Cayó en mis manos esta joyita del historiador ─que debe ir entre comillas─ Don Juan Rodríguez Freyle y se me ocurre hablar un poco de él. A qué decir lo aburrido que resulta por la letra de contrato en la que se encuentra y de la relación que hace de personajes que a estas alturas no importan un comino, pero así es la historia y no nos vamos a echar a morir por ello. Miguel López de Partearroyo encomendero en Tunja o el soldado de a pie Juan Metis no me dicen nada, ni me interesan un ápice las direcciones generales de los soldados del mariscal Robledo. Igual me dio. Igual los leí. Interesante la manera de redacción que a veces parece no tener pies ni cabeza y los personajes se van quedando relegados y olvidados entre tantos que se mencionan y a los que se refiere en términos, justo, de hace 500 años: aquesto por aquí esto, vame por me va y dárame por me dará; se enterar por enterarse y ansi por así. También está trujo por trajo y daca por dame acá. Las ciudades son de lo más coloquiales San Sebastián de Marequita, los llanos de Ibagué, el Pirú y Santa fe de Bogotá del nuevo reino de Granada, donde cuenta como la capital colombiana llámase así por un cacique que tenía allí su dominio y su casa de recreación, aparte de que de Granada venía el glorioso conquistador ─dice él narrador, no yo─ Don Gonzalo Jiménez de Quesada. Los insultos más prolijos están en este texto: maula, desmarrido e inficionado y las referencias a un Benalcázar que ha de ser el tirano Belalcázar. Nota curiosa, al referirse a un puente le cambia el pronombre y dice "la puente" y "una humor" que me parece hermoso poder decir "la calor" sin que los defensores de la lengua vengan a me inficionar por ello. En cuanto a títulos está el Bachiller, Adelantado, Conquistador, Gobernador, Oidor, Obispo, Alcalde con las mismas connotaciones de dueños y señores que administraban justicia y evangelizaban y aunque variaba un poco su poder, daba lo mismo entre las conspiraciones levantadas por unos y por otros para adueñarse del oro de los naturales. Como Naturales refiere el historiador a los habitantes del Nuevo Reino de Granada que un día sería Colombia y en más de una vez se refiere a los pagos hechos por ellos. Yo no cito, léalo el que dude, pero allí mismo se habla de esclavitud con otro nombre y los esclavos necesariamente eran los Naturales, No sé por qué mi amigo Julio jura que la esclavitud de los nativos o indios no fue llevada a cabo por los conquistadores criollos o españoles. En los cien años que cubre el texto aparece en varias ocasiones y me queda claro que soy esclavo cuando el otro me impone religión, normas de conducta, ejerce en mi justicia y cobra impuestos. Cómo sinónimos de decretos o cartas abiertas aparecen los términos Bula, Cédula y Auto que eran eso, decisiones, comunicaciones, nombramientos u órdenes. El castigo penal estaba al orden del día: arresto, azotes o muerte por ahorcamiento o degollamiento. Varias veces en el texto so pena de chisme o de acto imprudente aparecen los castigos mencionados, que alguno de ellos sea olvidar el "quinto del rey" equivalente al IVA de hoy, es decir el impuesto que a su majestad le pertenecía. Ahh sí. En el texto los soberanos son tratados con defección y decoro y siempre al nivel del dios redentor o casi, que en portada dice: "A vuestra majestad de quien tanto recibimos manteniéndonos en paz y justicia y de quien del cielo abajo todo se lo debemos". No niego que es gran estrategia arrodillarse para evitar que terceros muerdan, pero el texto no dice lo mismo sobre la paz y la justicia en el Nuevo Reino de Granada del Mar Océano. No lea este texto la actualidad ideológica de género que se sentirán deshonrados, que don Rodríguez Freyle dice hermosuras en contra de las mujeres: "Con razón llamaron a la hermosura callado engaño, porque muchas hablando engañan y aunque callen ceban, ciegan y engañan"... "Oh hermosura causadora de tantos males"... "Peligrosa cosa es tener la mujer hermosa y muy enfadosa tenella fea". Yo no creo en las ideologías de género, pero hago la advertencia pertinente. Puédome quedar en charla banal y venal pero hay más palabrejas que me parecieron hermosas: Secrestó por secuestrar o apartar, cuatralbo por tener las cuatro patas blancas, Matalotaje por provisiones, pasagonzalos por sopapos y ardite para una moneda de escaso valor en lo que cobra valor la expresión "me importa un ardite"... junto con las expresiones monda y lironda que es limpio y sin añadiduras y agnados y cognados que viene de la ley por derecho de quienes vienen por línea paterna y quienes se acercan por la materna. El chisme aparece por decreto y que este le dijo a aquel y aquel no se guardó el viaje y lo rumoreó por otro lado, aunque el historiador se basa en los autos, no dejan de serlo con lo que se explica una cierta idiosincrasia que se adivina en el libro mismo y de donde viene esta abigarrada fauna postconquista. En la historia se le mezcla la maldita religión que trata al natural de pagano, satánico y sacrílego; demonio y pícaro por tener digresiones con la religión del conquistador y asegura casos de desapariciones y anomalías que no ocurren hoy en donde la historia busca ser o acercarse a la imparcialidad. "La razón me dice que no me meta en vidas ajenas, la verdad me dice que diga la verdad, ambas dicen muy bien pero valga la verdad". La verdad del narrador puede ser la verdad que no lo es pero aunque me llama la razón, valga mi verdad. A pesar de quejarse de la lengua parlante: "Un solo miedo hallo, el más alto de cuerpo, el más invencible y espantoso de todos y es la lengua del maldiciente murmurador, que siendo aguda saeta quema con brasas de fuego la herida; y contra ella no hay reparo, no tiene su golpe defensa ni lo pueden ser fuerzas humanas". Termina en diciendo esta bella frase "tan mercader es uno ganando como perdiendo" y pues la lógica lo cobija y tan escritor es uno siendo malo como bueno y tan historiador siendo diarista como libelista. Dice más cosas bellas este señor sobre lo llevado a España que ya nunca volverá y sobre lo que queda en nosotros y sobre la gobernanza y cómo ha de ser pero se me alarga el insermo que hoy es informe de lectura. Quede para mis lectores.
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