Se jodió la humanidad. Yo que tanto me cuido de decir las cosas a mi manera, me enfrento esta semana con dos retos demenciales. Bueno, exagero, sólo me encontré con dos frases lanzadas al azar por algún docente. La primera fue eso de que yo decía las cosas con mis propias palabras... Eso quisiera yo, usar un lenguaje que sólo yo supiera, en cuyo caso el arte bello de comunicar caería en una contradicción, ya que no puedo emplear palabras inventadas para comunicarme con los que me rodean. Toda frase que uso, toda palabra que empleo y toda teoría que instigo, no es más que una copia desvencijada y hasta mal emulada de mi manera particular de decir las cosas, de las lecturas que hago y de los bellos resultados de pensar y apropiar el conocimiento. ¿qué en general suena como a que todo se me da lo mismo y que los comentarios y pies de página de los amanuenses de la corte me tienen sin cuidado? También es cierto. Seamos sinceros, a mí se me da que crea que todos los demás andan atrasados en conocimiento, en lectura, en ciencia y en antipatía. Tal es la causa que se analizaba en esta reunión, los "sentimientos en el ámbito escolar" y nos proponían un taller de sensibilidad. ¿Que acaso ya no sabíamos que los sentimientos son algoritmos bioquímicos evolutivos cuya presencia es posible moldear con drogas psiquiátricas? ¿hasta donde yo sabía a un hiperactivo que hoy llaman sujeto con TDAH le daban ritalin o focalin ─Me acordé del pobre Juan José que era un dechado de monerías, hasta que le daban media pastillita de esas y se quedaba mirando al cielo y babeando. Controlada la emoción─ en casos de depresión y tendencias suicidas, la fluoxetina es de venta libre o el xerotax y la proxetina... No nos dejan recetar, pero tenemos un aula de apoyo que a cualquier síntoma de malestar le llaman trastorno de aprendizaje y recomiendan seguir tratamiento con especialistas y acomodar el PEI para domar al potro o tratarlo como un demente que requiere atención especial y camisa de fuerza. A mi modo de ver aquel que ha pensado en suicidarse está muy cuerdo... ¿Qué hay en esta vida que merezca la pena? y aquel que odia el colegio es sensato ¿que pueden enseñarle esos esbirros que coartan y encierran y obligan a aprender de memoria y...? Despreciar la autoridad es un síntoma de autonomía ¿Por qué debe representar un problema juvenil?... Perdón, me perdí. Nada raro, respecto a esa frase de usar sus "propias palabras" debe quedar más bien decir las cosas de una manera particular. ¡Nadie tiene palabras propias! exceptuando cualesquier gazapo que luego se convierta en aceptada por la real academia de la lengua. La segunda frase me impactó más. Hacía la fila para desayunar cuando una profesora que llevaba un largo tiempo observándome me dijo, y esto ocurrió después de la primera parte de la charla anterior: "¿cierto que a usted no el importa nada de lo que digan los demás?" ¿? Me quedé perplejo, pero la profesora de preescolar, cuyo cerebro es emulo de sus alumnos, había descubierto mi secreto gritado a voces: La humanidad me importa un reverendo pepino en salmuera agria, siete monedas de 10 centavos de peso colombiano, tres pelos del orto y un puñado de fecas de perro. ¿Mi pregunta es como lo descubrió? ¿porque leo un libro con detenimiento mientras el otro ruega presencia plena? ¿porque saco mi celular para dejar una nota flotante de cada cosa que creo interesante para ejercitar mi escritura? o ¿porque esbozo diseños en las hojas que nos dan para que leamos y aportemos algo al encuentro? ¿Será porque armo y desarmo mis herramientas mientras espero un cambio de actitud en el narrador que casi siempre es soso y sin cuidado? ¿tal vez porque saco mis cordones de paracord para ensayar algún nudo o repasar un truco? Lo más sensato ─creo yo─ es porque me hago atrás, lo más atrás posible para no participar o por lo menos para que sepan el poco interés que tengo en una charla ambigua y sin bases científicas. Un relleno decretado por el gobierno para ocupar tres o cuatro días en supuestas actualizaciones y sensibilizaciones de aula que no dan resultado, o en actualizaciones de pedagogía que te recuerdan que ya no se usa la violencia sino la paciencia. La "charlista" dijo que debíamos hacer preguntas que tuvieran respuesta y precisamente el profesor Felipe me había acabado de pasar un texto de Marcus Orths "La sala de profesores" y, aunque no había llegado a ese acápite, protesté: ¿Como así? y si jamás hubiésemos detectado el bosón de Highs o si jamás encontramos una prueba de la materia y la energía oscura? ¿no debemos preguntarnos sobre lo posible y lo imposible y aceptar que no hemos dado al traste con una respuesta? Ya sé porque me detectó la profesora de preescolar, porque en mi cara agria se revela que la humanidad me da asco por simple, por que no piensa, porque sigue, porque "adolesce" y porque se escudan en los cánones impuestos por el estado para hacer de mi vida un tormento. Pero no voy a negar que ese tormento tiene su atracción en la inevitabilidad y en mis momentos más preciados para experimentar con el quehacer humano en rebaños. Sea, este es el resultado del experimento.
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