que puede contestar con un click, pero que maluco que se está más pendiente del maldito aparato que de los deberes. ¿Se imaginan teniendo sexo mientras su pareja porta audífonos? ¿En la iglesia mientras reza a su dios y pide por sus pecados? ¿Durante la conferencia de un destacado científico? ¿En clases? Lo peor es la contestación cuando se les recrimina: "no están prendidos" "no estoy escuchando nada" "así oigo normal" "qué problema tiene usted"...
PS 4: Muchas personas cacarean la importancia del teléfono móvil por las emergencias, los chicos dicen que la mamá los necesita, que por si un accidente o una enfermedad como el "corre que te alcanzo" para pedir papel desde el baño o auxilio en caso de violación y le dan demasiada importancia al bicho ese, que al final no deja de ser más que una herramienta, prescindible, que es lo que aún no se ha podido entender.
PS 5: Existe un inhibidor de teléfonos celulares llamado jammer. Hay que conseguir uno de esos para los colegios, las iglesias y para mi casa, aunque en serio yo preferiría una señal EMP cada 15 minutos.
PS 6: He revisado potencias, memorias y cámaras, durabilidad y funcionalidad tanto como resistencia y velocidad y creo que la gente compra todavía marca iphone para mostrar estrato o dárse status. No confío en los usuarios de esa marca que sólo hablan de sus dispositivos móviles con superlatividad, hasta cuando dicen la marca. Ah pero eso sí, todos dicen y hablan de su móvil nuevo: "tiene una cámara de 12 megapixeles" "tiene ocho núcleos" "tiene una pantalla amoled de 64 millones de colores" tiene 4 de RAM y memoria interna de 128 gigas" "tiene cuatro cámaras" y dese por interesado y verá lo poco que saben al respecto de esos temas. Eso de hablar del móvil también debiera ser una enfermedad mental, llamémosla: phonolalia, y la de querer hablar sin parar por el móvil pseudophonorrea, me suena asquerosa pero también es válida. Y si he de sumar enfermedades está la de querer tener el último celular en boga (phononeofilia), la de no poder soltar el celular (phonotactusfilia) o la de contestarlo en lugares atestados de gente y a colmo, hablar duro e interrumpir a los demás con cosas tan banales: phonoaudioismo.
PS 7: Tiene que haber una entrada más en post escriptums pues hay un afán de compartir el video tierno, el chiste malo, la selfie, el hablar sin sentido, el "me dejaste en visto", el "sólo saludaba", el chisme fresco, el chicanear donde estás, lo que te comes y la que te comes, el almuercito de la suegra, la carne del restaurante vegetariano, el "estoy con Don Porcino", las fotografías de la última botella o botellas que se han tomado, la foto haciendo "cuernos" y peor todavía la foto haciendo "pistola" con el digitus impudicus, que tanto aman los grouppies.
PS: Yo diseñé uno con brújula y reloj independiente, además de radio comunicador, buzzer y luz uv, termómetro, barómetro con otras 14 herramientas posibles: como comunicación ir, nfc y puntero láser, reproductor, grabador y almacenador, radio AM y FM, agenda, recordatorios orales y gps offline. Obvio con cámara y linterna. Rugerizado con power bank y a prueba de agua y polvo. Lo diseñé como herramienta múltiple, no como esclavizante.
PS 2: Ya los teléfonos inteligentes han dejado su cuota de enfermedades mentales y no me refiero a la nomophobia. El teléfono produce ansiedades de contestar, de ser llamado, de sentirse desnudo sin él o con él sin batería. Muestra trastornos obsesivos por replicar una publicación o decir algo y sentirse deprimido sino hay "likes" en las publicaciones propias. Veo una necesidad intrínseca de tenerlo en la mano así no se esté usando, la cibercondria y la dependencia, los síndromes de google y de llamada fantasma. Sin dejar de lado las físicas: síndrome de contractura del cuello, del túnel carpiano, sobrepeso por ausencia de ejercicio, problemas ópticos por la iluminación y el tiempo de uso, desordenes del sueño...
PS 3: Otro problemita es el uso de auriculares. Muy bueno que puede contestar con un click, pero que maluco que se está más pendiente del maldito aparato que de los deberes. ¿Se imaginan teniendo sexo mientras su pareja porta audífonos? ¿En la iglesia mientras reza a su dios y pide por sus pecados? ¿Durante la conferencia de un destacado científico? ¿En clases? Lo peor es la contestación cuando se les recrimina: "no están prendidos" "no estoy escuchando nada" "así oigo normal" "qué problema tiene usted"...
PS 4: Muchas personas cacarean la importancia del teléfono móvil por las emergencias, los chicos dicen que la mamá los necesita, que por si un accidente o una enfermedad como el "corre que te alcanzo" para pedir papel desde el baño o auxilio en caso de violación y le dan demasiada importancia al bicho ese, que al final no deja de ser más que una herramienta, prescindible, que es lo que aún no se ha podido entender.
PS 5: Existe un inhibidor de teléfonos celulares llamado jammer. Hay que conseguir uno de esos para los colegios, las iglesias y para mi casa, aunque en serio yo preferiría una señal EMP cada 15 minutos.
PS 6: He revisado potencias, memorias y cámaras, durabilidad y funcionalidad tanto como resistencia y velocidad y creo que la gente compra todavía marca iphone para mostrar estrato o dárse status. No confío en los usuarios de esa marca que sólo hablan de sus dispositivos móviles con superlatividad, hasta cuando dicen la marca. Ah pero eso sí, todos dicen y hablan de su móvil nuevo: "tiene una cámara de 12 megapixeles" "tiene ocho núcleos" "tiene una pantalla amoled de 64 millones de colores" tiene 4 de RAM y memoria interna de 128 gigas" "tiene cuatro cámaras" y dese por interesado y verá lo poco que saben al respecto de esos temas. Eso de hablar del móvil también debiera ser una enfermedad mental, llamémosla: phonolalia, y la de querer hablar sin parar por el móvil pseudophonorrea, me suena asquerosa pero también es válida. Y si he de sumar enfermedades está la de querer tener el último celular en boga (phononeofilia), la de no poder soltar el celular (phonotactusfilia) o la de contestarlo en lugares atestados de gente y a colmo, hablar duro e interrumpir a los demás con cosas tan banales: phonoaudioismo.
PS 7: Tiene que haber una entrada más en post escriptums pues hay un afán de compartir el video tierno, el chiste malo, la selfie, el hablar sin sentido, el "me dejaste en visto", el "sólo saludaba", el chisme fresco, el chicanear donde estás, lo que te comes y la que te comes, el almuercito de la suegra, la carne del restaurante vegetariano, el "estoy con Don Porcino", las fotografías de la última botella o botellas que se han tomado, la foto haciendo "cuernos" y peor todavía la foto haciendo "pistola" con el digitus impudicus, que tanto aman los grouppies.
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