sábado, 29 de junio de 2019

Sobre la justicia y la igualdad

Es curioso o gracioso si me lo permiten, que se exalte tanto la justicia y la igualdad en programas, derechos humanos, derechos del hombre y constituciones políticas de países que, en verdad, las necesitan ya que, justamente, los niveles de desigualdad y de injusticia sobrepasan límites permisibles, si es que puede hablarse de un límite permisible. En los programas policiales, CSI's y NCIS's de diversos condados y en Sherlock, Elementary y El Mentalista, los criminales son castigados y llevados a la justicia —con esa justicia es más que suficiente y con ella se contenta el televidente— porque la realidad es más deprimente: quienes han desangrado al país son los nuevos padres de la patria y los burgomaestres que siempre renuevan los parques para adquirir tajada y popularidad, cuando son descubiertos en sus ollas podridas, reciben el beneficio de la duda y casa por cárcel en un paraíso fiscal. Los Avengers superan a Thanos y Bond desarma una agencia que pretende controlar el mundo y lleva ante la justicia humana —lo mata y parece que todos fuesen doble cero— al igual que Reacher, Born y Hunt. En toda serie, drama y telenovela nos muestran como el héroe gana y el villano es castigado y mientras más dura e injusta es la vida más se exalta tal virtud en los medios. La realidad no supera la ficción, la arrasa: Los carruseles de contratación son el pan diario de la política mundial y cada cierto tiempo se destapa una olla podrida en la que los participantes usan el método Pilatos en general y de vez en cuando un suicidio deshonroso que evita la investigación por pudor. Los parques de todas las ciudades son renovados de cara a las nuevas elecciones mientras el invierno hace estragos que están fuera del presupuesto y que el regidor usa para endeudarse, cortar tajada y dejarle el hueco a su sucesor, que con tales ejemplos se disculpará y evitará la prisión. El criminal promedio, el organizado, tiene oficina y sólo cambia de trabajadores y aunque todo el mundo sabe donde se distribuye la droga, quien la lleva y como la lleva, la policía y el orden público sólo aciertan a atacar al consumidor final del parque y de la esquina y el presidente se llena la boca diciendo que seguirá en su cruzada contra la dosis mínima pero desconoce la verdad ─eso hace creer él─ de las dosis máximas de toneladas que se expenden cada fin de semana. John Wick sobrevive a seis horas de disparos y promete sobrevivir a otras dos mientras acaba con la orden; con un promedio de 80 muertos por película, casi ha desmembrado el crimen organizado y es el heroísmo y el principio universal de la justicia quien rige sus pasos. La pobre y despreciada cenicienta logra en cien capítulos conquistar con una zapatilla de cristal al amado príncipe y castigar a las malvadas hermanas, cuñadas y madrastra. La niña huérfana, tras penar como una idiota por cien capítulos, al fin sale del escaparate y conquista con amor, virtud, y compasión al hombre de su vida, consiguiendo que de paso, la ley natural administre un desquite de sus ignominiosos coestelares, llevándolos a la cárcel o viviendo en la ruina y en conmiseración por lo hecho. La realidad es Foncolpuertos, AIS, El Guavio, Odebrecht, Saludcoop, HidroItuango... La justicia se ve en Miami Vice o en La ley y el orden, en La Rosa de Guadalupe y Los ricos también lloran, la vida real es donde los mafiosos y magnates disfrutan como príncipes en otros países y se gastan el dinero producto de sus desfalcos y robos y donde el pobre se harta de igualdad en los seriados y películas de moda, en las cartas magnas y en los cacareados derechos humanos que no son más que sinapismos al igual como lo son la patria, el estado, la religión y el fanatismo. La niña pobre resulta ser hija del millonario después de cien capítulos de suspenso; el bien cojea pero llega y Terminator resulta ser un robot cariñoso; Barney Ross no mata niños ni ancianos y su avión bombardero es capaz de seleccionar correctamente al enemigo injusto y cruel; Rambo completará seis misiones sin lesiones graves y luego de luchar por un mundo mejor acabando con la desigualdad y repartiendo justicia... Algo tiene que estar mal porque este mundo está lleno de miseria, desigualdad, hambre, desposesión, esclavitud, racismo, intolerancia, ignorancia, fanatismo y, además, de deseos fervientes de la liga de la justicia, de Avengers V, de UVE,  y de repetir y reclamar las hermosas constituciones en las que tienen todos los derechos: a la vida, a la igualdad, a pensar y a decir, a religión, ciudadanía, a justicia, a hogar, alimentación y medicina, a elegir y ser elegido... lástima que la humanidad se contenta y alimenta con la igualdad y la justicia mass media.

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