Sí, Feliz año. Esa cosa se le desea como augur a cualquiera y sin recelo, en algunos puede resultar ser el más entrañable deseo y en una cantidad igual o superior la más falsa e hipócrita mentira. El que la oiga muy seguido no le indica que posea más amigos o enemigos, pero es un hecho que los hipócritas son más o el afamado Dawkins cometió un error de percepción. Seguramente hoy en la calle y mañana, escuchará sin parar la frasesita aunada a "y próspero año nuevo" como una especie de salmo o conjuro idiopático sin el mayor valor que el que hoy sea, justamente, el último día del año y el consecuente, el primero de otro más. Seguramente algunos acostumbran y ahí es donde a mí me saca la maldita rabia, la fuerza de la costumbre, reunirse en familia ─o lo que consideren la familia que a veces son los amigos─ para desearse tales cosas y algunos hasta se encerrarán en una habitación para recordar lo bueno que les dejó el uno y las intenciones que se tengan para el siguiente en un ritual de cada año y cada navidad. Empezarán a sonar las campanadas y las canciones típicas de cada año que les recuerdan a todos el final del mismo que algo les habrá dejado a los menos pesimistas y seguramente esperarán cosas muy buenas los más esperanzados. En otros casos los pesimistas harán valer su derecho a quemar el "año viejo" y despreciarlo, pero para nada esperarán que el siguiente año sea peor, nada de eso, esperarán que mejore y se augurarán dándose besos, abrazos y falsas esperanzas. No tengo problema con eso, lo que está lejos de mí no me afecta demasiado. Lo que no quiero es ser involucrado en esas tradiciones estúpidas y sin sentido. No me deseen feliz año, ni próspero año nuevo que eso es lo que hacen todos los comerciales de fin de año y los produjo normalmente la televisión nacional y las familias económicas del país para lavar el corazón y apelar a su dulzura, capacidad de perdón y anhelo y reiniciar con borrón y cuenta nueva a maltratar desde cero. De todas maneras no puedo recordar nada bueno de cada año de mi vida por que lo más seguro es que siendo yo un pesimista de la escuela Cínica no vea más que lo oscuro de esta realidad donde todos mueren indefectiblemente y donde la gran mayoría, que cada año es más mayoría, sufre las consecuencias de ser esa mayoría. ¿Revisamos la mayoría? ¿Les fue muy bien este año con la reactivación económica postpandémica? ¿No tienen deudas materiales con un banco o amigo o "pagadiario" con pillos de barrio? ¿no presentan deudas espirituales que le ayuden a salirse de esa cadena de estar halagando y alabando la misma maldita cosa todos los días? ¿No sufrieron de las políticas burocráticas de papeleo y oficinismo puro? ¿No se sintieron engañados y sin mucho que hacer porque "así es la vaina"? ¿En la pandemia no se le murió un pariente cercano, amigo o conocido? ¿Se vacunó y ahora se siente inmune a la enfermedad en la presentación que venga? ¿le subieron el salario mínimo hasta la exorbitante suma de un millón que usted no veía desde las épocas de Pablo y Gonzalo? ¿Consigió trabajo que no tenía aunque sea voceando almuerzos o bodegas de ropa barata o como camarero en un bar de cinco pesos donde, aunque no le pagan el mínimo ni prestaciones usted por lo menos anda ocupado? ¿Ningún médico le ha acertado con una tosesita rara que tiene y aunque sólo le mandan aspirinas, mientras no le den la noticia final de un cáncer usted se aferra a la virgen santísima y los 100.000 apóstoles? ¿Entre sus intenciones para el año que viene está la de dejar de fumar y beber menos y alcanzar un equilibrio económico suficiente y mayor al de este? Vayan a feliciar y a prosperiar, la próxima semana con la resaca empezarán a notar los encierros, los salarios, las alzas, las deudas y lo risorio ─ya saben que ese irrisorio no me cuadra─ de esta vida sin sentido y de tradiciones milenarias a dioses y san nicoláses, a papás Noel y niños dios de alquitrán, de los tontos compromisos adquiridos. Yo les auguro que nada va a cambiar para bien: las EPS's no van a mejorar, los salarios siempre estarán por debajo del IPC, ningún nuevo presidente logrará cambiar la corrupción ni la mentalidad de esclavos que tenemos, la democracia no verá sus frutos, y felizmente, como Eduardo Galeano lo advirtió, este mundo seguirá siendo injusto y el hambre hambrienta. Adelante, embrutézcanse por la felicidad estos dos días y carguen el resto del año las preocupaciones comunes, yo no he querido nunca impedir que el otro sea feliz. !Go ahead¡ pero lo más lejos de mí posible, por lo que no me queda más que refugiarme en mi torre oscura a que pasen los gusanos de la tradición y la esperanza. Les prometo que mientras pueda seguiré en esta cruzada solitaria de amargura y malas palabras, opuestas casi siempre al sentir cotidiano que pone lucesitas, se sube en chivas, canta villancicos, hace novenas y ve todo tan lindo. Aunque no es promesa realmente, es amenaza.
PS: Los que se quedan conmigo en estos días no me felicitan ni me prosperean, están tan decepcionados como yo de esas tonterías y estupideces. Quien lo hace sólo recibe un "Lo sé" hansoliano para evitar complicaciones. Todos conocen mi mal hado y mi indefectible pendón de: "nada de perdón y mucho menos de olvido".
PS 2: ¿Les agüe la fiesta con mi amargura? no se preocupen, el año que viene seguirán siendo los mismos arrastrados creyentes que este, el año que viene vuelve el trabajo y la peleadera por mejores salarios que no llegarán, los precandidatos con sus promesas de acabar con la corrupción y el clientelismo, las deudas, los abusos de poder, las noticias falsas, el mundo seguirá igual y empeorará de su contaminación pero tranquilos, las esperanzas de un mundo mejor tampoco se les acabarán.