¿Y? Pues ahora me resulta clarísimo, necesité un tiempo para interiorizar por qué homo es tan apegado a sus dioses y mitos. Necesité ver a algunos de ellos y sentirlos decir con propiedad que dios es uno, único y omnisciente y que los demás dioses son falsos. Necesité oír como un representante de la iglesia explicaba sin ambages y sin ser refutado como el cristianismo había creado el caduceo y la vara de esculapio por orden divina consignada expresamente en la biblia y como era dueña absoluta de la perdición o salvación de almas. Necesité observar como un homo con propiedad corrige a otro sin propiedad: "Se dice asocial. Antisocial es el que ha matado". "Es comercial. Propaganda es cuando versa sobre política" y en absoluto nadie se dio por aludido, ni interpeló a la interpelada... Ella consiguió imponerse sin ciencia, sólo con fuerza en la aprobación y nadie osó desmentirla, porque mentiras dijo y si no las dijo, merecía igual una corrección o que alguien se le rebelara sólo por el placer de la rebeldía. Los seres humanos aman descargar sus culpas en el otro y adoran "pertenecer" y sentirse en un rango más elevado que el promedio general y, vaya usted a saber por qué, aunque creo que a eso se refiere con "ser social" quieren ser validados como individuos de la colectividad. La colectividad trae ventajas porque la manada es buena; en el rebaño está la seguridad y la eficacia de la caza y la compañía e incluso la aglomeración de individuos permite la reproducción de individuos. En la masa está la fuerza de la humanidad y el rebaño es la palabra clave. Muy en su interior el hombre sabe que sin esa manada no puede avanzar y vencer y por eso la humanidad es una grey y no es sino pintar un lado de la moneda para que homo tome la decisión de elegir un lado y otro homo le siga y se armen bandos de cada lado de la moneda. "Yo creo en el dios de Israel" dijo uno y otro le respondió "sólo Alá es dios" y aparecieron rebaños tras cada ídolo falso. Quien no creía fue obligado a creer o a ponerse de parte de alguno y... Hubo un tiempo en que dos lideres formaron una coalición para dirigir la manada, pero las políticas de uno y otro divergían, uno de ellos creía en la libertad y el otro abanderaba la tradición, con el tiempo cada uno cultivó sus vasallos y emprendieron una campaña para ver quien debía gobernar y nacieron las democracias que sólo son un engaño de bienestar. Ningún hombre debe gobernar sobre otro... Hoy no necesitamos profesar una fe para adquirir mercancías que no puedo hacer: café, ladrillos, libros. Ya no requiero mostrar la cédula electoral para comprar carne y huevos ─¿o si?─ y no tengo que demostrar con colores el equipo de fútbol al que defiendo a ultranza, a menos que quiera ingresar a un clásico en tribuna diferente, lo que es, a ojos vistos, suicidio. No necesitamos un mucho de la masa, aunque la electricidad y el agua y el gas salen de alguna parte y aún así, esa "huella genética" llama tan poderosamente al mentecaptus que se cree hombre, que éste adopta las mismas posturas que el amante que debe demostrar suficiencia y buenos genes para poderse aparear; en el camino jura que ama una tierra que no le da nada y se abandera con la misma bandera que el vecino y jura que nadie es mejor que los de su tierra y región y que no hay nada más bello. Abraza una religión monoteísta que reviste su politeísmo con un millón de santos, doce apóstoles y once mil vírgenes y hace tragar sangre al que le desdiga o cometa sacrilegio con el sagrado ojizarco que ni siquiera sabía que América estaba a unos kilómetros a la derecha. Pasable, el dios del cielo no tiene porque conocer la extensión de su reino. Asimismo le veo desde abajo cuando grita "gol" o se enoja por las faltas de algún jugador: un simio que le encanta demostrar su pertenencia a un lado de la moneda y se miente a sí mismo para conjurar su posible derrota: "otro día será" "perdimos pero unidos" "fiel hasta la muerte" "dios no hay sino uno" "está con dios en el cielo" "no se deben adorar falsos dioses" ─yo me pregunto cual es el protocolo para elucidar tan fea cuestión─ "con fe todo se puede" "este año si votamos por el que era" "este nos saca de apuros" "la esperanza es lo último que se pierde"... Definitivamente, a homo le encanta engañarse, y, si en ese proceso sale ganando paz y esperanza mejor: así es que "dios me hizo a su imagen y semejanza" cumple con que el dios lo eligió y es hijo de ese dios. "No existe una patria como la mía" le vuelve a ser único y dichoso de nacimiento... "el paisaje más bello del mundo" no es más que un engaño y "los mejores padres del mundo" es una concepción vaga pues no tenemos sino un par ─por fortuna─ con el que comparar... el mejor equipo, la novia más bella, el amigo más sincero, el dios más justo, la patria más acogedora, el representante más listo y ecuánime... Cada engaño que homo se inflinge, lo hace por el bien de la manada sin la que no sería nada.
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