Ya sabemos que es el amor. Una amalgama de imprecisiones, egoísmos y puntos de vista completamente tergiversados. "Yo te amo" y "amor" se repiten en todos los idiomas unas 50.000.000.000 millones de veces al día y se escribe una pasmosa cantidad de veces imprecisa pero mayor a la expuesta: sin compromiso, sin haber visto todo el material disponible, sin capacitación, sin comprender el porqué de tal capricho. La ciencia ya ha hablado de esas endorfinas que se liberan en el cerebro cuando nuestro instinto empuja tras unas curvas o unas redondeces y lo feliz que queda el cuerpo cuando ha logrado pasar sus genes a otra generación. Ese no es el punto de este soliloquio... perdón, insermo. Hablamos de amor como si lo conociéramos y nos metemos en esos intríngulis con la palabra en la boca sin tomar precauciones. Corremos a decir "no puedo vivir sin ti" sin importar el ti. "eres mi vida" sin importar la vida y el "te amo" se convierte en un cliché. Lo que debo informar es que hay amores que funcionan. Claro, una mujer controladora, encontrará difícilmente un macho que quiera ser controlado pero los hay y en la constante socialización el roto encuentra el cosido perfecto o un remiendo imperfecto encuentra su descosido que le calza. Un sádico casará perfectamente con una seguidora de Mazoch y así Donatien y Leopold serán roto y descosido al mismo tiempo. El amor perfecto puede darse entre un machista consumado y una sumisa patológica o entre una feminista random y un metrosexual redomado. Seguramente un travestido y una virago darán al traste con el secreto del amor. Dos transexuales operados con sexo contrario al de su género de nacimiento podrían funcionar en la convivencia. Lo que más vemos es soñadores con soñadores pero pueden acomodarse un derrochador con una tacaña, que veo el motivo del divorcio en pie. Normalmente mejor se acomodan dos tacaños o dos derrochadores con la esperanza de que algún día les alcancen los salarios a ambos. Dos personas desordenadas u ordenadas se entenderán de maravilla, no al revés. Los psicóticos casi siempre hacen alianzas entre sí. Definitivamente un pedófilo con una gerontofílica es enlace maestro. En depravaciones inversas nos colmamos, porque una voyeurista con un exhibicionista es gol y viceversa. Un maniático de andar siempre de manos enlazadas con una friolenta, pega. Los apáticos no se buscan, terminan solos o, si alcanzan a ser envenenados por los miasmas del amor, se divorcian rápido y se hartan hasta de ellos mismos. Los esquizofrénicos van muy bien con personas con trastorno de personalidad múltiple. En términos religiosos es complejo pero la mejor opción es que se junten los que tienen el mismo tipo de ser hablándoles al oído. Seguidores de Alá con seguidores de Alá y seguidores de Jehova con seguidores de Jehova. Chiítas con chiítas y Sunitas con Sunitas. Una persona falta de afecto con una que exprese ese afecto en mil maneras, es decir, un meloso y una melodramática. Dos alcohólicos o dos drogadictos, aunque el problema es la droga de elección: la calma del baretero no se acomoda con el ímpetu de la cocainómana. Bonito y fea se acomodan pero todos sueñan con no ser las bestias. Una mujer activa con un hombre perezoso y viceversa dan al traste de satisfacción pero pueden llegar a chocar. Un componente que desee servir y el otro que desee ser servido es ideal. La vida social y sus normas paren monstruos, el amor es la desaparición del yo en favor de otro yo que no es consistente. Termino con la frase del Merovingio en Matrix II " es curioso como los patrones del amor y de la locura se parecen".
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